Ejército Zapatista conmemora su 30 aniversario en Chiapas

Integrantes del EZLN en el Caracol de Morelia, Chiapas. | Fotografía: radiozapatista.org

Morelia, Michoacán.- Más confrontados con la presencia de los cárteles que del ejército, los zapatistas celebran este domingo y el lunes el 30º aniversario de su levantamiento indígena en Chiapas.

Según información de AFP, centenares de simpatizantes del movimiento, procedentes de México y Europa, se concentrarán en la selva cerca de Ocosingo, un poblado a unas cinco horas en auto de San Cristóbal de las Casas, el epicentro del levantamiento de 1994.

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) anunció un discurso el domingo a la medianoche por el 30 aniversario de su “guerra contra el olvido” de los indígenas de Chiapas.

Treinta años después del levantamiento, la ciudad colonial de San Cristóbal de las Casas fue asaltada durante las fiestas por batallones de turistas mexicanos y extranjeros, indiferentes a las celebraciones zapatistas.

A principios de noviembre, los zapatistas anunciaron la desaparición de sus “Municipios Autónomos Rebeldes”, áreas de Chiapas bajo control de sus simpatizantes, así como el cierre de sus centros culturales, al denunciar el impacto del crimen organizado en la región.

El desencanto con la izquierda en el poder es total. Los zapatistas denunciaron los grandes proyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador lanzados en nombre del desarrollo del sur de México.

Treinta años después, ¿qué queda del 1 de enero de 1994? “Antes del levantamiento no se hablaba de los temas indígenas. Se habla cada vez más de lenguas indígenas, de culturas indígenas. Esto es una ganancia. Esto no quiere decir que los principales problemas se hayan resuelto, pero sí que el tema está en el imaginario”, señala el escritor Juan Villoro.

El EZLN se dio a conocer el 1 de enero de 1994, cuando un grupo de indígenas armados intentaron ocupar siete cabeceras municipales el mismo día que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, cuestionando al sistema político sobre sus promesas de modernidad.

Su objetivo era el derrocamiento del presidente electo, Ernesto Zedillo Ponce de León, y el establecimiento de una democracia participativa.