Pátzcuaro, cerca de la declaratoria patrimonial

Uno de los principales requisitos para lograr la declaratoria como Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad es el ordenamiento del comercio.

Aspectos del Mercado Municipal de Pátzcuaro antes del inicio de las obras del pasado 15 de julio| Fotografía: Agencia Comunicación Gráfica.

Morelia, Mich.- Pátzcuaro está en la Lista Indicativa de México como “Sitio de Memoria Histórica”, con lo que se acerca un paso más en la declaratoria que desde 1993 busca para integrar la lista de Ciudades Patrimonio Cultural de la Humanidad en el país.

La reubicación de comerciantes y las obras para construir un nuevo Mercado Municipal, donde el 30 de agosto se encontró la figura de un Chac Mool, son requisitos que la otrora Ciudad de Michoacán, con 489 años de historia a sus espaldas, debe cumplir para lograr su cometido.

Será el año próximo cuando el gobierno del estado, a través de sus áreas correspondientes, acuda ante la representación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para entregar la carpeta técnica con la información de Pátzcuaro y un proyecto de preservación de su patrimonio monumental edificado.

El perímetro de la zona monumental de Pátzcuaro iría desde el Hospital de Santa Martha en la Calle Padre Lloreda hasta la Plaza Vasco de Quiroga, con lo que quedarían protegidos 18 inmuebles, entre ellos la Basílica de Nuestra Señora de la Salud, el Antiguo Colegio Jesuita, el Antiguos Colegio de San Nicolás, así como las iglesias de la Compañía de Jesús y del Sagrario.

Sin embargo, antes de que eso suceda, deberá haber un reordenamiento del comercio público, formal e informal, en el que las vías aledañas a dicho perímetro del Centro Histórico queden libres para la circulación de los peatones, algo que desde siempre ha sido una problemática en Pátzcuaro.

Desde 1993 se busca la declaratoria
La tentativa que ahora efectúan el gobierno estatal y el municipal para buscar reordenar el comercio y obtener la declaratoria para Pátzcuaro no es la primera que se realiza.

Como se recordará, desde mayo de 1993 las autoridades de Pátzcuaro se plantearon la posibilidad de que, tal como Morelia en diciembre de 1991, el municipio fuera incluido por la Unesco en la lista de Ciudades Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Sin embargo, a través de las décadas diversas problemáticas, tales como la falta de carriles en el libramiento, el tratamiento de la basura o el rescate de espacios emblemáticos de la ciudad, suponían obstáculos para presentar un proyecto sólido ante el organismo de Naciones Unidas (ONU).

Uno de los últimos requisitos para emprender dicho proyecto ha sido el reacomodo del comercio formal e informal, un camino que la capital michoacana también emprendió antes de 1991, al reubicar a cientos de comerciantes que se situaban en el primer cuadro de la urbe.

Cuando un incendio se presentó el 25 de marzo de 1995 en la explanada del Mercado Municipal de Pátzcuaro, hacía varios años que se hablaba de construir un nuevo espacio para los oferentes.

“Esa tragedia pareció ser el aviso de que era la oportunidad y el momento de tomar la decisión de construir el gran mercado que la comunidad social estaba esperando. Pero la autoridad municipal de ese tiempo dejó pasar la oportunidad de oro que ofreció el incendio”, escribió el activista Daniel Márquez Melgoza en su libro Pátzcuaro, se vende esta ciudad como terreno.

El también escritor de Parácuaro, asentado en Pátzcuaro, expresó que antes del actual mercado las instalaciones “no eran fijas”, pues los fines de semana los oferentes habrían cancha para las competencias municipales de voleibol, aunque tras el incendio se establecieron puestos fijos, “cometiendo abusos, al grado de actuar como si ya fueran dueños absolutos de un espacio prestado, nunca cedido explícitamente, por tratarse de un espacio público que no se puede enajenar a particulares”, señaló Márquez Melgoza.

Con la demolición del Molino de Harinas La Providencia en abril de 2004, localizado entre las calles Obregón e Industria en el Centro Histórico, se quiso instalar un Mercado de Antojitos al que los oferentes de alimentos se desplazaran, a fin de despejar el primer cuadro de la urbe. Los comerciantes, al considerar que sus ventas bajarían, se negaron.

Por tres trienios, el nuevo inmueble construido en donde una vez estuviera el histórico edificio del antiguo Molino permaneció como un espacio sin uso, hasta que finalmente se hicieron oficinas en el lugar y fue ocupado.

Aunque buena parte de la ciudadanía considera que los comerciantes deberían ser ordenados, para que Pátzcuaro muestre su monumentalidad, no sólo ante los ojos de los turistas, sino para quienes habitan la urbe, el problema de la reubicación hasta ahora había sido complejo.

Se tiene noticia de que hay comerciantes que poseen más de un espacio de venta, al haberlos comprados a distintos oferentes, para acabar por concesionarlos a otros vendedores a cambio de una renta, por lo que el panorama para quienes se hallan en tal situación será seguramente de reticencia al término de las obras del nuevo Mercado Municipal.

Daniel Márquez indicó el respecto en uno de sus artículos: “es posible que en un somero estudio de los censos salga a relucir información sobre ‘arreglos’ entre particulares, mediante los cuales algunos comerciantes se fueron haciendo de espacios más amplios, impensables al interior de un mercado público”.

Ordenamiento del comercio

Siendo el comercio fijo y ambulante del municipio uno de los principales obstáculos en el ordenamiento que la Unesco pide a las Ciudades Patrimonio Cultural de la Humanidad, el viernes 19 de mayo de 2023 el estado y el municipio iniciaron un censo de oferentes en Pátzcuaro.

En el censo, coordinado por el Instituto Tecnológico Superior de Pátzcuaro (ITSP), participaron la Dirección de Mercados de Pátzcuaro, las secretarías de Gobierno, y de Desarrollo Urbano y Movilidad (Sedum) de Michocán, y una comisión de los oferentes.

“Este levantamiento de información se llevará a cabo en el interior del mercado municipal, y en zonas aledañas como la explanada del mercado y las calles: Libertad (primera y segunda), San José, Juan José Codallos, Volador Tanganxoan; así como los portales Benito Juárez, Regules y Lerdo”, decía un comunicado del gobierno en ese entonces, en el que también se expresaba que tales acciones tenían como objetivo construir el nuevo Mercado Municipal, cuya inversión se estipuló en 288 millones de pesos.

En otro comunicado del 10 de marzo, el alcalde patzcuarense Julio Arreola Vázquez, dijo que una vez iniciada la construcción, los comerciantes serían reubicados temporalmente por 18 meses, además de que se les daría agua potable, drenaje, luz, toldos y sanitarios para que continuaran su labor.

Esos trabajos comenzaron recién a mediados de julio, luego de que una presunta falla estructural en el inmueble derivara en la movilización de los más de 900 oferentes, en su mayoría a la Plaza Gertrudis Bocanegra, donde además de horadar algunas bancas y suelos de cantera, hay ahora una proliferación de gente en un espacio reducido. Los menos, se dirigieron a la antigua unidad administrativa del gobierno de Pátzcuaro.

En poco más de un año se sabrá si los locatarios están de acuerdo con el reacomodo en el Mercado Municipal y si la Unesco aceptó el expediente para que Pátzcuaro por fin ingrese en la lista de Ciudades Patrimonio Cultural de la Humanidad, pero por el momento el municipio se ve más cerca que otras veces de la ansiada declaratoria.