Arte que transforma el Centro Histórico de la CDMX

A lo largo de la calle República de Chile, cientos de cortinas metálicas se han convertido en una fascinante galería de arte urbano

Arte para resignificar un entorno en la capital del país. | Agencia Comunicación Gráfica

Ciudad de México.- Una de esas mañanas en las que agradeces haber llegado temprano a tu destino. Caminaba por las calles del Centro Histórico de la ciudad de México, un lugar siempre bullicioso, pero que en las primeras horas del día aún se encontraba en un relativo silencio.

Rehuía mis pensamientos y la música que salía de mis audífonos, pero de repente, una extraña sensación me invadió, como si alguien me estuviera observando. Instintivamente, agarré la bolsa de mi pantalón, donde llevaba mi celular.

Al girar la mirada, me encontré con una sorpresa inesperada: a lo largo de la calle República de Chile, cientos de cortinas metálicas de los comercios establecidos se han convertido en una fascinante galería de arte urbano.


Era una intervención colorida y vibrante que adornaba la zona norte del Centro Histórico de la capital del país.

Las cortinas metálicas, una vez apagadas las luces y los comercios cerrados, revelaban un nuevo paisaje: pinturas que daban vida a mujeres de diferentes edades, flores en pleno esplendor, limones y quesadillas que despertaban el apetito, corazones rodeados de flores moradas, barriles de madera que recordaban épocas pasadas y bebidas que simulaban ser pulque.

También se asomaban diversos animales, algunos provenientes del agua y otros de la tierra. Era una muestra diversa y ecléctica del arte urbano que había florecido en el corazón de la ciudad.


Me enteré de que esta iniciativa buscaba rescatar y dar vida a la zona norte del Centro Histórico, que en ocasiones parecía desvanecerse bajo el paso del tiempo.

Alrededor de 400 cortinas de los comercios establecidos en distintas calles habían sido intervenidas por un colectivo de talentosos artistas urbanos. Los propios comerciantes se ponían de acuerdo con los artistas para definir el diseño, y así, las cortinas metálicas se convertían en lienzos que contaban historias y plasmaban la esencia de la zona.

El resultado es sorprendente y ha capturado la atención de los transeúntes, los oficinistas, los turistas extranjeros que se enamoraban de la ciudad y los trabajadores que se desplazaban hacia esa zona capitalina.


Aunque siempre había uno que otro distraído, en general, la gente se detenía unos momentos para contemplar aquellas manifestaciones de creatividad y color que se habían apoderado de las calles.

El arte urbano había encontrado una nueva manera de expresarse en las cortinas metálicas de los comercios, y los pasos apresurados se tornaban en pausas contemplativas, donde cada pintura revelaba una pequeña historia, una pizca de la identidad y cultura mexicana.

Es una forma de traer a la superficie la belleza oculta en la cotidianidad, recordándonos que el arte puede encontrarse en los lugares más insospechados, incluso en el simple acto de cerrar una tienda al final del día.


Mientras continuaba mi caminata, maravillado por aquella galería urbana, me di cuenta de que el arte en las cortinas metálicas había transformado el Centro Histórico en algo más que un lugar de comercio y turismo; ahora era un lienzo vivo y en constante evolución que retrataba la esencia de la ciudad y de su gente.

Agradecí por haber llegado temprano y poder disfrutar de este regalo visual que ha florecido en las calles de la Ciudad de México. | Gustavo Vega | Agencia Comunicación Gráfica