VIVILLADAS: 106 aniversario de la BCENUF

Benemérita y Centenaria Escuela Normal Urbana Federal de Morelia. (Foto: especial)

Las escuelas normales del país y de la entidad están pasando por una situación muy complicada no solo por la pandemia y lo que educativamente conlleva, sino también por situaciones de índole político – administrativo, porque hay incluso quienes han planteado su desaparición, especialmente las normales rurales, lo que sería un golpe fuerte para la formación de docentes y desde luego un conflicto que ni la sociedad ni el gobierno actuales quisieran sortear.

En este marco la Benemérita y Centenaria Escuela Normal Urbana Federal de Morelia cumple ya 106 años de existencia  y fue muy interesante el discurso oficial a cargo de su actual director Jorge Vargas Ramírez, que en un evento a la distancia, con apoyo de la tecnología, hizo importantes reflexiones y planteamientos, retomaremos algunos de sus ideales centrales más determinantes:

…Con frecuencia, la sociedad, los medios de comunicación, algunos políticos, funcionarios gubernamentales y empresarios, así como representantes de grupos sociales conservadores, responsabilizan a las escuelas normales, sobre todo a las oficiales, de las adversas condiciones generales que prevalecen actualmente en la educación pública básica en el estado, ignorando o queriendo ignorar las estrechas relaciones que existen entre éstas y los diversos sectores del desarrollo del país.

En ese sentido, el papel del gobierno federal ha llegado a ser fundamental por su incumplimiento a la responsabilidad de suministrar los apoyos estratégicos necesarios para el crecimiento sostenible de los sistemas de producción y consumo. En los países en desarrollo como el nuestro, la importancia del Estado es todavía más notoria, sobre todo en aquellos sectores de la economía que como la educación se caracterizan por su baja rentabilidad y dinamismo, pues, aunque se señale que existe un 8% del PIB destinado para la Educación, porcentaje que los organismos internacionales han recomendado y que se encuentra establecido en la Ley General de Educación, en nuestro país apenas llegó en el 2020 al 5%.

 Aunado a lo anterior, para el ciclo escolar 2021-2022, está contemplada una reducción económica del 95% para la Educación la Superior, nivel educativo en el que se encuentran las Escuelas Normales del país. La Secretaría de Educación Pública, a través de programas como el Plan de Apoyo a la Calidad Educativa y la Transformación de las Escuelas Normales (PACTEN), llamado ahora Estrategias de Desarrollo Institucional de la Escuela Normal (EDINEN), con dichos programas nos habían abierto la posibilidad de remodelar y de adecuar espacios escolares, así como de actualizar y de dotar a esta institución de equipos de cómputo: sin embargo, con la reducción señalada, muy drástica por cierto, todo esto quedará en el olvido.

¿Ahora quién asumirá la responsabilidad del Estado Mexicano de mantener en buenas condiciones las Instituciones educativas oficiales?, ¿qué haremos los Directores de cada una de las Escuelas Normales para obtener recursos económicos que nos permitan atender las más elementales necesidades materiales, económicas y de equipo?

Nos queda claro que “No existe congruencia entre lo que se dice o se decreta por las autoridades en general y lo que se hace”; por ejemplo, con la llegada del coronavirus SARS CoV-2, se nos dieron    muchas indicaciones sobre el cuidado de la salud de los trabajadores y de los estudiantes, para evitar contagios por causa de esta pandemia. Así, con la suspensión de las clases presenciales, se nos exigió llevar a cabo acciones para la prevención de contagios como tener en las Instituciones los insumos indispensables: tapetes sanitizantes, gel antibacterial, personal para tomar temperatura con un termómetro infrarrojo sin contacto, cubrebocas, caretas, guantes y sana distancia. A pesar de no atender de manera presencial a los alumnos y citando a menos del 70 % de los trabajadores docentes y administrativos físicamente en el edificio escolar, se consumen rápidamente estos productos, ¿qué sucederá ahora que se regrese a las clases presenciales, donde se debe contar con este material en cada salón, en cada área, en cada laboratorio y en cada oficina? ¿de dónde se obtendrán? Contemos cuántas escuelas hay en nuestro estado en todos los niveles educativos, ¿realmente se tendrán o se emplearán recursos económicos para abastecer a todas ellas? Difíciles compromisos tienen enfrente las autoridades de los diferentes niveles, ya sean municipales, estatales o federales.

