Inicio Opinión SINDICALISMO CRÍTICO NICOLAITA | Reforma y desarticulación de la comunidad universitaria

SINDICALISMO CRÍTICO NICOLAITA | Reforma y desarticulación de la comunidad universitaria

"...no se debe despojar a la Universidad de su identidad y esto debe quedar claro en su Ley fundamental."

Consejeros técnicos de las dependencias universitarios, en la reunión convocada por la Rectoría para que apoyaran la reforma al Estatuto Universitario. | Fotografía: Prensa UMSNH

Ante la aprobación de la actualización al Estatuto de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) del pasado 29 de mayo, se han hecho evidentes algunas situaciones que limitan el arribo de la Universidad nicolaita a su consolidación como la institución a la que se aspira en los ideales plasmados en el contenido del artículo 4° de su aún vigente Ley Orgánica como la igualdad, la justicia, la dignidad y el compromiso social, coincidentes además con los criterios de la Ley General de Educación Superior, norma general del sistema nacional de educación superior.

Debido a la pluralidad de la comunidad universitaria existe una falta de articulación entre diferentes grupos críticos ante el abuso de poder, del uso político de la institución, de la permanencia de la corrupción y la impunidad y de la cultura de la amenaza y la represión; asimismo se advirtió que las opiniones hechas por otros grupos se enfilan a simular una crítica ante su prioridad de continuar en o ganar “la gracia” de las autoridades universitarias y el Gobierno y dar cauce a sus aspiraciones; por otro lado hasta ahora ha habido silencio de parte de brillantes académicos expertos en Derechos Humanos, filosofía, educación y humanidades que se supondría, debieron hacer señalamientos o propuestas ante el proyecto de estatuto universitario.

Si bien es cierto, que el proceso para la “socialización” y para la participación de la comunidad universitaria sobre el proyecto de Estatuto Universitario, fue fuertemente contenido, se esperaba que la participación de la comunidad universitaria fuera más nutrida, crítica y propositiva. Por otra parte, como se había advertido en esta columna de opinión, era predecible que el perfil de las autoridades que actualmente dirigen a la UMSNH hicieran que su enfoque para los asuntos de trascendencia institucional fuera pragmático, las dimensiones de ello se hicieron patentes cuando se intentó cerrar algunas carreras, acortar otras, argumentar el costo que implica la formación de estudiantes por carrera como un criterio preminente para tasar el beneficio de la formación de las y los jóvenes en una institución universitaria, de naturaleza pública, popular y con la trascendencia que tuvo la institución para la construcción nacional.

Como se ha mencionado anteriormente en este espacio, no se debe despojar a la Universidad de su identidad y esto debe quedar claro en su Ley fundamental. Se debe recordar que como lo señaló en algún momento el maestro Luis Ignacio Flores Bocanegra en uno de los conversatorios del Frente en Defensa del Bachillerato Nicolaita cuando Raúl Cárdenas Navarro, emprendió la Reforma al Bachillerato Nicolaita sin la participación de los académicos de ese nivel formativo: “el nicolaicismo es la puesta en práctica del humanismo, pues, es una derivación particular de este, dicho en el lenguaje profesoral, es un particular concreto que se desprende de un universal abstracto”. Asimismo, el historiador nicolaita José Herrera Peña, definió al nicolaicismo como “un enjambre de ideas derivadas del humanismo renacentista, del cristianismo primitivo, del liberalismo enciclopédico y del socialismo libertario, entre otras cosas, que al amalgamarse en el curso de los tiempos, han adquirido un especial perfil”, por haber sido estas vertientes fundamento del ideario de ilustres personajes del devenir nicolaita.

