La otra pandemia…

La cantera rosa de Morelia llora llena de dolor, rabia e impotencia al igual que las miles de personas que intentando ser escuchadas, plasmaron en la cantera su dolor.

Cada día se sabe de más desaparecidos, la mayoría mujeres jóvenes. También desaparecen hombres, niños y niñas, desaparecen, como ha desaparecido el respeto a la vida, el respeto al otro.

A los pocos días de la multitudinaria protesta por la desaparición y asesinato de Jessica, desapareció Xitlali Elizabeth Ballesteros, enfermera que estaba en la línea de atención de la pandemia del Covid-19.  Desapareció el 30 de septiembre, al día siguiente del grito de miles: “Ni una más”.

Era día de fiesta en Morelia, se celebraba al gran General José María Morelos y Pavón, quien luchó por la igualdad y la libertad de todos.

Xitlali fue encontrada cerca del lago de Cuitzeo, el cual al igual que miles de mujeres está muriendo, y las instancias correspondientes no hacen nada al respecto.

Mas allá de las instituciones, es la desaparición de valores, respeto y amor por quienes y lo que nos rodea lo que está llevándonos al carajo.

El lago de Cuitzeo, otrora cristalino y pleno promovedor de vida está literalmente agonizando, huele a podredumbre, a muerte. Y en vez de salvarlo, la inconciencia y la avaricia lo deseca, lo desangra cada día sin misericordia alguna.

La naturaleza, la madre tierra es mujer. Es creadora de vida, proveedora para con sus hijos y sin embargo es ultrajada, no respetada, vituperada, violada, asesinada.

No es coincidencia, que todo lo femenino sea atacado, es la mujer la cuidadora y reproductora de vida y valores.

Quien no lo entiende, no valora su grandeza la desprecia, la destruye, la viola, la mata.

Ese mismo miércoles 30, fue hallado el cuerpo calcinado de Rosa G., de 33 años, en Zamora. El pasado 27 de este mes, fue encontrada por unos niños el cuerpecito de Michelle Aylin, de tres años que fue víctima de abuso sexual y murió por asfixia, en el estado de Nayarit.

La mañana del sábado 17 de agosto, la niña Patricia F. salió de su casa ubicada en Baqueel-Teel, municipio de Chilón, Chiapas a la cabaña denominada Lupita, ubicada en la ranchería Nachij, a media hora de distancia, donde fue contratada por el propietario para realizar la limpieza, al terminar el convivio que éste celebró con sus familiares, la niña desapareció y posteriormente su cuerpo fue encontrado sin ropa y con huellas de abuso sexual.

Durante los primeros ocho meses de 2020 se registraron 645 víctimas de feminicidio. Ha aumentado 145% en seis años, es evidente que no hay una estrategia ni interés para evitarlos.

Los feminicidios de Isabel, Ingrid, Fátima Cecilia, Diana Carolina, Susana, Danna Miriam, Alondra, Fernanda, Jessica y Xitlali, y de muchas más, han sacudido al país y detonado marchas en demanda de mayor acceso a la justicia y políticas públicas para prevenir ataques contra las mujeres.

Todos los días en las redes sociales aparecen rostros de desaparecidas, sus familiares piden a la ciudadanía ayuda para encontrarlas, ya que las instancias correspondientes no les atienden adecuadamente, y cuando por fin las buscan,  las encuentran cuando ya es demasiado tarde.  Hasta agosto se cometieron en México 645 feminicidios, son miles de mujeres las que han sido asesinadas y/o privadas de su libertad.  2,240 mujeres fueron asesinadas durante los primeros siete meses del año. La cantidad representa un aumento de 3.1% en comparación con el mismo periodo de 2019.

Esto significa que 10.5 de mujeres son asesinadas diariamente, no obstante, el confinamiento por el Covid.

 La violencia contra las mujeres se incrementó notablemente durante “la nueva normalidad”. El feminicidio, homicidio culposo, lesiones dolosas y/o culposas, secuestro y trata de personas repuntaron hasta alcanzar 6,049 víctimas en junio.

Los últimos hechos de violencia contra las mujeres han azotado al país, dejando dolor, heridas sin cicatrizar y una impunidad que se extiende.

Los feminicidios parecieran otra pandemia. Si bien el país se estremece con el número creciente de fallecidos por Covid-19,  lo mismo con los asesinatos de mujeres y la violencia sexual que sufren.

Las mujeres han estado asociadas desde la prehistoria con la luna, En muchas culturas se rendía culto al sol y la luna. El sol representando a lo masculino, la luna a lo femenino.  Uno y otro igual de importantes.

No podríamos vivir sin uno u el otro.  Ver la luna, es ver el reflejo de la luz del sol, pero de manera diferente, suave, cautivadora e inspiradora siempre ha sido la madre luna.

La primera luna llena de octubre es conocida como luna de la cosecha, proporciona luz a los agricultores que cosechan sus cultivos durante la noche. La segunda luna llena ocurrirá el 31 de octubre, abriendo las puertas del más allá en vísperas del día de muertos.

El dolor que vive México, por los 81mil, 887 muertos por Covid, y por las más de dos mil de mujeres asesinadas tan solo en los primeros meses de este año es enorme.

Cuanto dolor y llanto verá esa segunda luna llena de octubre. Extraordinario fenómeno astrológico no ocurrido desde 1944.  Se le conoce como luna azul; a la siguiente luna después de la luna de la cosecha.  También se le conoce como la luna del cazador, porque era y es aun la que esperan los cazadores, para usar su luz   para cazar presas y prepararse para el invierno.

En la mayoría de las culturas se veneraban deidades femeninas representativas de la Luna. Este tipo de deidades eran muy importantes y tenían un papel fundamental; escuchaban los deseos y las plegarias de los humanos, para que la luna no dejara de salir, pues gracias a ella se podía medir el tiempo, saber la época en la que plantar y cosechar. Y sobre todo rogaban que no desapareciera nunca, ya que da luz impidiendo la total oscuridad.

Hace unos minutos, mientras escribía éste, me enteré de que tras tres meses de desaparecida Celenne Yuritzi Ordoñez fue encontrada sin vida en Pátzcuaro.  Han sido  asesinadas 120 mujeres  en Michoacán en lo que va de este año.

El maltrato, la falta de respeto, el asesinar y privar de su libertad a mujeres, hombres, de cualquier edad es la otra pandemia que vive nuestro país.