Esperanza o resignación

Si partimos de que el ingreso familiar promedio diario, es de un salario mínimo de $ 172.87, y consideramos de que se trata de una familia bien planeada, papás y dos hijos. (Foto: especial)

Los seres humanos tenemos características y necesidades semejantes a las plantas, éstas, buscan asociarse con otras diferentes especies vegetales para aprovechar sus características naturales y así poder contar con humedad, abono natural, protección contra plagas y enfermedades, comunicarse entre ellas mediante sus células, respetando sus espacios, para florecer y reproducirse libremente. Cuando en su proceso evolutivo interviene la mano del hombre y se hace en forma ordenada y organizada, desde la selección de la semilla o la pesetilla, según sea el caso; el riego; la fertilización del suelo para aprovechar todos los nutrientes y una mejor germinación; la aplicación de fungicidas o insecticidas y otras labores de cultivo, se obtienen mejores resultados en cuanto a la calidad de la producción, preservación del medio ambiente y hasta embellecimiento del paisaje.

El hombre por su naturaleza, como lo definió (Aristóteles 384-322 A de C) es un ser social, por lo que no puede vivir aislado, busca siempre la compañía de sus semejantes, para protegerse de los riesgos naturales y transformar la naturaleza para su beneficio. Ahora ya se tiene que cuidar de algunos de su propia especie, que en los últimos tiempos, se han convertido sin razón ni justificación alguna, en los más despiadados depredadores del hombre mismo. Efectivamente, en forma individual no somos autosuficientes para satisfacer nuestras necesidades materiales y espirituales, por lo que requerimos de la participación de los demás, agrupándonos en comunidades. Donde nos relacionamos con autonomía y autorregulación, dentro de una sociedad donde tratamos de vivir en armonía, para lo cual tenemos la obligación de adquirir un conjunto de aprendizajes, que inician desde el nacimiento y terminan hasta el último segundo de nuestra existencia.

Durante la infancia, al igual que las plantas pequeñas, requerimos de la mayor protección física posible, pero sobre todo de una alimentación adecuada que será fundamental para el desarrollo, principalmente del cerebro. El cuál es el órgano más complejo del cuerpo humano, formado por millones de neuronas que interconectadas mediante axones y dendritas producen, regulan y permiten las funciones vitales del cuerpo y de la mente, como el control de las emociones y de la conducta, así como del pensamiento, la memoria, la atención y la voluntad, que son sus funciones superiores. Pudiéramos decir que este órgano, viene siendo la semilla que determina el grado de evolución de las personas.

Aparentemente, en condiciones normales, todos los seres humanos nacemos con las mismas capacidades, al estar constituidos por la misma cantidad de órganos, tejidos, huesos, extremidades, un cerebro con igual cantidad de neuronas, en pocas palabras hechos a imagen y semejanza, uno del otro. Sólo que, las desigualdades en el desarrollo físico y mental empiezan en el momento mismo en que se alimenta por primera vez al recién nacido, la calidad de los nutrientes es diferente en cada uno de los casos. Desigualdades difíciles de revertir, más no imposible, siempre que se tenga voluntad de hacer un mayor esfuerzo y se ponga toda la atención y lo mejor de sí, en todo lo que se haga, a lo largo de la vida. 

Nuestro cerebro, como cualquier parte del cuerpo necesita alimentarse. En función de los alimentos que reciba será la respuesta que obtengamos, ya que cada comida tiene un efecto directo en las sustancias químicas llamadas neurotransmisores, que son los responsables de transmitir e impulsar la información entre las neuronas, que se modulan en parte por nuestra alimentación.

La alimentación produce la energía que hace funcionar el cuerpo humano, es difícil determinar la cantidad de energía que requiere  para cubrir una jornada laboral, ya que esta obedece a diferentes variables como, la edad, el sexo, la estatura, tipo de clima y actividad física a desarrollar; pero, los que saben sobre el particular, aseguran que se requieren en promedio entre 28 y 32 calorías por cada kilogramo de peso, de la cual el 20% de esta, la requiere el cerebro, para que tenga un  desempeño normal, la cual deberá ser rica en glucosa, derivada de granos, cereales, pescados, frutas, legumbres y verduras. Alimentación que tendrá impacto directo en la memoria, la concentración, el rendimiento cognitivo y escolar y también en el estado de ánimo y hasta la propia salud psicológica de las personas.

Desgraciadamente la alimentación diaria de millones de mexicanos, en especial la que alimenta los cerebros de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, de las familias marginadas, pobres y miserables, que asisten a las escuelas públicas, no es la adecuada y no porque no tengan conocimiento sobre la calidad de los alimentos, que se deban consumir, si no por las condiciones sociales en que viven, siempre haciendo milagros para subsistir.

Si partimos de que el ingreso familiar promedio diario, es de un salario mínimo de $ 172.87, y consideramos de que se trata de una familia bien planeada, papás y dos hijos. Lo más seguro es que dicho ingreso sólo alcanzará para adquirir diariamente: 2 litros de leche $ 60.00 pesos; ½ kilogramo de huevo $ 30.00 pesos; un kilogramo de tortillas $ 22.00 pesos; ½ kilogramo de frijoles $ 25.00; verduras $ 30.00 pesos; 3 pasajes $ 60.00 pesos; agua potable $10.00 y energía eléctrica $ 5.00, dando un gasto total diario de $ 240.00 pesos. Posiblemente el déficit diario de $ 70.0 pesos, se cubra mediante un plástico bancario, el cual se va acumulando con el paso de los días, hasta volverse impagable, por los altos intereses que cobran los bancos. También puede ser que parte de esa diferencia se cubra con las becas “Benito Juárez”, que reciben los hijos, sólo que, a la vuelta de los meses, ese mismo monto recibido por concepto de dichas becas, se destinará para pagar cada semestre las “cuotas voluntarias” de inscripción y anualmente las “fichas” para tener derecho a examen de admisión. Por lo pronto, si realmente se quiere ser diferente, se deberá establecer un programa nacional de desayunos escolares, para que los alumnos alimenten sus cerebros y puedan, pensar, se motiven y asimilen todos los aprendizajes. Es justo que les devuelva un poquito de lo mucho que se les ha quitado, desde antes de la primera y hasta la supuesta cuarta transformación, donde arrecia la corrupción, impunidad y la delincuencia, por estar pagando compromisos políticos para llegar al poder.