Tiempo libre escolar

El tiempo libre escolar de niñas, niños, adolescente y jóvenes es relativo en las escuelas, se limita a los espacios de la hora de recreo o los intervalos entre cada una de las clases. (Foto: especial)

El tiempo (del latín tempus) es una magnitud física con la que se mide la duración o separación de acontecimientos. Otros dicen que el tiempo es una “dimensión física que representa la sucesión de estados por los que pasa la materia. En cuanto a el  tiempo libre, existen muchas interpretaciones; desde la marxista que dice que “el tiempo libre es una parte específica del tiempo de la sociedad; por tanto no es contrapuesto al tiempo laboral, sino que existe una fusión entre ambos, concibiéndose el empleo del tiempo libre como un elemento de gran importancia en la formación integral de la personalidad”. Hasta otras más simples en las  que se afirma que el tiempo libre es el tiempo que queda tras haber cumplido con las obligaciones habituales. Por lo que podemos entender el tiempo libre escolar, como el tiempo que les queda a los alumnos después de haber cumplido una jornada de aprendizaje, de haber hecho las tareas, terminar un trabajo en especial y estudiar para la presentación de algún examen, durante el cual los alumnos pueden realizar actividades de descanso, recreación, diversión o entretenimiento que  quieran; sin obligación alguna y con plena libertad.

En la actualidad, el tiempo libre es escaso para las personas responsables que se han desarrollado con ética, moral y en un marco de valores; por las jornadas laborales a cumplir, la formación continua, las obligaciones domésticas y familiares y los desplazamientos a las actividades diarias que demandan muchas horas y que limitan el tiempo. En cambio existen otras personas como las que viven de la política y las que han cobrado y siguen cobrando sin trabajar en alguna dependencia de gobierno; tal es el caso de la Secretaria de Educación Pública, a quienes el tiempo libre se les ha estirado y se les sigue estirando desde hace ya varios años. Es tan importante el tiempo libre para el desarrollo de la humanidad, que en el Artículo 24, de La Declaración Universal de los Derechos Humanos, se establece que “toda persona tiene derecho, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas”.

El tiempo libre escolar de niñas, niños, adolescente y jóvenes es relativo en las escuelas, se limita a los espacios de la hora de recreo o los intervalos entre cada una de las clases. Valiosos minutos que se deben  aprovechar para promover acciones que ayuden a su crecimiento como personas. Van desde asearse los zapatos y arreglarse el peinado, hasta la convivencia con los compañeros mediante el uso adecuado de los diferentes lenguajes; manifestando e intercambiando: modales, costumbres, valores, ideas y pensamientos, que enriquezcan su acervo cultural y afiancen capacidades y habilidades desarrolladas; asimismo, ayuden a que se vayan consolidando tanto su identidad como su personalidad. El mayor tiempo libre se vive en el medio social y familiar, fuera de la influencia del plantel, el cual debe utilizarse para dedicarlo a actividades de descanso, esparcimiento o de recreación, compensando el tiempo dedicado a las actividades de carácter obligatorio. Lo importante es pensar siempre que falta tiempo y no que  sobra para hacer las cosas. El cómo aprovecharlo con la mayor utilidad posible. La vida es un ciclo que empieza su final en el mismo momento que nacemos, por lo que no debemos posponer actividades si queremos ser competitivos en la actividad a la que no dediquemos. Una demora, nos pondrá en desventaja  con nuestros semejantes de la misma generación que también aspiran a ocupar los mejores espacios y posiciones laborales, si cumplimos en tiempo y forma será más  fácil encontrar oportunidades de desarrollo profesional y ser un ejemplo para la familia y útil para la sociedad. El tiempo es imposible manipularlo para cubrir rezagos o caprichos personales, lo posible es administrarlo para ordenar y cumplir en su debida oportunidad  las actividades tanto  formales como informales, al paso de esa cadena infinita que no tiene retorno. Y sin llegar a los extremos que pongan en riesgo la salud personal y la de la familia.

