Pérdida de empleos y endeudamiento, efecto de inercias que sigue el actual gobierno estatal

Se han perdido ya 4 mil empleos a punto de cumplirse un año de la actual gestión, además de un nuevo endeudamiento que alcanzan los mil 850 millones de pesos

Ramírez Bedolla, sin señales de querer remontar inercias que conducen a un mayor endeudamiento. | Agencia Comunicación Gráfica

Morelia, Mich.- El gobierno estatal mantiene inercias respecto a la política financiera de las administraciones anteriores, consideró el analista Heliodoro Gil Corona, quien destacó que la gestión del morenista Alfredo Ramírez Bedolla no se ha resistido a “las tentaciones del endeudamiento” y ya registra pérdida de empleos, sin señales claras de austeridad y con un Plan Estatal de Desarrollo que no representa ninguna novedad, “es igual que todos los anteriores”.

Entrevistado por Cambio de Michoacán, el analista y catedrático de la Facultad de Economía “Vasco de Quiroga” de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), señala que como efectos de una práctica que demuestra que “no aprendemos de la realidad”, ya hay consecuencias como la pérdida de 4 mil empleos a punto de cumplirse un año de la actual gestión, además de endeudamientos que alcanzan los mil 850 millones de pesos.

Sin hacer a un lado que la administración que asumió el control del estado el pasado mes de octubre, heredó “presiones” derivadas de una gestión en el que el estado detuvo su crecimiento con Silvano Aureoles Conejo, señaló que la renegociación de los adeudos que aprobara el Congreso del Estado semanas atrás, ha sido una salida equivocada porque compromete recursos de programas a futuro, considerando que en un 96 por ciento se depende financieramente de los recursos de la federación, es decir, hay un escaso margen de maniobra con los ingresos locales.

Dentro de las presiones cita otros factores, como los precios en el costo de la energía, determinados por causas globales, además de una inflación de más de 8 puntos, “cuando el año pasado andábamos sobre 5” y que denomina “inflación importada”, lo cual influyó sobre la modificación de las tasas de interés por el Banco de México y a cuya renegociación se acogió el actual gobierno ante la falta de liquidez para cubrir los costos de la deuda pública.

El cambio en esta tasa de interés, de 7.75 a 8.5, “que implica nuevas presiones” y que en el caso de la reestructura, “va a tener un nuevo escenario, hacia el último trimestre del año y hacia mediados del 2023, porque la tasa de referencia del Banco de México va a estar terminando en este año sobre 9.75, lo que significa que la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE), que tiene contratada todos los bancos y los créditos de largo plazo del gobierno del estado, van a estar en la línea del 10 por ciento, eso nunca lo previó, y la reestructura debe estar previendo cuál es la expectativa del Aumento de la tasa”, situación que “da pie, evidentemente, a que hay que reestructurar, yo no puedo estar pagando tres mil millones de pesos de interés, y tengo que aminorar en todo lo posible el costo de esa tasa y aquí hay que negociar, la TIIE más una sobretasa, es el margen, no es la TIIE, ésta es del mercado y no hay vuelta de hoja, y la tasa sí se puede negociar, es parte de la reestructura”.

Advierte que la reestructura lleva directamente a los tiempos o márgenes de maniobra. “Si estaba planteada tu deuda para el 2036, va a ir hasta el 2045”, aspecto en el que le da la razón al argumento de que con esta medida “estamos hipotecando el futuro, por supuesto” y deriva en señalar que el problema es de origen, los gobiernos anteriores “cayeron en una irresponsabilidad compartida” entre el Ejecutivo y el Poder Legislativo, en cuanto al crecimiento de los adeudos y que no ve que pueda terminar con esta administración. Señala incluso al Congreso del Estado como quien incurre en “doble irresponsabilidad” al aprobar contratación de deuda, reestructura y bursatilización de los empréstitos. “La deuda directa del Gobierno de Michoacán era de 142 millones de pesos en el 2012, es decir, hasta con un domingo la pagabas, pero siguió, Lázaro (Cárdenas Batel) con 7 mil; Leonel (Godoy Rangel), cerca de 12 mil y ahí le sigues hasta con Silvano (Aureoles Conejo), que llegó hasta los 22 mil 606 millones de pesos, que representa el 4 por ciento del Producto Interno Bruto Estatal”.

Bajo estos rangos, califica, “hay una equivocación de política económica por parte de la institución gubernamental, olvídate de las personas, como estado, no se resistieron a las tentaciones de endeudarse para seguir resolviendo problemas financieros que se hace de manera reiterativa y que definitivamente estás haciendo el hoyo más grande”.

De Silvano Aureoles, señala que terminó con más de 4 mil millones de crédito, -”¿en qué se lo gastó? Habría que ver, sólo hay presunciones al respecto”-, y ahora, Ramírez Bedolla tiene contratados ya, mil 850 millones de pesos. “El problema del abultado endeudamiento histórico de Michoacán, es el factor limitativo para impulsar la inversión productiva en el estado por parte del gobierno del estado; el gobierno debe tener suficiencia financiera para poder crear las condiciones económicas necesarias para atraer inversión”, plantea Gil Corona, al cuestionar que el gobierno requeriría en promedio un mínimo de 5 mil millones de pesos anuales para tener un efecto multiplicador y que atraiga nuevos capitales, pero “la abultada deuda impide tener esos recursos”.

Gobierno de brazos cruzados

Para crecer a un ritmo mayor, de 4 o 5 por ciento, estima el analista, “se requieren 40 mil millones de pesos anuales” con la concurrencia de la federación, el estado, la iniciativa privada y los municipios, pero la realidad es otra: “en los últimos años, la inversión del gobierno estatal no llega ni a los mil millones”.

Cuando no hay certezas de esa inversión, opina, “entra la incertidumbre a la iniciativa privada y genera reacciones, ´porque el gobierno no paga o dura de uno a dos años para pagar´, el constructor, la inmobiliaria, son los que andan perdiendo, y luego los (inversionistas) de afuera dicen, ´conflicto educativo, a salto de mata en Tierra Caliente, presencia del crimen organizado, inseguridad a todo lo que da´, dónde está la capacidad de atraer capitales” y que bajo estas actuales condiciones serían mínimas, de 350 a 400 millones de dólares anuales, superadas incluso por las remesas familiares que andan por los 4 mil 400 millones de dólares.

Bajo este escenario, Gil Corona previó que no se avanzará en consolidar calidad en los servicios gubernamentales, y a la vista no existe tampoco ninguna señal de la austeridad tan proclamada por el actual gobernador en su periodo de campaña.

“Hay que ser más fino en el trabajo”, recomendó el también integrante del Colegio de Economistas del Estado, aunque previó que los riesgos como la falta de crecimiento están a la vista dado que el recién anunciado Plan Estatal de Desarrollo, no representa “ninguna heterodoxia, es igual que todos los anteriores”.

Destaca además que en estas inercias, hay una pasividad absoluta en materia económica por el equipo del morenista, donde “todo mundo está con los brazos cruzados”. Recordó que Michoacán se encuentra en el lugar 29 a nivel nacional en crecimiento económico, mientras que las amenazas de freno al desarrollo siguen latentes, como la inseguridad y la incertidumbre entre inversionistas.

Agregó a estas expectativas de riesgo, el que Morelia se mantiene como la sexta ciudad más cara del país, y Jacona registra un aumento de 9.14 por ciento de inflación.