DEBATAMOS MICHOACÁN: Junio, orgullo gay

Pride Michoacán 2023. | Agencia de Comunicación Gráfica

Junio, mes del orgullo gay en el plano internacional, no es una efeméride, es más bien un llamado a la sociedad para visibilizar un importante movimiento social que ha encabezado una lucha social para la defensa de sus derechos y en contra de los mecanismos de opresión, como la invisibilidad, el estigma, prejuicio, exclusión, violencia, discriminación, el hábitus (Pierre Bourdiere) y muerte.

La designación de junio como mes del orgullo a nivel internacional, además de otras fechas que los movimientos LGBTTTIQ+ se han dado en cada país para celebrar el orgullo, no son efemérides protocolares, sino un recordatorio de las luchas de los movimientos disidentes sexuales contra la discriminación y la violencia, para homenajear a quienes ya no están y para hacer un balance en cuanto a lo logrado y lo pendiente, es decir, revisar la progresividad de los derechos humanos y redefinir las luchas e incidencia política para avanzar a nuevas conquistas, de derechos vigentes a nuevos derechos a derechos humanos como dijera Enrique Dussel (QEPD).

En América Latina y el Caribe existen avances sobre la diversidad de orientaciones sexuales e identidades de género que se encuentran aprobados por las leyes nacionales y locales, mismas que han logrado reconocer a las familias LGBTTIQ+ a través de la adopción lesbomaternal y homoparental, incluso el acceso a la fertilización asistida, cambio de género en sus actas de nacimiento y el reconocimiento de las filiaciones co-maternales y co-paternales, matrimonio igualitario, políticas públicas vinculadas al trabajo, la salud, la educación, la participación política,  así como la seguridad, con ello, se ve una luz a lo largo del túnel con lo que al parecer se da inicio a revertir la exclusión estructural histórica de las poblaciones LGBTTTIQ+.

Pese a la existencia de este trabajo normativo, institucional y de diseño de política pública, la violencia continúa atacando a las personas LGBTTTIQ+, por lo que todas las autoridades regionales, nacionales, locales y municipales deben hacer más para responder a estos actos de violencia contra la diversidad sexual, que mancha también a las mujeres heterosexuales cisgénero con violencia y feminicidio.

En materia de seguridad y en particular para México, con la llegada de diputados, diputadas y senadoras y senadores en esta Jornada Electoral 2024 por acciones afirmativas de diversidad sexual, migración, pueblos originarios, juventudes, discapacidad, entre ellas, a la senadora electa Celeste Ascencio, ahora se podrá legislar en esta nueva legislatura federal y en las locales, los marcos normativos que den sustento a la seguridad de las personas, pero además es necesario  el diseño de política pública para la prevención de las violencias, para ello se requieren de los datos estadísticos de las víctimas, pero no será suficiente, si es que no se acompaña de sistemas efectivos de  protección de las personas en riesgo, de campañas de comunicación para evitar el estigma y prejuicio que genera exclusión, así como las reformas del sistema judicial para que garanticen cumplir con la reparación del daño a la víctima y su asistencia en materia de asesoría jurídica, médica, psicológica, todo ello con enfoque de diversidad sexual y con servidores públicos no misóginos, no machistas, no racistas,  no clasistas, no homófobos, lesbófobos, no transbófobos.  

En estos últimos años, México, es ya un país de tránsito para la migración de personas que huyen de sus países (sur de América Latina) derivado de la crisis política que se viven, pero además el crimen organizado, la corrupción, la impunidad, la pobreza, falta de oportunidades, trabajo, precariedad y la violencia contra personas de la comunidad LGBTTTIQ+ y desde luego otras poblaciones, por lo que es importante llamar la atención de la delicada situación que viven las personas que son migrantes y que son igualmente violentadas por su orientación sexual, identidad de género o su expresión de género y es que la falta de documentos de identidad acordes a su identidad de género expone a las personas trans a mayores actos de exclusión y violencia al momento del proceso de migración.

Es decir, no se puede solo ver el problema nacional, sino es un problema holístico, sistémico como hay que abordarlo y generar las condiciones consulares para coadyuvar a procesos que no violenten la dignidad de las personas migrantes principalmente trans, en sus caminos de tránsito para llegar a sus espacios para pedir asilo.

Otro aspecto son las parejas y familias formadas con miembros de la llamada comunidad LGBTTTIQ+, quienes en el proceso de migración pueden ver vulnerado su derecho a la reunificación familiar, y es que hay que decirlo, muchas de estas personas migrantes huyen de sus países por la violencia que viven, para llegar a otros países, pero que en esa intensión pueden recibir más violencia.

De manera genérica, todos los países, incluido México, deben contar con políticas públicas sociales de abordaje de la pobreza que no se centren en familias nuclear heterosexual, sino en familias diversas y arreglos de convivencia y de cuidados para todas las personas, aun cuando no está aprobado en el Senado de la República, espero pronto contemos con un Sistema Nacional de Cuidados en México.

Recientemente fue el Día Internacional del Trabajo Sexual, se requiere insistir que la población trans y otros miembros de la llamada comunidad diversa sexual, no solo en México, sino en otros países, se debe de respetar y garantizar los derechos humanos de las y los trabajadores sexuales, quienes se exponen permanentemente a la violencia policial, falta de derechos laborales y sociales y la pobreza.

Es importante que se avance en la información del derecho al libre desarrollo de la personalidad, así como del interés superior de las infancias y adolescencias, y desde luego hacer progresividad en los derechos sexuales y derechos reproductivos de la infancias y adolescencias para el respeto a su vida, el desarrollo, la igualdad y no discriminación y desde luego la más amplia participación en el diseño de la política pública, recordemos de la presencia en distintos escenarios de infancias trans e infancias gay que requieren de espacios públicos incluyentes y generadores de confianza y sin violencias.

El movimiento y las leyes en favor del colectivo LGBTTTIQ+ en Latino América, han sido impulsados por activistas, organizaciones y políticos a lo largo de los años, cuando menos de los finales de los años sesenta del siglo XX a la fecha, y que consideramos en el mes de junio deben ser reconocidos por impulsar, crear y desarrollar el espíritu del orgullo gay o  LGBTTTIQ+.

Por ello, en este mes de junio, reconocemos que existen desafíos o limitaciones en relación a los derechos de las personas transgénero; la protección frente a la discriminación y la violencia; acceso a la atención médica de género y salud mental, derechos de los refugiados y solicitantes de asilo LGBTIQ+, educación inclusiva y concienciación en las escuelas, así como el apoyo a personas intersexuales; atención a la violencia y los crímenes de odio; promover el reconocimiento de la orientación sexual e identidad de género por  las familias y en lo social para el respeto de los derechos y libertades; además de la visibilidad y representación, porque sin representación, no hay democracia, además de seguir trabajando  con los medios de comunicación para combatir los prejuicios y estereotipos, por ello, la llegada de la senadora electa Celeste Ascencio, nos da la oportunidad de pensar, despensar y repensar que podemos avanzar con ella y muchos otros actores sociales, políticos, institucionales para mejorar la calidad de vida de la población LGBTTTIQ+. Este hecho subraya la importancia de la lucha continua por la igualdad y la protección de los derechos humanos para todas las personas, sin importar su orientación sexual o identidad de género.

Así la senadora electa Celeste Ascencio deberá enfrentar entre otros, estos desafíos señalados, por lo que habrá que generar las combinaciones de esfuerzos legales, educativos, sociales y culturales para garantizar la igualdad y el respeto para todas, todos, todes las personas, independientemente de su orientación o identidad de género.