Está por terminar el 2023

Hasta el 6 de noviembre de 2023, según datos de la ONU, habían más de 10 mil muertos por el conflicto en Ucrania, de los cuales cuatro mil serían niños.

2023 ha pasado volando, dentro de tres días será otro año. Temporada de despedir el año, de recapitular, de recibir el próximo con ánimo festivo, pues la vida sigue y hemos de vivirla plenamente.

Además, aún estamos en el periodo Guadalupe- Reyes, que su sola denominación me encanta. Periodo mágico en que todo puede pasar, pero no pasa nada, y la fiesta continua.

Uno de esos días especiales es justamente hoy: “día de los inocentes.” Recuerdo cuando hace varios años, los periódicos traían una doble primera plana, siendo la primera la que daba las noticias que todos esperábamos algún día se hicieran realidad, y que no faltaba quien al leer esa falsa portada creyese que por fin eran realidad, para que de inmediato alguien le cantara; “inocente palomita que te dejaste engañar”.

¿Qué noticia se le ocurre a usted respetado lector, que se podría anunciar este día?, lo dejo a su elección e imaginación.

Se me ocurre, que se anunciara que se acabó la guerra Israel-Palestina, que los ríos, lagos y mares han sido saneados, que las medidas para mitigar el calentamiento global están llevándose a cabo. Que ya no hay nadie con hambre, que se acabó por fin con la violencia.   Estos son tan solo una parte de los encabezados que sería maravilloso fuesen realidad.

El día de los inocentes es un ejemplo de las atrocidades cometidas por el poder, contra la población.  El Día de los Santos Inocentes es la conmemoración de la matanza de cientos de niños menores de dos años nacidos en Belén, ordenada por el rey Herodes I el Grande, con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret, el cual según las profecías le quitaría su reino. Profecía de Jeremías (Jer 31, 15).

 “Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen”.  (Evangelio de Mateo 2, 16-18)

En octubre pasado inicio la embestida terrorífica de Israel contra Gaza, en una nota de Unicef del día 26 de ese mes dice: “la Franja de Gaza ha sido testigo de las devastadoras consecuencias de la guerra en la población infantil, con un balance de 2.360 niñas y niños muertos y 5.364 heridos a consecuencia de los incesantes ataques, es decir, más de 400 niños muertos o heridos a diario. Además, más de 30 menores israelíes han perdido la vida y decenas de ellos continúan secuestrados en la Franja de Gaza. Este periodo es la escalada de hostilidades más mortífera en la Franja de Gaza e Israel que Naciones Unidas ha presenciado desde 2006”.

Hasta el 6 de noviembre, según datos de la ONU, habían más de 10 mil muertos, cuatro mil serían niños. Al 25 de este mes de diciembre, Israel ha matado a 65 periodistas, de los cuales 62 murieron en Gaza, en solo 10 semanas de guerra.

En Belén, no hubo las acostumbradas festividades navideñas, solo un nacimiento simbólico con un niño en una incubadora mutilado, entre las ruinas de los bombardeos.

 El 29 de noviembre, Forbes público que, de los 14,000 muertos en la Franja de Gaza, dos tercios son niños y mujeres, según el informe del Ministerio de Seguridad de la ONU.

Es un genocidio, cometido con todo el poder.

No pude dejar de hacer referencia hoy día, de la matanza de niños por Herodes, en esas mismas tierras hace 2023 años. Y por supuesto nuestro repudio total a la guerra, al fanatismo, a la intolerancia, al racismo, a la desigualdad, a la violencia en todas sus acepciones.

Y en medio de todo esto, termina este año, y la gente celebrará que por fin acabe, y recibirá al 2024 con fiestas y deseos de un año diferente.

La humanidad siempre ha levantado su mirada a las estrellas, intentando saber que le depara el futuro.

En la astrología china hay doce animales representativos y uno de ellos se asigna a cada año nuevo, teniendo así ciclos de 12 años. El Dragon de Madera asignado a este 2024 representa energía, fuerza y poder.

Para los chinos es el mejor signo de todos “porque representa el cambio real del mundo: muerte y resurrección, es un antes y un después”.

Cada cultura tiene sus costumbres, sus rituales, sus maneras de despedir el año que termina y recibir el que inicia.

Muchos compraran prendas amarillas para el dinero, rojas para el amor, verdes para la salud, se harán rituales, se limpiarán las casas, se ira a la iglesia a agradecer por este año y pedir porque el que llega sea lleno de cosas buenas.

Muchos checan las predicciones, tratan de saber que les deparará el destino, olvidado que uno mismo es quien lo forja, que cada quien debe conducir el timón de su destino.

Un abrazo y mis mejores deseos para el 2024 para todos.