Morelia, Mich.- A más de cuatro meses de haber interpuesto en la Contraloría Municipal una denuncia por actos de corrupción en contra de servidores públicos del Ayuntamiento de Morelia, Alejandro López, exinspector, no ha recibido respuesta.
Consultada al respecto, la contralora María del Carmen López Herrejón dijo que la denuncia, con fecha de recibida del 29 de mayo pasado, está siendo procesada por la Dirección correspondiente.
Explicó que estas carpetas pasan primero por una fase para determinar si la materia de la denuncia es competencia de la instancia a su cargo, lo cual ya fue verificado por tratarse de un caso en el que las imputaciones son por presuntos actos de corrupción en contra de una servidora pública, cuyo nombre se reservó.
Verificada la competencia, continuó la contralora, la siguiente fase consiste en recopilar las pruebas del extrabajador denunciante, lo cual se encuentra todavía en proceso, sin que se haya llegado a alguna determinación, razón por la que aún no se le habría dado actualización al quejoso.
Cuestionada sobre si no existe un marco jurídico que dictamine un plazo máximo para dar respuesta en este tipo de casos, Herrejón López señaló que no, debido a que las denuncias que se reciben son muy diversas, como lo serían también los procesos que implica cada una de ellas.
Cabe recordar que Alejandro López Chávez, exinspector de la Dirección de Mercados y Plazas, denunció por corrupción a su exjefa, María Isabel Reyes Fuerte, encargada del área de Comercio en Vía Pública y delegada del Sindicato de Empleados Municipales, Administrativos y Conexos de Morelia (Semacm).
El extrabajador dijo haber sido obligado a sustraer, para Reyes Fuerte y sus compañeros agremiados, mercancía decomisada en los mercados de Morelia que –ante la falta de reclamo por parte de los oferentes propietarios– debió donarse a instituciones de asistencia social.
Alejandro expuso también que sostiene, simultáneamente, un caso en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Estado de Michoacán, cuya materia es el hostigamiento laboral del que habría sido víctima por parte de su exjefa, ante la negativa del entonces subordinado a seguir participando en la dinámica descrita.
Como resultado de la insubordinación –según su propio relato– su contrato habría dejado de ser renovado por parte de Jorge Molina Bazán, líder sindical del SEMACM, sin que le fueran otorgados los finiquitos correspondientes al tiempo que prestó servicios –alrededor de tres años.
