VIVILLADAS: Escuelas normales… al rescate del prestigio

Décadas de tradición  en la formación de maestros para educación básica estuvieron a punto de tener un tropiezo que no tiene nada con ver luchas políticas, posesión de grupos al interior de las mismas ni por desenvolvimiento académico de sus egresados, sino con el examen de admisión que durante años se ha aplicado y desarrollado, si bien no de manera perfecta al menos con  ejemplo de transparencia, fuera de pericias ajenas y manipuladoras; en esta ocasión fue más que evidente la presencia de mano negra,  mano que en pos de rapiña poco le importó el prestigio de las históricos centros educativos.

Cada año que se lleva a cabo el proceso para la selección de aspirantes a las instituciones en mención, se presenta  personal de la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) quienes en coordinación con  la Secretaria de Educación en el Estado, pero bajo la tutela y supervisión del personal de México,  llevan los trabajos de capacitación y aplicación del examen en cuestión; todo en absoluta claridad , con exámenes foliados y empaquetados en bolsas de plástico, al igual que las hojas de respuesta, por separado; mismos documentos que son contados uno a uno sin abrir el sobre,  por los cuales cada aplicador firma, quedando bajo su responsabilidad y custodia. Una vez frente a los aspirantes se procede a abrir  y a entregar el cuadernillo de preguntas y la hoja de respuestas, en orden de ficha y con la respectiva credencial de identificación; Se dan  las instrucciones generales y se especifica el tiempo que tienen para la resolución que normalmente es de dos horas y media. Cabe señalar que en el transcurso del examen los aplicadores tienen, casi de manera permanente, observadores de instancias distintas.

Una vez concluido el tiempo designado todos participantes entregan  su examen y uno o dos aspirantes firman como testigos del proceso (si algún alumno termina antes deja lo correspondiente y sale de la institución); Finalmente el aplicador, lleva a la mesa receptora los documentos foliados en las mismas bolsas selladas, si todo coincide, hojas de respuesta, folletos de preguntas , folios específicos y cantidad, el aplicador (que puede ser docente o personal de apoyo a la educación) firma de conformidad y ahí acaba su función. Quedando en resguardo de los comités respectivos, que una vez terminado el proceso en la institución se dirigen, custodiados por personal de México, de la SEE Michoacán, de la dirección escolar, del comité estudiantil y en ocasiones hasta compañeros del  sindicato magisterial.  .

Para finalizar el proceso, ya en la sede estatal  correspondiente, las hojas de respuesta se introducen al lente óptico de las computadoras y de acuerdo a lo programado y  contestado sale la calificación alcanzada por cada aspirante, puntualizando cada campo de estudio. La clasificación general,  en base a los criterios de evacuación y  de desempate que ya fueron programados con anterioridad, se publica a través de los medios de comunicación, en redes sociales y por supuesto en cada una de las propias instituciones.

Quisimos presentar el esquema general de la aplicación para que, en primer lugar, no quede duda del manejo que se hace del proceso por parte de la escuela normalista en turno, para que pueda la sociedad darse cuenta que no hay manipulación en ningún sentido al interior de la misma por parte de la dirección , del  cuerpo de catedráticos  o no docentes, lo que demuestra equidad o transparencia y, en segundo término, que si, en esta ocasión,  existió corrupción en los resultados (como es indudable) ésta fue en el interior de la propia Secretaría de Educación en el Estado, de los funcionarios, ayudantes y secuaces, que tuvieron en su poder los cuadernillos de preguntas y las hojas de respuesta. No hay vuelta de hoja.

Quizá haya dudas del por qué no involucramos a la gente que sistemáticamente viene de México,  la respuesta es sencilla: porque en esta ocasión  todo estuvo bajo la responsabilidad del Estado, no estaba personal de la DGESPE, al menos en las instituciones normalistas, ni para la capacitación y obvio, ni para la aplicación. Mención aparte, no menos interesante, es que los folletos de examen no estaban foliados, como es conveniente, porque pudieron desaparecer algunos, en la propia imprenta y nadie pudo notarlo.

Es una verdadera pena y vergüenza que sí, el Gobierno del Estado y la SEE tuvieron en su poder un proceso tan complicado, reñido y esperanzador para miles de jóvenes, aspirantes a las distintas licenciaturas en educación, haya resultado un fracaso; lo que es peor, haya quedado evidenciado todo un esquema de corrupción, donde todo apunta a la venta de claves del propio examen, venta que, según testigos, osciló entre 25, 30 o 35 mil pesos.

Una vez que salieron las listas con los nombres de los seleccionados todo mundo se puso de cabeza porque ¡existieron decenas de aspirantes que sacaron 100 aciertos de 100 preguntas y otros tantos con 97 puntos a favor! ¡Dios mío, puro superdotado, puro Einstein en potencia, sería la generación perdida del Ateneo! ¡Qué Finlandia, Alemania o Australia! ¡México era ejemplo mundial! Con pena decimos, la realidad es otra, queda de manifiesto, una vez más, que la deshonestidad se tiene tatuada como estigma. Por otro lado, Justo es señalar que en la Normal de Tiripetío, al parecer no hubo manipulación en este sentido.

En forma atinada, el Secretario de Educación en el Estado, Héctor Ayala Morales, en base a las manifestaciones de rechazo y de repudio al proceso de selección, donde todos exigían  explicación  e investigación de los hechos y desde luego la cancelación; tomó la decisión de anular  el proceso, mismo que está previsto para los días del  17 al 21 del presente mes de agosto.

 Por último, debemos puntualizar que es una verdadera pena y lástima para los jóvenes que en base a su estudio y capacidad aprobaron y salieron electos en los resultados finales, es un triunfo que alcanzaron y por culpa de otros puede saberles a derrota, pero nadie más que  ellos mismos  pueden levantarse  de esta desilusión;  deben prepararse para la contienda que sigue. Sin duda lo volverán a lograr.

Entendemos que la anulación del proceso no fue nada fácil para las autoridades educativas, pero creemos que se dieron cuenta que no solo estaba en riesgo el prestigio de las escuelas normales sino también el de la propia secretaría que ellos representan y deben respetar .El rompimiento con la colectividad, con los jóvenes aspirantes, se hubiese dado en algo muy delicado y difícil de reconstruir: los principios éticos que en toda institución  deben ser pilar esencial para tener calidad moral ante la propia sociedad. Georges Bernanos (1888-1948) Novelista y dramaturgo francés externó: “El primer signo de la corrupción en una sociedad que todavía está viva es que el fin justifica los medios” No obstante, también existe la otra cara de la moneda: “pero, en cualquier caso, ¡el Camino de Santiago existe! y en él se encuentra la magia, el espíritu y la simiente de un mundo nuevo, más humano, mejor y diferente”. Deseamos que esta experiencia no haya sido en vano.