DEBATAMOS MICHOACÁN: Convivencia y paz

Cuando hablamos de convivencia es fundamental trabajar con la comuna a través de sustentar un pensamiento crítico. | Fotografía: cortesía Gerardo Herrera Pérez

Utilizo conceptualmente el término de Cohesión Social, para promover acciones que permitan trabajar con los grupos sociales a través de cuatro estructuras: por un lado, la confianza, es decir, seguir trabajando en la comunicación y el respeto a la otredad para lograr la confianza. La identidad o pertenencia, es otro elemento más, y es fundamental para sentirnos parte del grupo, de la familia, de la sociedad, sin identidad o pertenencia estamos excluidos, requerimos hacer centralidad. Por otro lado, reflexiono respecto de los valores sólidos, contrarios a los valores líquidos, inmediatos, efímeros, que no permiten construir una sociedad comprometida con el otro, derivado del egoísmo, el individualismo.

Finalmente comparto la importancia de la convivencia, es decir el trabajo colaborativo, asertivo, el manejo socioemocional, la posibilidad de intersubjetivar, de hacer alteridad, de comprometerme social y éticamente con la otredad. La convivencia nos debe hacer transitar a la fraternidad, es decir, a la hermandad, solo viéndonos como hermanos podemos ir construyendo una mayor participación y acciones que permitan la estabilidad para la paz, y para ello, recuerdo el contenido de la encíclica del Papa Francisco “Todos somos fraternos”.

Por ello, en diversos foros a los que asisto y toco el tema de la Paz, lo articulo a la convivencia, es decir, cómo sentamos las bases para una sociedad que vive violencia, transite a espacios que permitan generar los valores de la Paz, no solo en un discurso, sino en el ejercicio de lo cotidiano, en un ejercicio que nos permita ejercer la:  tolerancia, justicia, equidad, no discriminación, no violencia, empatía, compasión, caridad, solidaridad, respeto, buena voluntad, todos ellos para generar las condiciones de mantener la dignidad humana saludable.

Insisto también que, en materia de convivencia requerimos de inteligencia emocional, de saber comprender y atender nuestras emociones, sobre todo las negativas, entre ellas la agresión, o bien la ira, el coraje, incluso el miedo.

Cuando hablamos de convivencia es fundamental trabajar con la comuna a través de sustentar un pensamiento crítico, en donde empoderemos los cuerpos (me empodero cuando yo decido sobre mi cuerpo, mi sexualidad, mis recursos, mis saberes, mi información) y los emancipamos (es decir, cuando no permitimos que las estructuras de la violencia, o los mandatos de la masculinidad pese a nuestro empoderamiento, mantengan el sometimiento, control o disciplinamiento de nuestros cuerpos).

La convivencia también requiere de trabajar de manera activa en procesos de inclusión revisando permanentemente desde la teoría de Sistemas, las estructuras (normas, los mecanismos operativos, el diseño de la política pública) la superestructura (las posiciones culturales, ideológicas que permiten los procesos de jerarquización social) y la infraestructura (no solo en las cuestiones de accesibilidad o movilidad, sino de accesibilidad a la cultura).

Por otro lado, también requerimos de trabajar en las deconstrucciones metacognitivas de las masculinidades, desmontando los mandatos de poder, autoridad, jactancia y violencia, incluido el liderazgo de los saberes. Hacerlo es un reto, pero no hacerlo es mantener el mismo nivel de violencia, injusticia, desigualdad y de discriminación, así como de exclusión. Así, requerimos de las ayudas de las mujeres, los hombres nos estamos haciendo daño, castraron nuestros sentimientos y sufrimos también, al tener que demostrar permanentemente que tenemos masculinidad, es decir, lo que dice Rita Segato, la violencia de contrato.

En este ejercicio, debemos de trabajar en la creación y desarrollo de la conciencia, de nuestra autoconciencia, de esa a la que se refiere Edgar Morin, la conciencia antropológica, ambiental, social, espiritual y yo incluyo la conciencia de prevención y desde luego la conciencia de paz e inclusión.

Todo ello, nos lleva a la felicidad, nos lleva al amor de la otredad, nos lleva a la sana y saludable convivencia para la Paz.

Los caminos pueden ser largos pero duraderos, o bien cortos, pero efímeros. El camino para la convivencia y paz, es un camino largo, porque hoy en el marco teórico de la paz, la paz imperfecta nos señala que podemos convivir con la violencia pero que siempre existirán espacios donde existe la paz para la intersubjetivación.

Agregaría un elemento más, todo aquello que tiene que ver con el lenguaje de inclusión, con quitar de en medio el binarismo y reconocer la diversidad como riqueza social; así alejémonos del masculino neutro y llamemos a las cosas de la manera que se expresan en el ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad, en otras palabras, del reconocimiento al proyecto de vida, y no tengamos miedo de nombrar a las personas como desean ser nombradas, no tengamos miedo a nombrar a lo que se reconoce como no binario, infancia trans, mujeres trans, ella, ello, elle; en el fondo si a alguien le da luz, que lo nombren como se siente emocionalmente y cognitivamente estable, qué más da en un ejercicio de alteridad reconocerlo en las diferencias y aceptar que él y el otro tienen los mismos derechos, y sí, ahí, estamos generando los espacios para alcanzar la felicidad, la alegría, el reconocer el amor para la convivencia.

No sigamos con un lenguaje que denomina, y a la vez en un ejercicio pernicioso que genera dominación, sometiendo, controlando o disciplinando el cuerpo del otro, a través de las palabras que tienen poder, poder político, poder económico, poder social.

Por ello, y desde el punto de vista más coloquial en el que puedo manejarme, pienso que: en primera persona, te digo, si tuviste algún problema con alguien o sin querer lastimaste a algún familiar o amigo, envía un mensaje de reconciliación y cariño, promueve el diálogo. Pero si tienes hijos en casa, infancias o adolescencias realiza lecturas dedicadas a la paz, convive con ellos, lee junto a ellos, comparte tus saberes, o bien, dibuja al lado de ellos o ellas sobre como entienden el concepto dinámico de paz.

Sabes, compañero de la Preparatoria Antón Makárenko de Lázaro Cárdenas, escribo esta reflexión para ti, y hoy, es un día genial, esta noche, mañana en la mañana, para comenzar a interiorizar la importancia que tiene la paz para toda la humanidad (más de ocho mil millones de personas) e iniciar los hábitos  para el fortalecimiento de los valores que nos permitan una sana convivencia con otras personas, pese a las diferencias, sobre todo cuando logramos comprender el ejercicio de la tolerancia y el respeto a la otredad.