DEBATAMOS MICHOACÁN: Movilizaciones LGBTTTIQ+

Al finalizar la década de los años sesenta del siglo XX, el incipiente trabajo organizativo de personas disidentes sexuales permitió sentar las bases para impulsar acciones que permitieron reivindicar más tarde, un conjunto de derechos por el reconocimiento y contra la no discriminación, luchas que fueron progresando a lo largo de éstas cinco décadas en la defensa de los derechos humanos y las libertades.

En distintos países de América Latina y el caribe (Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia y México) se avanza significativamente en la  progresividad de los derechos humanos, ya por medio de la incidencia política a los poderes del Estado, es decir con el legislativo en propuestas de marcos normativos, con el poder judicial a través de fallos judiciales (en mucho nos ayuda en Michoacán la Clínica de Litigio Estratégico de la UMSNH, que dirige mi amigo el Doctor Gumesindo García Morelos) con el poder ejecutivo en el diseño de políticas públicas y estructuras operativas para orientar las políticas públicas, con ello, se ha permitido positivizar los derechos de identidad de género, el matrimonio igualitario, la adopción homoparental o lesbomaternal, delitos de discriminación, lesiones por orientación sexual e identidad de género, o muerte calificada en razón de orientación sexual e identidad de género; ley antidiscriminatorias, etc.

Pese a ello, los retos del Estado frente a la comunidad diversa siguen siendo fuertes, porque sus respuestas han sido débiles para la atención de la violencia física, cultural, estructural, incluso institucional, así como también la atención del transfeminicidio. En este sentido, la violencia se incrementa cuando hablamos en una misma persona violencia o discriminación homofóbica y se cruza con discriminación por raza y clase social.

Pese a los marcos normativos, políticas públicas, estructuras operativas, noto que el camino por el cual transitan los colectivos de la diversidad sexual, son las movilizaciones las cuales las hemos visto cuando se tocan los derechos de la diversidad sexual, y que cada vez más se suman en espacios tanto de la capital de las entidades federativas, como de las cabeceras municipales. Pese a ello, esta poco estudiado las contramovilizaciones que se han generado a través de la Iglesia Católica y las Iglesias Protestantes, mediante los rosarios y muchos otros mecanismos más para desprestigiar y oprimir a la comunidad diversa sexual.

Desde los años noventa del siglo XX, los movimientos sociales impulsaron acciones para la atención de la violencia y la no discriminación y desde la ONU a través de sus estructuras del Consejo de Derechos Humanos, se les mandató a los Estados miembros realizar acciones a favor de proteger a las personas de la violencia homofóbica y transfóbica; prevenir la tortura y los tratos crueles, inhumanos y degradantes contra los disidentes sexuales; despenalizar las relaciones homoeróticas; prohibir la discriminación por orientación sexual e identidad de género; así como respetar las libertades de asociación, expresión y de reunión pacífica, la elección de la pareja, de los hijos y respecto de sus derechos sexuales y derechos reproductivos.

En todos estos años de trabajo para la atención de problemáticas de la diversidad sexual, identifico que el reconocimiento de los derechos de la diversidad sexual existen dos procesos elementales de socialización y expansión versus de violencia, exclusión y opresión; por un lado, cuando las sociedades experimentan procesos educativos, y culturales más abiertos, existe la tolerancia, es decir, el reconocimiento de las diferencias y aceptación de que unos y otros tienen los mismos derechos en relación con la diversidad sexual, ello permite que progrese la agenda. Por otro lado, encontramos los movimientos de disidentes sexuales quienes buscan el reconocimiento de sus derechos humanos. Ambos procesos se pueden ver cruzados, sobre todo en las capitales del país, y principales ciudades en México, no obstante, algunas ciudades y sitios generan las contradicciones porque los grupos conservadores se presentan en todo el país, realizando contramovimientos por el matrimonio igualitario, la identidad de género, la adopción y un etcétera más.

