Resistencias desde abajo y por la vida

Integrantes del EZLN en el Caracol de Morelia, Chiapas. | Fotografía: radiozapatista.org

Ahora que iniciamos una nueva vuelta a la principal fuente de energía de nuestro sistema planetario; a comienzos de este Solsticio que augura “lo que se avecina” en nuestra única casa, he decidido compartir en este generoso espacio, una pequeña suma de grandes reflexiones en torno a aquellos “hombres y mujeres íntegros y libres” que desde las entrañas de la Selva Lacandona, decidieron -como medida última, pero justa- sublevarse contra el mal gobierno y ante la firma de Tratados económicos internacionales, que evidentemente excluían (como hasta hoy) a quienes habitaron y custodiaron este territorio, mucho antes de que se crearan términos como “Comercio” y “Mercancía”: los pueblos originarios de México y el Continente.

       Terminaba el año 1993, cuando un documento “tomó por asalto” el viento, ése que lleva los pensamientos y palabras por las latitudes jamás imaginadas.  “Al Pueblo de México.  Hermanos mexicanos: Somos producto de 500 años de luchas: primero contra la esclavitud, en la guerra de Independencia contra España encabezada por los insurgentes, después por evitar ser absorbidos por el expansionismo norteamericano, luego por promulgar nuestra Constitución y expulsar al Imperio Francés de nuestro suelo, después la dictadura porfirista nos negó la aplicación justa de las leyes de Reforma y el pueblo se rebeló formando sus propios líderes, Villa y Zapata, hombres pobres como nosotros a los que se nos ha negado la preparación más elemental para así poder utilizarnos como carne de cañón y saquear las riquezas de nuestra patria sin importarles que estemos muriendo de hambre y enfermedades curables, sin importarles que no tengamos nada, ni un techo digno, ni tierra, ni trabajo, ni salud, ni alimentación, ni educación; sin tener derecho a elegir libre y democráticamente a nuestras autoridades, sin independencia de los extranjeros, sin paz ni justicia para nosotros y nuestros hijos… Pero nosotros HOY DECIMOS ¡BASTA!”.  Así empezaba la Declaración de la Selva Lacandona firmada por la Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

       En enero de 1994, el Departamento de Prensa y Propaganda del EZLN, envió el siguiente comunicado “a todos los confines del orbe, donde exista la palabra Dignidad”:  “Muy estimados señores: Ahora que Chiapas nos reventó en la conciencia nacional, muchos y muy variados autores desempolvan su pequeño Larousse Ilustrado, su México Desconocido, sus Diskets de datos estadísticos del Inegi o el Fonapo, o hasta los textos clásicos que vienen desde Bartolomé de las Casas,  Con el afán de aportar a esta sed de conocimientos sobre la situación chiapaneca, les mandamos un escrito que nuestro compañero Sc.I. Marcos realizó a mediados de 1992, para buscar que fuera despertando la conciencia de varios compañeros que por entonces se iban acercando a nuestra lucha.” Así empezaron esos famosos Comunicados que, efectivamente, dieron la vuelta al mundo y fueron recibidos y “apropiados” por tantos seres dignos y combativos: defensores de territorios, Agua, vida y libertad.

       Dice Gloria Muñoz Ramírez en la columna Los de Abajo: “¿Qué movimiento en el mundo no sólo se ha mantenido vivo, sino vigente, durante cuatro décadas? Se les ha atacado por todos los flancos, se les ha desacreditado y se han invertido enormes recursos militares, propagandísticos y económicos para su desaparición.-  Y resulta que no, que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) hoy cumple 40 años de haber sido fundado y está a punto de celebrar 30 años de haber iniciado su lucha pública… ‘No es fácil ser zapatista, mucho trabajo’, dijo una vez un zapatista.  ‘No cualquiera’, añadió.  Y afuera tampoco es fácil.  El zapatismo es, para muchos, una cuestión ética, de principios, que nadie más convoca”.

       “Al mismo tiempo que los intereses financieros y el totalitarismo del dinero aniquilan todo lo que tiene vida al convertirlo en mercancía, vemos cómo se levanta y se extiende el vendaval de una revuelta originada no tanto por la influencia de las ideas, sino por la intolerable existencia impuesta a los hombres y a las mujeres del mundo entero.-  Hace cincuenta años lo que había de más radical en el Movimiento de las ocupaciones de Mayo de 1968, manifestó su rechazo a la impostura que significaba el welfare state, el estado del bienestar consumista.  Hace treinta años que resonó el ¡Ya basta! Mediante el cual los zapatistas manifestaban su voluntad de decidir libremente su destino formando colectividades capaces de acabar con la opresión que desde hacía siglos se burlaba de sus derechos y de su dignidad de hombres y mujeres.- ¿Tiene la solidaridad con el EZLN mejor manera de manifestarse que multiplicando y radicalizando espontáneamente colectividades autogestionadas por todo el mundo?-  Lo que se está construyendo, lejos de cualquier forma institucional, es una Internacional del Género Humano”, escribe Raoul Vaneigem, Filósofo, teórico del movimiento situacionista, autor de Tratado del saber vivir ,para uso de las jóvenes generaciones.

       Raúl Zibechi, analista de prestigiados medios impresos, escribió hace dos años, durante la gira zapatista por tierras europeas: “En todos los rincones del mundo los de arriba están perpetrando un genocidio silencioso de pueblos originarios y negros, de campesinos y pobres, de la ciudad y del campo.-  Los feminicidios se multiplicaron durante la pandemia, como parte inseparable del genocidio contra las y los de abajo… En Chiapas las bandas paramilitares atacan con armas de fuego a las comunidades en Moisés Gandhi. El guion es siempre el mismo: los paramilitares, como la Orcao, con asesoramiento de las fuerzas armadas, atacan bases de apoyo zapatista; el gobierno federal y el del estado, callan, o sea, consienten.  Los medios y los partidos callan, o sea, consienten… La gira zapatista resulta una fuente enorme de aprendizaje para los más diversos colectivos anticapitalistas.  Primero, constatar que se puede, que los de arriba no son tan poderosos como parecen.  Segundo, que podemos sumar más y más personas sin reproducir el sistema, buscando confluencias entre quienes sufrimos similares opresiones. Desafío y esperanza a la vez”.

       Más recientemente, la periodista Gloria Muñoz, durante la presentación de la carpeta de grabados “¿De qué nos van a perdonar? A 30 años del levantamiento del EZLN”, efectuada en el café-galería La Resistencia, se preguntó dónde estaríamos sin el levantamiento del primero de enero de 1994, destacando que, como todos los grandes movimientos que marcan historia, el zapatismo ha generado una contracultura en torno suyo. Por ello, mucha gente de buena voluntad, que verdaderamente trabaja, construye y siembra para la Paz, afirmamos que “El Zapatismo se conjuga en presente, en plural y femenino”.

       A treinta años de distancia de aquel acontecimiento histórico en nuestra vida contemporánea, muchas personas, como es mi caso, agradecemos al EZLN que nos dio la oportunidad de abrir las puertas a un Diálogo Nacional, a Consultas Ciudadanas, mediante Mesas, Asambleas, Reuniones, Caracoles e infinidad de creativas y contundentes acciones.  Hoy nos sentimos más “completxs”, al incorporar, en cualquiera de nuestros actos, ese ingrediente denominado DIGNIDAD.