DEBATAMOS MICHOACÁN: Príncipe de los humedales

Humedales de Uruapan. (Foto: cortesía Gerardo Herrera)

Existen diversas formas de interactuar con nuestros lectores y con integrantes de la sociedad, lo podemos hacer a través de la lectura, de compartir saberes y conocimientos, pero igualmente, a través de la cultura y las obras de arte; en mi caso también lo haga por medio de compartir la preparación de cuentos, presentar su lectura y en ocasiones, muchas ocasiones hacer cuentacuentos.

Es decir, también soy cuentacuentos; en este sentido, contar cuentos de nuestra autoría es sumamente sentirnos satisfechos, porque es vivir nuestras propias narrativas, de esta manera, por un lado, escribo mis cuentos, y por la otra, los interpreto a través de varios escenarios, incluido el ser el director del Festival Internacional de Cuenta Cuentos por la Inclusión. Por ello, en este principio de año 2023, deseo compartir con ustedes mis lectores, parte de un ejercicio de oralidad que escribí.

Este cuento fue preparado para un pequeño bebe, quien, en una visita que realicé a los humedales de Uruapan (Parque Ecológico Urbano de Uruapan), lo conocí, al igual que a sus padres, ellos como familia, visitaban a su compadre y padrino Pedro Cantú, derivado de ello, escribí el presente cuento infantil, que luego lo presenté en un preescolar de Morelia y la zona costa en Lázaro Cárdenas. Lo comparto con ustedes.

Hace muchos años, muchos, muchos años; en una zona boscosa, con grandes pinos, e importantes zonas pantanosas y hermosos humedales mojados por un hermoso rio que cantaba se escuchaban los sollozos de un humano.

Cuentan que al lugar habían llegado cientos de aves, de gran plumaje y colores diversos, que dieron cuenta los sauces que tenían centurias de estar ahí parados esperando a que sucediera el milagro de la vida.

Cada año, los sauces anidaban en sus ramas verdes, cientos de parejas de pájaros que esperaban hacer sus nidos, y ver llegar a sus polluelos, producto del amor; esa primavera de 2022, se escucharon las parvadas de pájaros que llegaron a descansar a los humedales, ahí pararon, se dispusieron a beber un poco de agua, a sentir la tibieza de los árboles, pero también a enamorarse.

Algo había en el ambiente propicio para permanecer y generar la vida, entre abrazos de alas, chillidos y besos de piquito, la magia nuevamente volvía a estremecer la posibilidad de la vida.

Pero algo pasaba en el ambiente, que no estaban solo los pájaros, había llegado una familia de humanos a refrescar sus cuerpos y descansar bajo la copa de los árboles; los pájaros se preguntaron, porqué nos invaden los humanos nuestro espacio, por qué no podemos tener tranquilidad; ellos, los pájaros fueron a ver al gran maestro “Pajarón”.

Al gran maestro le preguntaron ¡¡¡maestro usted que todo lo sabe, díganos porqué los humanos nos quitan nuestros espacios, ¿¿¿¿por qué ???? El gran maestro “Pajarón” les contestó, ¡¡¡los humanos, como nosotros los pájaros, vienen a buscar la vida, ellos, no los molestarán, regresen a sus ramas, busquen su mejor árbol!! Se fueron tranquilos a seguir en su siesta en los árboles, más noche, a la luz de la luna: grande, brillosa, luminosa, se escuchaba el murmullo del amor, los besitos de piquito crujían, y desde luego los abrazos de cariño generaban sonidos: tris, tras, tris, tras, tris, tras, abrazando mucho te hago feliz, le decía el pajarito a la pajarita.

En tanto, aquella pareja de jóvenes, después de descansar y de nadar en el rio, se sintieron tan cansados que decidieron quedarse a dormir bajo las copas de los árboles, fueron cubiertos sus cuerpos por sus brazos, con los cuales se daban calor humano; así, las semanas pasaron, y la magia de la vida nuevamente iluminó a los nuevos polluelos que abrieron su cascarón y comenzaron a trinar, aquellos pequeños pajaritos en ese hermoso lugar, lograron con su cantar una gran melodía, era la canción para la vida.

En tanto, qué había sucedido con aquella mujer joven y hermosa, y aquel apuesto caballero, fuerte y generoso se preguntarán, bueno, ellos también estaban felices porque había nacido un robusto, y hermoso bebe y fueron nuevamente a disfrutar del humedal; ese día también nadaron se divirtieron y dejaron al bebe sobre una hamaca pendiendo del sauce; el gran maestro Pajarón, escuchó llanto y risas, y curioso que era hizo un avistamiento y se desplazó a donde provenían los ruidos.

Decidió acercarse y se llevó una gran  sorpresa al  ver al nuevo bebe, y dijo “no cabe duda, es él, el príncipe de los humedales, es él, no puede haber duda, él ha venido a rescatar a la fauna que habita en los humedales y a la flora que permite el alimento de muchos de los animales y a detener con su talento, con su fuerza de voluntad a todos aquellos humanos depredadores que violentan a los seres vivos; con dicha reflexión el maestro Pajarón  salió volando para contar a sus compañeros las y los pájaros, que el príncipe del humedal había nacido, y que la esperanza de sostenibilidad sería posible por esa sangre nueva del príncipe.

Cientos de pájaros se sintieron felices porque al fin alguien les protegería, y decidieron ir a visitarlo, movieron con su pico la hamaca, y aletearon fuerte para dar frescura en ese espacio, la espiritualidad se imponía, el respeto ya se le daba.

El príncipe del humedal, despertó y sonrió, los pajaritos alrededor, todos juntos, le dijeron hola, ¿sabes? tú eres nuestro príncipe y venimos a visitarte; el príncipe se sintió protegido y respondió, seré el príncipe del humedal y me quedaré para siempre con ustedes a defenderlos.

Al regresar sus padres, después de nadar en el río, observaron que el príncipe se había despertado y que estaba feliz y contento, no sabían porque, solo sabían que la vida les había dado un hermoso bebe al que le pusieron por nombre Aarón Adrián.

Desde ese día, el príncipe del humedal regresa siempre que puede a cuidar de los humedales, de las plantas, de los animales, a cuidar del aire, del agua, de la tierra y del sol; Aarón Adrián, crecerá y en su niñez, en su adolescencia, en su juventud, siempre regresará, pero él tiene un gran cometido, también rendirá tributo a la vida y llegará a él un hermoso bebe, y entonces, el dejará de ser príncipe del humedal, porque ahora será rey del humedal y ahora su hijo será el principie.

Dicen, que desde hace ya unos meses la presencia del príncipe del humedal ronda por el humedal, lo hace acompañado de sus padres, lo hace acompañado de sus padrinos y en su formación de protector del agua, del aire, de la tierra, de la luz, de los animales y de las plantas;  en él se reconoce su grandeza, su amor por la naturaleza y su esfuerzo por proteger a las plantas y  los animales.

Colorín colorado, este cuento se ha terminado.