ECOS LATINOAMERICANOS: Venganza y castigo

Javiel Milei y Sergio Massa, canidatos presidenciales en Argentina. | Fotografía: EFE/Agustín Marcarian

El pasado domingo 19 de noviembre, el polémico anarcocapitalista libertario, Javier Milei, fue electo presidente de la república de la Argentina para los siguientes 4 años. El resultado fue sorpresivo, no tanto por la victoria del libertario, sino más bien por la diferencia tan pronunciada con el candidato del peronismo, Sergio Massa; lo anterior ha sorprendido porque las encuestas daban un margen muy apretado entre los dos candidatos, situándolos en un empate técnico, con poco menos de tres puntos entre sí, mientras que en las urnas Milei se terminó imponiendo por un 56% de la votación frente a un del 44% de Massa, es decir, prácticamente doce puntos de diferencia entre ambos.

A su vez, este resultado revela que Massa no logró crecer ni un punto porcentual más allá de las alianzas que realizó en los primeros días posteriores al balotaje, puesto que precisamente las primeras encuestas sobre la segunda vuelta de votación lo colocaban en 44%. Ahora bien, este resultado da una victoria contundente a Milei, por lo que ya es incuestionable el hecho de que él será el próximo presidente en ejercicio para finales de año.

Milei presentó unas propuestas que prometen radicalizar el modelo neoliberal en argentina e incluso ampliarlo a otros aspectos nunca vistos. Desde una privatización de todo el servicio de salud y educación, así como reducción del presupuesto público para la cultura, y permitir la legalización del mercado de niños, órganos y armas en la sociedad argentina.

No obstante, para asegurar su victoria electoral el libertario se alió con Mauricio Macri, expresidente del país y también líder ideológico del bloque Juntos por el Cambio. Por lo anterior, Milei tuvo que moderar en algunos aspectos sus propuestas, así como reducir sus ataques a la clase política que el propio Macri representa. Ahora con el triunfo del libertario, algunos analistas y hasta simpatizantes del macrismo creen que será el expresidente el que va a estar influyendo a Milei para asegurarle la gobernabilidad en los siguientes cuatro años.

Sin embargo, lo anterior no es algo seguro, sobre todo por el hecho de que Milei siempre se ha presentado como un rebelde de incorreción política, además su temperamento visceral rápidamente lo podría apartar de Macri o de cualquier otro político con el que esté acordando ciertas políticas.

Ahora bien, no es tampoco que haya una gran expectativa en las propuestas de Milei, al final de cuentas, quitándole el discurso de incorrección política y algunos de sus elementos más radicales como la venta de órganos y de niños, la formula económica es en esencia la misma, el llamado laissez-faire, o el dejar hacer, dejar pasar, es decir, la nula o mínima intervención del Estado en cuestión económica y que sea el mercado el único regulador sobre la creación y distribución de riqueza, sumado a ello la propuesta de dolarización económica.

Argentina tampoco es novata en la aplicación de políticas neoliberales, de hecho, fue de los países de la región que más tuvo ese tipo de políticas durante la década de los noventa, lo anterior ocasionó una crisis en 2001 que hizo estallar justamente un sistema de paridad cambiara que pretendió hacer equivalente el dólar con el peso argentino. Justo, la crítica a la dolarización es que Argentina no tiene condiciones para adaptarse a ese tipo de cambio, sin mencionar que estará a merced de que, si el dólar cae en los mercados internacionales, forzosamente tendrá que devaluarse para el uso cambiario en Argentina, lo cual incluso podría elevar innecesariamente los costos para las importaciones.

Ya también ha habido diversos trabajos académicos que demuestran las severas limitantes que tiene el neoliberalismo como modelo de desarrollo, incluso países que lo promovieron en el primer mundo en su momento, como Inglaterra y Estados Unidos, ya lo han abandonado por sus magros resultados. Por lo que realmente este modelo económico no explica bien por qué Argentina optó por darle la presidencia a Milei.

La única explicación realista es que el voto a Milei, personaje que además de lo señalado es un escéptico de las políticas de condenación a la última dictadura militar, fue un voto más de venganza y castigo por los pocos resultados de los gobiernos anteriores, particularmente el de Alberto y Cristina Fernández. Al final la población está sufriendo una inflación de prácticamente un 150% y el costo de mercado del dólar está prácticamente uno a mil pesos, lo cual afecta la vida diaria de argentinos.

Es muy dudosa la idea de creer que Milei va a mejorar la vida de la población con políticas de ajuste público y delegando toda la creación y distribución de riqueza en el mercado, de hecho, es probable que solo la empeore y eleve los niveles de pobreza y precarización laboral. Aun así, el pueblo argentino es consciente de que esto puede suceder, pero su deseo de no conceder impunidad política a la élite gobernante lo ha empujado a aceptar esta probable realidad.

Massa, a pesar de no ser un kirchnerista sí representaba una cierta continuidad del peronismo más progresista, y esta victoria de Milei prueba que lo más relevante para la mayoría de los votantes era una opción de castigo, aun si eso puede tener consecuencias negativas para la propia gente que votó en esa opción.

Es un error querer achacar este tipo de decisiones a la falta de memoria o reivindicación histórica, por muy rudo, o hasta triste, que pueda ser, no es que el pueblo no aprenda de la historia, sino que está dispuesto a ignorarla si el hartazgo generalizado por su situación política es muy grande. Y esto no solo aplica con Argentina, basta ver por ejemplo como hoy en día el partido neofascista, AFD, o Alternativa para Alemania en español, está creciendo como opción electoral a pasos agigantados, adquiriendo con ello posibilidades reales de hacerse con el poder, y no es que la sociedad alemana se haya olvidado de su pasado fascista, sino que realmente la situación de exasperación política lo puede llevar hacia ese tipo de rumbos.

Además de todo lo anterior no puede pasarse por alto, que siempre que hay cambio en determinado status quo hay sectores inconformes, en este caso es posible que el sector de población que no veía mal a la última dictadura argentina haya encontrado en Milei un desfogue de su frustración por tener que haberla abandonado. Dado que esta visión es muy políticamente incorrecta, es muy probable que se omitiera considerar la existencia de esta facción de la sociedad en los cálculos electorales.

Pero en esencia, este voto hacia Milei es un voto de hartazgo. Probablemente el pueblo argentino sabrá bien las consecuencias de lo que acaba de hacer el domingo pasado, pero al final los deseos de evitar la impunidad política, así como castigar y vengarse de su élite gobernante por falta de resultados ha sido mayor al miedo a afrontar consecuencias que podrían ser hasta devastadoras en términos sociales para su propia gente.