ECOS LATINOAMERICANOS: Preludio electoral

Instalación de casillas, entre el rechazo de comunidades a partidos y el derecho al sufragio.

El pasado domingo 19 de febrero se llevaron a cabo elecciones extraordinarias para elegir a quien será el nuevo senador por Tamaulipas, toda vez que el antiguo titular de la senaduría es el actual gobernador, Américo Villareal Anaya, en tanto su suplente falleció en un accidente, a lo que tal contienda electoral tuvo que realizarse debido a la vacancia que había del señalado puesto público.

Los resultados del domingo fueron sorprendentes por dos aspectos. El primero fue la cuestión de la abstención, la cual fue de prácticamente un 78%, queriendo significar con ello que prácticamente solo votaron 1 de cada 5 tamaulipecos autorizados para tal ejercicio electoral. Esta cifra tan baja puede encontrar diversas explicaciones.

La primera de ellas sería que la señalada elección fue extraordinaria y únicamente con el propósito de elegir representante para el senado, sin que se estuviera disputando algún otro cargo. Esto probablemente fue un desincentivo para que la gente no saliera a votar, ya que la preferencia por cargos en el legislativo usualmente es menor que para los cargos en el poder ejecutivo. Por lo que una elección de este nivel simplemente fue considerada como irrelevante para buena parte del electorado.

Otra situación, probablemente la principal, que propició una baja participación sería el escepticismo de la sociedad tamaulipeca respecto al cambio de figuras políticas. Cabe recordar que Tamaulipas ha sido uno de los estados más golpeados por la violencia y el crimen organizado, al mismo tiempo ha sido gobernado por casi todas las fuerzas políticas de relevancia, no obstante, su situación social y económica no parece haber mejorado sustancialmente.

Posiblemente esos dos factores alimentaron la apatía por la señalada elección, desinterés en la elección legislativa y escepticismo sobre la situación política actual. Lo anterior, no obstante, posiblemente cambiará cuando se entremezclen otros cargos electorales en disputa, como por ejemplo la renovación de puestos públicos que se realizará junto con las elecciones presidenciales y legislativas en 2024, aunque tampoco será garantía de una amplia participación, probablemente si elevará los números de votantes en la misma.

El segundo punto de relevancia de esta jornada del domingo pasado fue la apabullante victoria de la 4T sobre sus adversarios políticos, debiendo destacar que en el caso concreto, no fue completa la actual coalición del oficialismo, únicamente fueron en alianza MORENA y PT, en tanto PVEM fue por cuenta propia. Por su parte la coalición opositora Va Por México quedo con un rezago gigantesco, aun con la baja participación electoral.

La 4T logró obtener el escaño en el senado, el candidato oficialista José Ramón Gómez Leal, obtuvo más del 70% de los votos de la jornada electoral, en tanto la candidata opositora, Imelda Margarita Sanmiguel Sánchez, obtuvo apenas poco más de 20% de la votación.

Si se contrastan estos datos con la situación del abstencionismo puede observarse que a pesar del escepticismo político y de la menor relevancia política que se le da a las elecciones legislativas, el pueblo tamaulipeco aun está en disposición en darle la oportunidad de continuidad a MORENA y sus aliados; cabe recordar que en la elección a gobernador del año pasado, el candidato de MORENA logró triunfar en las elecciones, así que es posible que esta “ola” electoral que propulsó al principal partido de la 4T se haya mantenido intacta estos meses posteriores y eso ayudara a recapturar este escaño del senado.

Aun si es una pequeña victoria, el triunfo de la 4T en Tamaulipas sirve como un preludio de lo que se aproxima, aun faltan varios meses para las elecciones estatales de Coahuila y Estado de México. De estos dos estados, es el segundo el que más valor político-electoral tiene para los distintos bloques políticos, pero por lo pronto parece ser que MORENA y sus aliados tienen la ventaja.

Probablemente la oposición apostará a que a mayor cantidad de cargos en juego mayor incentivo para la participación y de esta forma esperan evitar otra contundente victoria del oficialismo. Sin embargo, esto es caer en una falacia. Si bien en cierto que en la mayoría de los casos el abstencionismo beneficia al partido en el gobierno, tal beneficio no es demasiado significativo.

Apostarle a que mientras más participación haya significará más votos para la oposición es hacer una mala lectura de la realidad sociopolítica de la nación. Muchos votantes han optado por elegir a MORENA y la 4T justamente por el hartazgo que tienen a los partidos tradicionales. Hoy en día esos partidos intentan erigirse como la esperanza para combatir a MORENA, cuando realmente no han logrado realizar cambios socioeconómicos ni políticos relevantes cuando estuvieron en cargos públicos. Ahora tuvieron que hacer una alianza que contradice su proyecto ideológico e histórico por el mero hecho de no quedar fuera de la contienda política, por lo que esperar que la ciudadanía vote por ellos es más que todo la expectativa de un hipotético enojo contra la 4T, y aun suponiendo que hubiese un sector poblacional desencantado con el oficialismo, apostarle a que eso elevará los votos en el bloque opositor es muy arriesgado.

La oposición, aun sigue sin entender que, sin proyecto, pero sobre todo sin un proceso de reconfiguración que permita reconocer y aceptar los errores que históricamente cometieron cuando gobernaron, difícilmente tendrán oportunidad real de derrotar a la 4T en estos estados, pareciera que su única apuesta es que sea la propia 4T la que se divida y caiga mediante fuego amigo.

Pero si lo anterior no ocurre, entonces la situación de la oposición no tendrá mucho futuro. Todavía quedan algunos meses de por medio para el día de las elecciones de Coahuila y Estado de México, diversos factores pueden todavía alterar el rumbo para los bloques enfrentados, pero sin proyectos ni propuestas claros que puedan significar una alternancia realista al actual oficialismo, la oposición no debe esperar mucho ni en votos ni participación.