Morelia, Mich.- Con el motivo del Día de la Escritora, conmemorado en España sin correlato en México, impulsoras en Morelia de la visibilización de las mujeres en este ámbito pugnan por la necesidad de “seguir feminizando el poder literario”.
Según Nektli Rojas, integrante de la Colectiva Tait, iniciativa que busca publicar el trabajo de las escritoras en Morelia, el “poder literario” era, hasta hace poco, muy sólido, se concentraba en unas cuantas personas, si bien mayoritaria pero no exclusivamente hombres, sí fundamentalmente bajo un orden patriarcal.
A su juicio, las jóvenes son –más que una nueva ola del feminismo– un “océano” que está “rompiendo este coto”, dejando sin saber qué hacer a quienes lo ostentaban: “Eso me parece sensacional. Ése es el camino a seguir, la feminización del poder literario”.
Violencia patriarcal sistémica en el mundo editorial
El poder literario patriarcal, explicó la también escritora, inicia con el hecho estructural de que hay una “asimetría con respecto a lo que se publica y se difunde entre varones y mujeres”, una violencia sistémica que adquiere muchas formas, desde el hostigamiento y el acoso sexuales hasta el descrédito de su trabajo por el solo hecho de ser mujeres.
A ello se suman el plagio, frente al que no se pueden defender, debido a que la falta de accesos editoriales les hace muy difícil probar que un texto de su autoría, firmado por colegas varones que se lo apropian, ya existía aun sin haber sido publicado.
Esta atmósfera genera miedo e inseguridad, al grado de que muchas ni siquiera se sienten confiadas en nombrarse como escritoras, a pesar del bueno trabajo que hacen y de que sus pares hombres no tardan en autoerigirse como tales apenas publican una plaquette, argumentó.
Ya conocemos a los hombres, necesitamos conocernos a nosotras
Mara Rahab Bautista, directora de la librería de editoriales independientes El Traspatio, coincidió con su compañera de colectiva –fundada junto con Ivone Solano y Sandra Aguilera– en que “ya conocemos a los hombres, necesitamos conocernos a nosotras”.
“Hemos generado espacios para nosotras, para sentirnos seguras, para poder platicar sin juicios, sin que nos quieran enseñar, sin que nos quieran decir cómo es mejor. Ésa es la magia de lo que está pasando”, ahondó.
En México, recordó, hay casas editoriales que dedican sus espacios sólo a las mujeres, tales como Tait, Especulativas y Habitación Propia; entre las librerías, U-Tópicas (Ciudad de México) y La Meiga (Mérida).
Reivindicó también el papel trascendente que juegan las mujeres en la mediación entre autoras y lectores: “Somo muchas libreras y eso sí cambia el enfoque: vemos lo catálogos, qué mujeres hay, qué se está leyendo, qué temas. Sin duda, yo creo que la labor de las mujeres en el ecosistema del libro está transformando mucho el panorama”.
Entre la contraofensiva y el ‘machismo buena onda’
Ante el avance de lo que Nektli Rojas llamó la “feminización del poder literario”, Mara Rahab registra una reacción masculina violenta que oscila entre la contraofensiva y el “machismo buena onda”; por un lado, se las critica de manera más agresiva la producción literaria, por otro, leen, publican y homenajean a las escritoras sin un compromiso real de abrir espacios.
“Me ha tocado escuchar hombres que me dicen ‘estamos rezagados’, ‘ya no se nos lee’, en unos absolutismos impresionantes, ‘¿en qué momento nos va a volver a tocar?’… Y es como ‘amigos, llevamos, por mucho, tres años leyéndonos entre nosotras, ustedes llevan milenios”.
Cabe recordar que Tait publicó recientemente, en colaboración con la Secretaría de Cultura de Morelia, una antología en dos tomos titulada Hechas de letras, en la que se reúnen 42 narradoras y poetas, muchas más que las sólo ocho autorregistradas en la plataforma del Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas.
No obstante, las entrevistadas coincidieron en la necesidad de que haya una más enfática política pública de acciones afirmativas dirigidas a las escritoras en Morelia, quienes contribuyen significativamente a la producción cultural en general.