Pero también es necesario frenar las situaciones de abuso de poder, del uso político de la institución, de la permanencia de la corrupción y la impunidad, aun cuando se diga que se adoptan o se pretendan adoptar normativas de transparencia y rendición de cuentas, que como se ha visto son insuficientes si permanecen los pactos de impunidad entre las distintas administraciones y entre estas y el Gobierno, además se debe limitar la cultura la amenaza y la represión a través de mecanismos que verdaderamente velen por los Derechos Humanos de la comunidad nicolaita y que no sean manipulables por las autoridades.

Por otra parte, aunque se haya establecido un proceso que en apariencia democratizará la elección de quien ocupe la Rectoría, lo cierto es que para mantener el control sobre quién dirige a la UMSNH se mantuvo a la Comisión de Rectoría para lo que parece que hubo un acuerdo, pues el grupo de académicos que “se desgarraba las vestiduras” cuando se mencionaba o daba lugar a ese órgano transitorio de alguna manera no ha manifestado malestar alguno, habiendo sido de los más aguerridos promotores de “no mover un punto ni una coma a las jubilaciones y pensiones”. Ese mismo grupo envió una “carta abierta de los trabajadores académicos” a la Secretaría Privada del Gobierno del Estado y al Congreso del Estado en noviembre de 2021, cuyo primer firmante, el licenciado Manuel Camacho Orta, dijo haber redactado una propuesta de Ley Orgánica, que a la fecha no ha sido socializada a la comunidad universitaria.

Por otro lado, se difundió en los medios de comunicación que el pasado 12 de octubre la asociación civil “Ex Alumnos nicolaitas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo A.C.”, una de las organizaciones de ex alumnos que participaron en los movimientos estudiantiles de los años 60, encabezada por el Licenciado José María Montejano, presentó a la Rectoría una propuesta de Reforma a la Ley Orgánica de la cual sólo compartieron, se sostendría en cuatro ejes (https://primeraplana.mx/archivos/954583), pero que no han socializado con la comunidad.  

A partir de la publicación del estatuto universitario actualizado en la Gaceta Nicolaita, el pasado 3 de junio de 2024, de acuerdo con su sexto transitorio, en un plazo no mayor a 180 días hábiles la Rectora tendría que presentar el proyecto de reforma y armonización de la Ley Orgánica de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo para que sea aprobada por el Consejo Universitario y en su caso se presente ante el Congreso del Estado, por lo que la comunidad universitaria tiene la oportunidad, mejor dicho, el derecho de exponer e impulsar las propuestas que consideren pertinentes para que la UMSNH manteniendo su identidad, acorde con los criterios de la Ley General de Educación Superior fortalezca y concrete su compromiso con el pueblo de Michoacán y México.

Lo anterior teniendo presente las macrotedencias que influyen en la formación profesional y las posibilidades y transformaciones a las que da lugar la Inteligencia Artificial,  la Inteligencia Aumentada (¡sobre las que aún no se define una política institucional!), las humanidades digitales, la robótica, la producción en capas, el Big Data, el Internet de las cosas, la transformación digital, la biotecnología, la nanotecnología y la creciente presencia de estas en la actividad humana, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las personas.

Hay una inmovilidad pasmosa de la comunidad universitaria que sorprende a propios y extraños y que ha sido propiciada por los intereses externos a la institución, entre estos, la situación en la que se ha mantenido a los sindicatos universitarios, que ni siquiera tuvieron presencia y mucho menos voz en la sesión de Consejo Universitario del pasado 29 de mayo, pero con todo y ello es un derecho y deber discutir los asuntos torales que no han sido tratados deliberativamente por la comunidad universitaria y que incluso trastocarían la formación de los jóvenes michoacanos y del país, pues la combinación del pragmatismo de las autoridades universitarias, con un gobierno que ha secuestrado la representación de los académicos, un consejo universitario dócil y acrítico que no realiza discusiones al nivel que se esperaría de un órgano universitario y la inmovilidad de los académicos y comunidad, no pueden ser ingredientes para que emane una reforma a la Ley Orgánica digna y a la altura del legado de la Universidad Nicolaita.

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