VIVILLADAS: IMSS-Morelia, hemodiálisis… peligrosa atención

Pacientes del IMSS Morelia se manifiestan ante la falta de hemodiálisis. (Foto: ACG)

Sabemos que de lo más preciado para los seres humanos es la salud, el dinero, el amor; las condiciones de vida influyen y motivan pero nada de ello sería tan relevante si no alcanzamos un equilibrio, social, biológico y psicológico que a final de cuentas es la definición más respetable que otorga la Organización Mundial de Salud, sobre el mismo caso. De ahí que los gobiernos toman, o deben tomar, como prioridad distintos programas que permitan, en lo posible, la atención correcta y necesaria  para el pueblo, donde los recursos económicos que se utilizan para tal fin no deben ser trastocados, manipulados o servir para fines de corruptivos; aunque a final de cuentas poco les importa a quienes sacan ventaja de estas prácticas lesivas.

Una de las enfermedades que más sufren los mexicanos es la renal, que es a causas de un mal funcionamiento de los riñones y cuyas causas son variadas pero la más importante tiene que ver con el consumo o no de agua y la calidad de esta.  Según la Federación Internacional de Fundaciones Renales, en el mundo anualmente fallecen 600 000 mujeres por ERC (Enfermedad Renal Crónica). En México está en el 9º sitio y se estima entre 11 y 12 000 000 de pacientes con ERC el 1-3% en etapa avanzada. Es un problema de salud pública que afecta a alrededor del 12.2% de personas en México. Ocupa el 11º lugar de mortalidad en México. Números que asustan y más por todas las consecuencias económicas, familiares  y desde luego individuales que trastocan

Hace unos días La Jornada publicó: en la capital michoacana alrededor de 574 derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que padecen insuficiencia renal, denunciaron al Centro Coahuilense de Hemodiálisis Plenitud, pues no presta el servicio que prometió, tras ganar la licitación hace alrededor de un año. Este centro es intermediario, pues a su vez contratan dos clínicas en Morelia, una en Uruapan y otra en Ciudad Hidalgo, que son las que atienden a los pacientes con insuficiencia renal, varios de los cuales sufren a su vez hepatitis, hipertensión, diabetes y VIH.

Acusaron que el propietario del centro coahuilense es Sergio Érik Borbolla García, quien ha tenido otras empresas similares en Querétaro, denominadas Clínicas y Hospitales San Juan y en Guadalajara. Incluso en Saltillo, Coahuila le cancelaron el contrato porque 40 personas que recibían hemodiálisis fueron contagiadas de hepatitis.

No es novedad esta denuncia, desde que a esa “según” clínica especializada “ganó a la buena” la licitación para hacerse cargo del servicio subrogado  que oferta el IMSS  a sus pacientes y que representan algo así como 80 millones al año, porque no tiene la capacidad necesaria para atender a sus a sus derechohabientes. Pues bien, desde esa mentada licitación  no han existido más que inconsistencias, malos manejos, personas infectadas porque no tienen el manejo correcto en una atención tan delicada así  como tampoco personal experto y lo que resulta increíble es que tampoco cuentan con doctores especialistas, nefrólogos, necesarios ya que, por lo menos debe existir uno en cada espacio referido y el Centro de Coahuila ¡ solo tiene uno o dos para cubrir todas las clínicas del estado!

Todo esto indigna a los pacientes que son los primeros que sufren tan deficiente atención y  desde luego los familiares, sin dejar de puntualizar que a muchos enfermitos, que viven en Morelia los mandan a dializar hasta Ciudad Hidalgo. Ha sido todo un Vía Crusis a propósito de semana Santa.

Todo está muy raro y huele a putrefacción, porque las clínicas donde atendían antes del 28 de febrero, día en  que se les informó a los pacientes que serían atendidos por Plenitud,  cuentan con más de 100 máquinas para hemodiálisis, en tanto que la nueva empresa tiene solo unas 35, lo que implica mucho menos capacidad  de  tiempo  y atención y en una enfermedad tan delicada estos dos factores son determinantes. Sobre los protocolos de que exige la terrible enfermedad en cuestión, ya casi ni queremos hablar, porque a pesar de su relevancia, al igual que los servicios, son deficientes.

Vivilladas intentó comunicarse con el Director de la clínica  IMSS Morelia, pero nunca fue atendido, según recibiría la llamada pero nunca tomaba  el teléfono, buscábamos que nos explicara  las bases que le llevaron  un organismo primordial para la población a otorgar  una licitación tan importante  una empresa que no tenía edificio propio en la capital del estado, ni personal,  ni aparatos ni instrumentación requerida y que ha tenido tantos problemas , problemas que son trascendentes porque representan  salud y vida para los pacientes.

Se hace necesaria una investigación a fondo y que se castigue a todos aquellos que manipularon o sacaron ventaja de la mentada licitación, es obligación de las autoridades de Salud poner atención en ello, porque investigamos y ante tantas inconsistencias es posible la revocación del dictamen para que se entregue la responsabilidad a las clínicas anteriores  que en tantos años de servicio no han sido motivo de acusación alguna.

Se dice que la salud no tiene precio, es mentira,  para los corruptos y ladrones claro que lo tiene. Deseamos que este problema sea resuelto por justicia y desde luego… por  sentida humanidad.