Con el regreso a “la nueva normalidad,” además de los problemas anteriores, en el ámbito educativo tendremos otro tipo de dificultades, como por ejemplo: nos encontraremos con alumnos que nunca tuvieron la posibilidad de utilizar algún medio electrónico para acudir a clases, otros que no contaron con conexión a internet y que debían comprar tarjetas o saldo para su celular e inclusive quienes establecieron contacto con sus maestros por mensajes, por whatsapp o por llamadas telefónicas para estar al pendientes, aunque fuera de manera extemporánea  de la entrega de sus trabajos.  

Con toda seguridad también nos encontraremos con alumnos, trabajadores y maestros de quienes algunos familiares se contagiaron de COVOD-19 e inclusive ellos mismos y que por los síntomas y los  cuidados que deberían tener no pudieron conectarse, trabajar, ni cumplir con todas las sesiones de clase y mucho menos con todas las tareas en ellas encomendadas; en este sentido, esta escuela normal proyecta llevar a cabo talleres de “duelo”, para ayudar y apoyar a los alumnos, trabajadores y docentes que lo soliciten.

…Asimismo se aprecian graves rezagos y desigualdades entre las escuelas de la iniciativa privada y las públicas, aún más entre las urbanas, las rurales y las del medio indígena: escasez y frecuentemente ausencia de bibliotecas, así como de equipos de cómputo y de informática, ineficiencia en el mantenimiento y en el acrecentamiento de los recursos y de los espacios que como las bibliotecas son muy importantes para la formación de los niños y de los jóvenes, que día a día acuden a las instituciones.

Entre las necesidades generales más apremiantes que el Estado Mexicano requiere atender si verdaderamente desea elevar la calidad de la educación básica están:

  • Destinar realmente el 8% del PIB como está estipulado en la Ley General de Educación a cuestiones educativas.
  • Proporcionar a los niños de las zonas geográficas más necesitadas, alimentos que les permita formarse una adecuada cultura alimentaria y proporcionarles además de los libros de texto gratuito, calzado y uniformes escolares. 
  • Implementar, desarrollar y evaluar acciones para elevar la eficiencia terminal en los diferentes niveles del Sistema Educativo Nacional.
  • Impulsar la mejora de la calidad laboral y de vida de los trabajadores de la educación, sobre todo de las regiones más rezagadas y vulnerables.
  • Ampliar de manera remunerada, el horario de trabajo de los maestros hasta el tiempo completo, para que además de las actividades académicas, desarrollen con los niños acciones artísticas, culturales y deportivas en las escuelas.

En cuanto a la escuela normal, resulta imperativo: 

  • No a la disminución del presupuesto federal para la Educación Superior.
  • Mantener la matrícula de nuevo ingreso en las dos licenciaturas, que en ella se ofertan.
  • Dar continuidad a la contratación automática de sus egresados.
  • Respetar la normatividad que regula la promoción y el ingreso del personal docente y de apoyo a la educación al interior de las escuelas normales, pues solamente con ello se posibilita de manera expedita, la movilidad laboral de sus trabajadores.
  • Evitar la intervención de grupos o de organizaciones sociales, estudiantiles, políticas o sindicales en acciones, que como el examen de admisión, son responsabilidad exclusiva de la Secretaría de Educación Pública y del Estado, y el proceso de la propia escuela normal.
  • Ante la insuficiencia de ingresos propios y el inminente riesgo de verlos más limitados aún para el próximo ciclo escolar, para tener todos los insumos de protección de la pandemia, se requiere dotar a la escuela de los recursos financieros, materiales y de equipo que permitan atender de manera expedita los requerimientos diarios de operatividad curricular

En la BCENUF estamos dispuestos a participar activa, pero también de manera crítica en las acciones que permitan revertir el estado de cosas que privan actualmente en la educación pública, pues nos visualizamos no como meros operadores de planes y programas de estudio, ni como opositores a ultranza a las tareas de mejora educativa, sino de crear, a partir del pensamiento innovador y del trabajo académico colegiado, nuevas propuestas curriculares. En ese sentido, la Secretaría de Educación Pública y el Estado Mexicano tienen la palabra, pues como lo señala don Miguel de Cervantes Saavedra en el Quijote de la mancha: “Hechos son amores, no buenas razones”.