Día Mundial contra el Cáncer

Cada 15 de febrero se conmemora el Día Internacional contra el Cáncer Infantil. (Foto: especial)

Algo de historia. Desde el año 2010 la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) establecieron el 4 de febrero como Día Mundial contra el Cáncer, con la idea de fomentar acciones de prevención y detección oportuna para los distintos tipos de cáncer y con ello reducir los fallecimientos por esta causa a nivel mundial.

Pero, ¿qué es el cáncer? El cáncer es una enfermedad que hace que un grupo de células del organismo crezcan de manera anómala, veloz e incontrolada dando lugar a un tumor o masa. Esto ocurre en todos los cánceres excepto en la leucemia (cáncer en la sangre). Se trata pues de una enfermedad inicialmente silenciosa, no da datos ni molestias ni nada, sobre todo cuando se origina en determinados órganos como ovarios, cuerpo y cola de páncreas, pulmones etc., que crece incontrolablemente, se extiende invadiendo los tejidos contiguos y al infiltrar los vasos sanguíneos envía celular cancerosas a la circulación general dando lugar a siembras a distancia (metástasis) matando finalmente al paciente.

Cada año se diagnostican en el mundo más de 14 millones de casos nuevos y la enfermedad provoca 9,6 millones de muertes al año.

A la luz de estas cifras debemos aceptar que es muy probable que nosotros mismos o alguien de nuestra familia tengan cáncer en algún momento de sus vidas. Por eso se trata de una cuestión que nos afecta a todos.

Existen muchos factores de riesgo que determinan la aparición esta enfermedad en una persona, algunos no son modificables como lo es la edad y la genética, pero alrededor de un tercio de los casos de cáncer pueden evitarse reduciendo los factores de riesgo principales. Dentro de los factores de riesgo que sí podemos controlar están, entre otros: Consumo de alcohol, tabaco, tipo de alimentación y dieta, actividad y ejercicio físicos, radiaciones o exposición a sustancias cancerígenas y determinadas infecciones como el virus de papiloma humano.

El panorama no deja de ser sombrío, y si bien un diagnóstico de cáncer ya no es invariablemente sinónimo de muerte a corto plazo si es un diagnóstico que cambiará radicalmente el tipo de vida que se venía llevando y dado que se tiene constancia que al menos un tercio de los casos de cáncer pueden llegar a ser evitados la principal estrategia que la OMS consiste en un plan a largo plazo, que se centra en tres factores preventivos principales; ejercicio, evitar el tabaco y comer saludable.

El nexo entre alimentación, sobrepeso y obesidad con el cáncer es innegable, ya que estos se asocian con cáncer de esófago, colon, recto, mama, riñón y endometrio. Es por esto que la OMS recomienda una dieta balanceada con muchas frutas y hortalizas, que en algo ayudan a la protección contra las células cancerígenas. El consumo de carnes rojas de forma constante, sobre todo ahumadas, aumenta la probabilidad de desarrollar neoplasias de aparato digestivo.

La contaminación ambiental del aire, el agua y el suelo por productos químicos carcinógenos ocasiona entre el 1% y el 4% de todos los casos de cáncer. La contaminación del aire de interiores causada por fuegos de carbón duplica el riesgo de cáncer de pulmón, especialmente entre las mujeres no fumadoras.

La detección temprana adquiere en el cáncer una importancia fundamental, de forma que existen determinadas pruebas diagnósticas que garantizan detectar la enfermedad en un estadio muy temprano, con la consecuente probabilidad de curación. Es el caso de los exámenes de cáncer colorrectal, pulmón, mama y cervicouterino.

El tratamiento del cáncer es definitivamente multidisciplinario, aquí entran varias especialidades como Oncología Quirúrgica, Oncología Médica, Hematología, Radioterapia etcétera y dependiendo del tipo de cáncer, del estadio en que se encuentre, y el estado de salud del paciente se podrán emplear distintas técnicas y tratamientos.

El tratamiento puede pretender ser curativo o bien paliativo cuando está diseñado para paliar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente en cualquier etapa de la enfermedad. Incluso para controlar los efectos secundarios de los tratamientos.

Finalmente, el cáncer es una enfermedad que no tiene fronteras y que nos afecta a todos en algún momento de la vida, ya sea directa o indirectamente. Las acciones de cada individuo, de las organizaciones y de los gobiernos ayudarán a reducir el número de muertes por cáncer para conseguir el objetivo de la OMS (para mi francamente iluso) de reducción del 25% en el próximo 2025.