DEBATAMOS MICHOACÁN: Estudios de las masculinidades (primera parte)

La existencia de importantes estudios de la masculinidad desde los años setenta del siglo XX son principalmente europeos, así como de Estados Unidos, Canadá y Australia; pero también en América Latina, se han generado importantes avances en la producción teórica del tema de masculinidades.  La idea es dejar de lado el concepto de hombre como representante de la humanidad y adoptar el estudio de la masculinidad y las experiencias de los hombres como específicas de cada formación socio-histórico-cultural.

Las primeras reflexiones teóricas se ocuparon de los hombres comunes y de su vida cotidiana, pero dejaron de lado, el revisar las posiciones de otros hombres como los militares, incluso los políticos y desde luego los héroes, ellos también concentran poder y lo utilizan. Los enfoque teóricos utilizados fue la teoría funcionalista de roles que se desarrolló en el texto de Parson y Bales, “Familia, procesos de socialización e interacción”, dicha teoría no reconoce el conflicto, se plantea fundamentalmente un ámbito individual, es estático, supone diferencias de los sexos, en el ámbito de cada uno de ellos. También en los años ochenta y noventa se elaboran textos teóricos desde la perspectiva de género (Connell y Connell y Lee) y desde luego, otros ejercicios de revisión, como lo fue desarrollar estudios  etnográficos.

El enfoque de la perspectiva de género, en el marco del artículo de Gayle Rubin en 1975, plantea el conflicto, el carácter relacional de la masculinidad, la necesidad de estudiar las relaciones de poder, de analizar el carácter histórico del género y el problema fundamental de la subordinación de la mujer. Los años noventa del siglo XX, podríamos decir dan inicio  los trabajos teóricos en América Latina de la masculinidad, cuyo fundamento fue la perspectiva de género como enfoque teórico. Como se puede observar los abordajes teóricos de la masculinidad se ven materializados por posiciones esencialistas, funcionalistas, de  perspectiva de género y de estudios etnográficos.

Por otro lado es importante precisar de lo qué  hablamos cuando expresamos el concepto de masculinidad, es decir, ¿masculinidad como objeto de estudio?, las explicaciones van desde posiciones políticas y académicas.

Las posiciones sociopolíticas son consideradas por Clatterbaugh (1990) y las divide en seis: conservadoras (esencialistas  el papel de dominador, proveedor y protector);  profeministas (la masculinidad es una creación social y es posible cambiar la actual situación de dominación); el movimiento de los derechos de los hombres (lucha de los hombres por sus derechos); desarrollo espiritual (entre los hombres se construye la masculinidad y la hombría); de enfoque socialista (la masculinidad tiene sus raíces en las estructuras de clase de la sociedad, su costo es la alienación; las de grupos específicos (homosexuales, negros, de talla baja).

Por otro lado desde la antropología, Gutmann sostiene la existencia de cuatro fórmulas para la comprensión de la masculinidad: 1.- todo lo que hacen o piensan los hombres (confunde genero con sexo); 2.- todo aquellos que hagan o piensen para ser hombres (solo se limita al contexto del 49% de la humanidad) tanto en el 1 y 2 se olvida la existencia de mujeres con prácticas masculinas ; 3.- lo que piensan y hacen algunos hombres considerados como paradigmáticos y (; 4.- la masculinidad se encuentra dentro de las relaciones femenino-masculino, es decir el género (modelo relacional, que es lo masculino y que es lo femenino).

Por otro lado, también Kimmel y Messner, plantean la existencia de tres modelos: a.- biológico, se estudia la biología y la genética y explican la conducta  de cada sexo (es esencialista, ahistórico y ciego al género); b.-  Antropológico, la conducta universal está determinada por el medio y la cultura determinan las dinámicas de la masculinidad que tiene el hombre (incompleta posición de la antropología); c.- sociológico que estudia las actitudes, prácticas, conductas, que definen a las masculinidad y lo femenino (incompleta posición de la sociología)

Para Seidler, expresa en su posición teórica, los antecedentes del periodo de la Ilustración (pero igualmente en el periodo del liberalismo del siglo XVIII, también fueron elitistas y sexistas), en donde se ubica la masculinidad como racional y sostiene que hay que producir una nueva metodología de investigación que recoja aspectos emocionales, que no se consideran, por ello plantea tres modelos: a.- hombres que reconocen su enojo contra las masculinidades heterosexual dominante y desarrolla una línea de estudios antisexista, contra la violencia masculina, el acoso sexual, la violación; b.- de la liberación masculina, que es sí misma es una contrapropuesta, toma de la teoría de los roles y postula también que los hombres están limitados y sufren por ello, por los papeles que les asigna el patriarcado; c.- rechaza la interpretación de la masculinidad solo como una relación de poder e insiste en una contradicción que se genera y a la que se enfrentan cotidianamente los hombres con otros hombres con son dominantes. En conjunto es importante para Seidler que el hombre exprese sus experiencias, pero también sus emociones. Es decir hablaríamos de la complementaridad y de un enfoque más de complejidad.   

Para Connell, la masculinidad lo lleva a pensar en las corrientes filosóficas-teóricas de los distintos autores que han realizado estudios de masculinidad,  por lo que su propuesta se presenta en tres ejes: a.- esencialistas, la búsqueda del núcleo duro en cada individuo, que sería su masculinidad (es arbitraria); b.- corriente positivista, la búsqueda de los rasgos y conductas de los hombres, es decir, el patrón de la vida del hombre en una cultura a la que se le llamará masculinidad (una relación de actividades de hombres y mujeres es género, situación que no reconoce; si se habla de las  diferencias, no se requiere el femenino y el masculino); c.- estructuras normativas, es decir el cómo se es hombre a través de las normas (hay hombres que no se ajustan a las normas y ello, no los hace hegemónicos, por ejemplo los hombres con conductas femeninas pero heterosexuales).

d.- lingüística estructural, donde se define la masculinidad a partir de un sistema de diferencias simbólicas, como no feminidad, lugar del poder, el falo, la invisibilidad del hombre. Esta posición se coloca en el plano de la Estructura y no del plano de lo personal, supera el esencialismo, el positivismo y lo normativo; e.- modelo de estructura de género, que se organiza a través de cuatro dimensiones; las relaciones de poder, las de producción, las de deseo y las de simbolización. Por lo que se debe analizar como una construcción social, histórica, que cambia, de conformidad con su clase, raza, o etnia, y agregaría su ejercicio sexual, el dogma, el edadismo, el colorismo y la discapacidad. Estas posiciones deben de considerar al menos cuatro premisas.

La primera premisa: la masculinidad no puede desligarse del plano institucional, para ello, funcionan las instituciones como el Estado, el mercado de trabajo, la familia y la escuela, la iglesia, los deportes, la cultura. La segunda premisa, la masculinidad vista en su relación esencial cuerpo y sexualidad, que define las lógicas sociales y el sexismo, la heteronorma. La tercera premisa, la historia de la vida social, la inequidad de género, el carácter político de la masculinidad y la existencia de varias masculinidades es una sociedad y en un momento dado, es decir un análisis genealógico y arqueológico para su comprensión histórica.

Y finalmente la importancia de los valores, para la construcción del compromiso de la igualdad entre todos los seres humanos y fundamento en las investigaciones  de la masculinidad, toda vez del poder acumulado del hombre, supremacía que es obstáculo para todo progreso social.

Alrededor de todos los estudios existen tensiones y complejidades que requieren de la comprensión de continuar avanzando para un mejor entendimiento del concepto de masculinidades. Por ello, el desafío político e intelectual para su comprensión.