Inicia cuenta regresiva: sumario de las campañas por la alcaldía de Morelia

El proceso estuvo marcado por falta de propuestas concretas, encuestas cuestionables, guerra sucia y riñas entre brigadistas.

Atrás de banderas y consigas, amenazas a un proceso electoral transparente y participativo. | Fotografía: Cuartoscuro

Morelia, Mich.- Concluye el periodo que tuvieron los candidatos a la alcaldía de Morelia para convencer a la ciudadanía de votar por ellos, e inicia la fase final, previa al día de los comicios; una veda de tres días dispuesta para que el electorado, libre de publicidad, pueda meditar qué pasó estos 45 días de campaña y qué hará con su derecho al sufragio el domingo 2 de junio.

Alfonso Martínez: continuidad

Poco después de haber renunciado a la militancia del PAN, Alfonso Jesús Martínez Alcázar, ingeniero industrial de formación, presidió por primera vez el gobierno de Morelia entre 2015 y 2018, como lo hizo su abuelo sesenta años atrás; quiso repetir la hazaña sin resultados exitosos hasta 2021, cuando lo postuló su cuna política en candidatura común con el PRD.

Busca su tercera alcaldía a sus 49 años con promesas como “multiplicar” los 3 mil millones de pesos invertidos en obra pública (dónde y a beneficio de quién, cuestionan sus opositores), llegar a mil policías municipales (objetivo incumplido en la administración que concluye), así como pronunciar el incremento en la afluencia turística y la derrama que dejan los visitantes (logros, al menos, con reservas por parte de los líderes del sector).

Carlos Torres Piña: coordinación

Nacido en Paracho hace 45 años, también compite por la alcaldía de la capital michoacana Carlos Torres Piña, perredista por dos décadas, quien en 2019 ingresó en las filas de Morena, partido que lo candidatea luego de que se desempeñó dos veces como diputado plurinominal en el Congreso de la Unión y como secretario de Gobierno del estado (2021-2023).

Mas allá de propuestas como la rehabilitación de la red hídrica del municipio, para lo cual destinaría apenas el 10 por ciento de lo que se ha calculado que costaría, su discurso estuvo dirigido –como él mismo lo declaró– a “apegarse a la marca” de su partido, y su principal ofrecimiento al electorado son los presuntos beneficios de tener alineados los tres niveles de gobierno.

René Valencia: inseguridad

Hermano del actual dirigente del PRI, René Valencia Reyes, de 41 años de edad, es conocido en la capital moreliana por su activismo en Revolución Social, una organización que tiene como presunto objetivo hacer las veces de policía, ministerio público y sistema de justicia, a pesar de los cuestionamientos que esto conlleva en un Estado de derecho.

Los discursos de “mano dura” del candidato tricolor han estado dirigidos a apuntalar el alegado fracaso en el combate a la inseguridad de las administraciones municipales recientes (Morena y PRD-PAN), aunque han sido escasas sus propuestas concretas en la materia, si no es que, al menos, extravagantes, como la de comprar un helicóptero para vigilancia y operación aérea.

Héctor Ayala: voto de castigo

Licenciado y maestro en Derecho, Héctor Ayala Morales, candidato de Movimiento Ciudadano (MC), tiene dos décadas de servicio público, principalmente en la Secretaría de Educación en el Estado (SEE), donde escaló desde algunas direcciones hasta la titularidad de la dependencia en el gobierno de Silvano Aureoles Conejo.

Durante los pasados 45 días centró su discurso en la crítica a los presuntos gastos excesivos de quienes encabezarían las preferencias, con lo que intentó capitalizar el voto de castigo y el de los indecisos.

Entre sus propuestas más concretas destacaron la de una reingeniería del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Morelia (OOAPAS), aunque en ningún caso señaló cómo la implementaría ni con qué recursos.

Gisela Vázquez: apoyos sociales

Luego de haber ocupado la presidencia municipal de su originario Turicato, y haber enfrentado un proceso penal que la tuvo presa durante nueve meses, del cual salió absuelta de responsabilidades, Gisela Vázquez Alanís fue postulada como candidata a la alcaldía de Morelia por el partido de reciente creación Tiempo por México, vinculado al líder transportista José Trinidad Martínez Pasalagua.

Utilizó el periodo de campañas para autoproclamarse representante de las mujeres. Sus propuestas más reiteradas fueron la de repartir entre empresarios morelianos la inversión en obra pública (mismo monto que presume la administración actual), y la de dispensar 600 millones de pesos a trabajadores informales: mil apoyos en 30 mensualidades, de 20 mil pesos cada uno.

Gilberto Pizarro: perspectiva de familia

El más longevo de los contendientes, con 54 años cumplidos, es Gilberto Pizarro Hernández, formado en Derecho, catedrático de instituciones privadas (confesionales) y públicas (como la UMSNH), y fundador del Colegio de Abogados Católicos de Michoacán y la Red Nacional por la Familia.

Destacó como el único que se pronunció abiertamente en contra de las políticas públicas específicas por los derechos de la diversidad sexual, postura que complementó con su propuesta, reiterada, de transversalizar en la estructura institucional del municipio la “perspectiva de familia”, con la noción que de ésta tienen grupos de derecha como el Frente Nacional por la Familia.

Encuestas

El equipo de comunicación de Alfonso Martínez ha destacado las preferencias que le dan las encuestas de Policymetria, una agencia cuya página de Facebook fue creada en 2023 y que sólo tiene 22 seguidores; la última, presuntamente levantada casa por casa del 22 al 24 de mayo, lo coloca casi a una ventaja de dos-a-uno sobre su más cercano, Carlos Torres Piña (36.55 por ciento frente a 17.06).

Con una metodología de llamadas telefónicas automatizadas, cuestionada por muchos analistas en el país, la casa encuestadora Rubrum le daba a Torres Piña, hasta el mes pasado, una ventaja de casi cinco puntos porcentuales sobre el alcalde con licencia, pero la más reciente (28 de mayo) la reduce a medio: 40.8 sobre 40.3; otras, como Massive Caller, también controvertidas, continúan una tendencia similar hasta colocar a Martínez Alcázar a la cabeza.

Guerra sucia

El proceso local estuvo caracterizado también por acusaciones mutuas de guerra sucia entre los punteros, entre las que destaca la que hizo el candidato a reelegirse, quien acusó al del oficialismo estatal de haber sido beneficiado con una campaña en redes sociales, pautada, a través de páginas a modo, con recursos de la Coordinación de Comunicación Social, sobre lo cual fueron presuntamente interpuestas 13 denuncias, hasta ahora sin resolución.

La vía jurídica fue explotada inicialmente por el opositor local, cuyo equipo habría presentado (en total) hasta cuatro decenas de denuncias contra Alfonso Martínez por presuntas conductas como entregar calentadores solares y tinacos a cambio de votos, condicionar los servicios públicos municipales, y hasta ejercicio indebido de funciones, cohecho, lavado de dinero, tráfico de influencias, entre otras.

Estampas para el anecdotario

Los 45 días de campañas locales dejaron también algunas estampas para el anecdotario: un René Valencia que no supo decir cuántas tenencias tiene Morelia, un Torres Piña que confundió el oriente con el poniente del municipio, un Alfonso Martínez (dos veces alcalde) que no atinó a decir cuántas colonias irregulares existen en el territorio, una Gisela Vázquez que arribó con antorchas y toritos de petate a un debate, así como las riñas entre brigadistas, presuntos simpatizantes de los dos que encabezan las encuestas.