En estos tiempos, algunos de los  liderazgos de la diversidad buscaron hacerse del poder teniendo un cargo de representación popular apoyados en los partidos políticos, no obstante, en muchos casos se les negó la oportunidad de disfrutar de las acciones afirmativas; no obstante, se fue generando un gran descontento porque fueron hombres cisgéneros los que participaron en los procesos y con las acciones afirmativas los que simularon ser mujer y el Tribunal Electoral reconoció que no podía tocar su individualidad.

En este mes del orgullo gay, entendemos que el orgullo es una manera de mantener arriba el ánimo para seguir con la lucha social en la defensa de los derechos humanos de la población y es evidente que así los hacen los diversos grupos sociales de diversidad en los municipios y en la capital del estado, donde la senadora electa Celeste Ascencio viene acompañándolos con un compromiso de ratificar su decisión de coadyuvar a encontrar mejores condiciones de vida para la población disidente sexual.

Así, este mes saldrán a los espacios públicos a expresar su orgullo los contingentes de Maravatío, Apatzingán, Quiroga, Pátzcuaro, Chucándiro, Zitácuaro, Morelia, Jiquilpan, Tarímbaro, Turicato, así como la tercera Marcha del Orgullo Gay Purépecha en Paracho, en donde estará presente la senadora electa Celeste Ascencio, y a la cual también la acompañaré por el significado que tiene sociopolíticamente este acto de resistencia frente a lo eurocentrado.

La marcha del orgullo gay Purépecha, es icónica por diversas razones, no es solamente pensar en la búsqueda de los derechos y libertades de las poblaciones LGBTTTIQ+ étnicas, al contrario, tiene que ver con el giro decolonial del que hablan diversos autores, y teóricos entre ellos, Aníbal Quijano, que nos habla de la colonialidad desde el poder, así como Walter Mignolo y Boaventura de Sousa Santos (en su texto Epistemologías del Sur) nos hablan de la colonialidad del saber; en tanto que otros teóricos más,  han tocado el tema de colonialidad desde el ser, de ahí la importancia, como estos nuevos movimientos sociales étnicos de la diversidad sexual, que tratan de emanciparse del yugo colonial, lo realizan a través de su disidencia sexual y visibilizan la opresión de que han sido objeto desde la época de la modernidad.

El denominado giro decolonial, nos muestra la importancia que tiene echar abajo las ideas preconcebidas del proceso colonial, en donde el ser, los saberes, y el poder se sometió, controló y disciplinó al modelo de la modernidad.

De esta manera, el pensamiento decolonial nos permite diferenciar entre colonización y colonialidad. La colonización presenta la apropiación de un territorio y la dominación sobre sus pueblos y comunidades por parte de un pueblo conquistador, los españoles, en tanto que la colonialidad se refiere a una forma de pensar que reproduce la ideología de los colonizadores en el pueblo colonizado, aun cuando el proceso de colonización haya concluido, es decir, para el pueblo de México la Independencia fue en 1810, pero sigue presente la ideología colonial, principalmente con la misoginia, el clasismo, racismo, homofobia, bifobia, transfobia y lesbofobia, como la tan actual xenofobia. 

Uno de los elementos que nos dejó la colonización fue hacer universalismos, es decir, homogenizar estructuras sociales para después jerarquizar, un ejemplo de ello, sería el concepto de masculinidad hegemónica, en donde no tienen cabida las masculinidades subordinadas y una diversidad de masculinidades atemporales y ahistóricas y desde donde se ejerce el desprecio a lo racial; y por otro lado, dejar de lado los pluriversos, transitar sobre el binarismo y exterminar con la diversidad social, cultural, política, dogmática, lingüística, así como la diversidad sexual.

Hoy, ese acto de resistencia, disidencia y diversidad será acompañado por la senadora electa Celeste Ascencio, mujer diversa, originaria, joven, regresa a su territorio, regresa a dónde están sus seres queridos, a donde aprendió la espiritualidad a la naturaleza, regresa a compartir y a disfrutar y a decirles que la DIVERSIDAD ES NUESTRA FUERZA.