Carta de Principios de la Economía Solidaria (III)

La economía de solidaridad no es "economicista" sino integral, constituyendo un proceso a la vez económico, político y cultural.

La Carta de la Economía Solidaria de la Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria (REAS), creada en España, establece seis principios rectores de este tipo de modelo económico: equidad, trabajo digno, sostenibilidad ecológica, cooperación, reparto justo de la riqueza y compromiso con el entorno. Para dicha organización española la Economía Solidaria (ES) es una visión y una práctica que coloca los procesos de sostenimiento de la vida en el centro de la actividad socioeconómica, por lo que sitúa a las personas, comunidades, pueblos, culturas, entorno ambiental y bienes comunes por encima del capital y de su acumulación.

En esta ocasión se comparte la visión que se tiene sobre el principio de SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA.

La Carta refiere que toda actividad humana es ecodependiente, por lo que desde la perspectiva de la sostenibilidad ecológica se reconoce sus límites ambientales y se promueve el compromiso de convivencia positiva con el entorno natural y el mantenimiento de su riqueza en el presente y en el futuro.

La ES reconoce a la naturaleza como sujeto de derechos, por lo que coloca a los seres vivos y a la reproducción de la vida en el centro de todo proceso social y económico. Por ello, asume los límites biofísicos del planeta, promueve el sostenimiento de los ecosistemas y se compromete con su cuidado. En este sentido, considera la sostenibilidad ecológica como un principio central en su compromiso con la salud del planeta y con la sostenibilidad de la vida, asumiendo la necesidad de asegurar la supervivencia de todos los seres vivos.

Desde esa perspectiva, la ES considera el decrecimiento material como una obligación necesaria tras un proceso histórico de explotación de un planeta de recursos limitados. El compromiso con una transición ecológica exige decrecer en los procesos de extracción de recursos naturales, en el uso de fuentes de energía, en la sobreexplotación de los suelos fértiles y en el mantenimiento de los actuales niveles de producción y consumo que destruyen la biodiversidad y los ecosistemas necesarios para la vida.

Ante la crisis ecosocial que hipoteca los recursos naturales y pone en peligro la propia existencia humana y de toda expresión de vida, la ES promueve un nuevo paradigma centrado en sentir y sostener la vida del planeta. Para ello, se compromete con no causar más daños y reparar los entornos ambientales, aprendiendo de las cosmovisiones de pueblos y culturas que manifiestan y practican la convivencia con la naturaleza y el respeto a sus ciclos y procesos.

Frente a la generación de precariedad, pobreza y desigualdad del actual modelo socioeconómico, el compromiso de la ES con la sostenibilidad ecológica se basa en lógicas de justicia y solidaridad global, donde la distribución y el reparto de la riqueza sean elementos centrales de ese nuevo modelo que cuida la vida y el planeta.

Para desarrollar este principio, se propone:

  • Desarrollar modelos de producción, distribución y consumo conscientes, responsables, críticos y transformadores, que aseguren la sostenibilidad ecológica en toda la cadena económica, impulsando el desarrollo de circuitos económicos locales y de cercanía.
  • Impulsar relaciones económicas, acuerdos comerciales o selección de entidades proveedoras de productos y servicios desde criterios de justicia ambiental y social.
  • Promover prácticas ambientales alternativas en el ámbito de la vivienda cooperativa, el urbanismo social y la desmercantilización de los espacios públicos y del territorio.
  • Practicar la agroecología como modelo basado en prácticas de producción, distribución y consumo respetuosas con la naturaleza, así como promover la soberanía alimentaria como estrategia de transformación del injusto e insostenible sistema alimentario.
  • Reducir, reparar, recuperar, reutilizar y reciclar los materiales y recursos producidos o utilizados, limitando el impacto ambiental de las actividades económicas.
  • Promover una cultura regenerativa dirigida a restaurar los ecosistemas y ciclos naturales del planeta, así como a recuperar y preservar la biodiversidad y reparar el daño ambiental causado.
  • Impulsar el equilibrio y la integración entre el ámbito rural, urbano y los espacios naturales, con el objetivo de modular y frenar el impacto ecológico en la gestión del territorio.
  • Impulsar iniciativas que posibiliten una transición energética justa hacia un modelo sostenible, así como promover la soberanía energética a través del desarrollo de modelos cooperativos de producción, gestión y consumo de energías renovables

Fuente: https://reas.red/