Instrucciones para amar sin poseer

El amor tampoco es la respuesta porque a través de él y sus encantadores hechizos le obligamos al otro a darnos lo que tampoco tiene. | Fotografía: cortesía Julio César Osoyo

Escucha. Habla. No dejes de hablar. No des migajas ni metas al otro en la telaraña de tu miedo a la libertad. La vida está hecha tan sólo de instantes y momentos por eso no asesines al otro quitándole su vida y su tiempo. No busques ganar. El amor es la luz que ilumina las pérdidas permanentes que constituyen la existencia. No se trata de verte en el otro ni de encontrar lo mejor para ti. Eso es tan sólo egoísmo disfrazado de tequiero sin efectos ni consecuencias. Es cobardía. Ser-vil. No salir nunca del espejo que nos hipnotiza y nos impide ver para adentro y recorrer la historia cifrada de lo imposible. Hay que estar al nivel de lo imposible para salir de la impotencia. Es imposible que el otro sea yo. Es otro y está. Mi impotencia deriva de la negación de lo imposible.

Impulsa el vuelo del otro. Aunque eso signifique que se vaya de tu lado. Quedarse sería como aniquilar su deseo y su ser. Aprende a mirar lo evidente y lo real: el otro es otro y tiene otra vida y otra historia y otros deseos y otros referentes y no puede comportarse ni ser como tú lo deseas. No atrapes. No constriñas. No conviertas tu cama en un cementerio de sueños. Pero tampoco permitas que te aplasten y te humillen bajo el pretexto de querer-estar-contigo. No te quedes ni un instante donde no te miran ni te quieren ni te reconocen y como consecuencia te hacen daño y te roban el sueño y los sueños y el cielo y la libertad.

Repara tus alas y vuela lejos de tus padres. No lo dudes ni un instante. El camino es hacia afuera y hacia tí por lo que es imprescindible mirar hacia adentro y reescribir el pasado con las fibras quemantes del espejo roto del amor. Solo contigo se puede hacer un nosotros. Sin contrato pero también sin fecha de caducidad. Abierto al porvenir incierto de la existencia y sus momentos mágicos cada vez que te amo más allá del amor.