Los padres juegan un papel determinante para orientar a sus hijos en la utilización de ese tiempo, en función de lo que pretendan lograr y de los talentos a desarrollar para que lleguen a ser lo que  pretenden ser. A esa edad escolar el tiempo libre adquiere una importancia especial por la influencia que tiene para lograr una  formación integral. De ahí la importancia de saber  distinguir a tiempo lo que se desea, lo que es posible y lo que conviene hacer para su crecimiento personal, es decir, no permitir que lo que no se puede hacer interfiera con lo que sí se puede hacer; para evitar frustraciones, amarguras y pretextos de culpar a otros de lo que no se fue capaz hacer y además, “Que no vivan apurados en el tiempo, atrapados entre los recuerdos y las preocupaciones por lo que pueda suceder en el futuro” y se enfrenten con seguridad, decisión y  fortaleza física y mental a los obstáculos naturales y sociales de la vida.

Los padres deben ayudar a sus hijos a decidir qué actividades individuales o grupales quieren realizar en el tiempo que queda después de haberse liberado de sus pendientes escolares y luego pedirles que las desarrollen; que terminen lo que han emprendido, para que aprendan a cumplir los compromisos que establezcan. Es conveniente que durante el tiempo libre, en el atardecer, fines de semana y recesos inter-semestrales, se conviva en familia; con el propósito de generar  un clima de armonía y confianza que permita conocerse mejor, saber de  las inquietudes, aspiraciones, ilusiones y problemas de sus miembros que van surgiendo con el paso de los días. Cuidar que los hijos no se vuelvan adictos a ninguna actividad en particular, como clavarse frente al televisor o ensimismarse en la comunicación de Facebook o cualquier otro entretenimiento improductivo; saber de sus amistades, de sus lecturas y sus contactos digitales, para conocer el tipo de información con que está alimentando su pensamiento, poniendo especial atención al consumo de algún estupefaciente. Todo esto no con en el afán de inquisidor o de investigador privado, sino en cumplimiento de su responsabilidad como padre de familia, de proveer lo necesario para el sustento, educarlos y protegerlos hasta que sean autosuficientes y puedan  valerse por sí mismos. También deben reconocer que sus hijos requieren de tiempo de recuperación del utilizado en la escuela, en la realización de tareas, preparación de clase o haciendo alguna investigación; por lo que unas vacaciones a la playa no deben considerarse como un lujo, sino como una necesidad para retroalimentación del cuerpo y alma.

Los papás deben de tener la habilidad de proponer actividades y evitar que el tiempo libre se atropelle, de acuerdo con los gustos y estado de ánimo de sus hijos en un momento determinado; siempre se debe de estar preparados con algo que entretenga y ayude al desarrollo de la mente, como pintar al óleo, armar un rompecabezas leer un libro, disfrutar de una emocionante y divertida película, salir a caminar o a practicar algún deporte; lo importante es que la mente este entretenida en algo creativo, procurando que dichas actividades no sean  demasiado sencillas o demasiado difíciles porque aburren. El aburrimiento puede ser peligroso en las mentes de los jóvenes. Según W. Churchill  el aburrimiento y el afán de aventura de los jóvenes fueron las principales causas de la segunda guerra mundial. “A los jóvenes de las  generaciones actuales tal  parece aquejarles el mismo mal,  solo quieren satisfacer sus necesidades artificiales sin  hacer esfuerzo alguno, están sedientos de aventuras, de ideales por los cuales valga la pena dar la vida y comprometerse por entero, esta apatía no les permite reflexionar y los  lleva a vivir con prisa y carecer de profundidad en el pensar y en el actuar”.  Estamos viviendo en una época en que se desperdicia el tiempo libre en consumir bebidas alcohólicas, drogas; en el menor de los casos chatear o de plano vegetar. Cuando esto no llena el vacío interior, llega el aburrimiento que puede ser la antesala del suicidio y de la delincuencia o bien una manifestación de la falta de esperanza, por no haberse establecido los límites del tiempo libre. Hay que programar nuestras actividades para no pasarnos la vida corriendo y al final no alcanzar a hacer todo lo deseado, sólo por falta tiempo.  Actuar a tiempo para no arrepentirse con el tiempo: sabía virtud de conocer el tiempo… (Renato Leduc).