«Héroes y heroínas anónimos» en combatir incendios, sin condiciones mínimas de seguridad

No quieren salarios, solo herramientas que les permita proteger su territorio y su salud; pese a pedirlas no se les otorga

Imagen proporcionada por comuneros de La Mintzita, de un incendio registrado y no atendido por autoridades ambientales.

En el marco del Día Internacional del Combatiente Forestal, la Secretaría de Medio Ambiente (Secma) y la Comisión Forestal del Estado de Michoacán (Cofom) publicaron en redes su reconocimiento a los «héroes y heroínas anónimos», quienes «día a día luchan con empeño para mantener a salvo nuestros bosques y su biodiversidad». Sin embargo, en los hechos, hay combatientes que hacen su labor de manera voluntaria y sin las herramientas necesarias para hacer un trabajo eficaz y sin poner en riesgo su salud.

En la comunidad ecológica Jardines de la Mintzita se hace un trabajo de prevención todo el año y de contención en esta época de secas, según Jesús Ramírez, comunero combatiente forestal. La labor se lleva a cabo de manera voluntaria, pues hay consciencia de que se trata del cuidado de su territorio.

Este año se han registrado seis incendios en su comunidad, tres de gran magnitud. «El del cinco de febrero afectó tres hectáreas y 34 árboles de zapote prieto, que es una especie en peligro de extinción». Dice que se levantó un acta de ese incidente en la Secma, «anduvieron por acá, pero no sabemos en qué quedo eso».

Según Jesús Ramírez, cada vez que hay un incendio lo comunican a bomberos, a Cofom, a Secma, a Conanp, pero afirma que la gran mayoría de las veces no llegan a apoyar. «Cuando reportamos después de las nueve de la noche, nunca nunca nunca –enfatiza– han llegado».

El problema es que hay siniestros que no tienen capacidades para combatir, mucho menos indumentaria que les permita intentarlo: «Cuando hay fuego fuerte, no le hacemos nada. En el (cerro del) Quinceo mandan hasta helicópteros, acá nunca han mandado uno, prefieren que se queme, al cabo dicen que es puro carrizal y tule, pero cuando hacemos rondas posteriores nos damos cuenta de que hay tortugas, huevecillos de aves, serpientes y una gran diversidad biológica calcinada».

En los últimos dos años han tenido comunicación con la Secma. La institución se ha acercado a ellos y les ha ofrecido empleos temporales, pero lo han rechazado bajo la idea de que «no es el salario lo que nos interesa». En cambio, han solicitado equipo para poder combatir el fuego de manera eficaz y segura: «Necesitamos cinco güiros, cinco bombas especiales (‘mochilas’) de esas que echan agua a seis metros de distancia para no tener que acercarnos tanto. También necesitamos azadones, palas, machetes y –a lo mejor es mucho pedir–mascarillas, para cuando uno se está ahogando».

Sin embargo, a la fecha, no han recibido las herramientas: «En varias ocasiones nos han preguntado que qué ocupamos, les decimos, pero no ha llegado nada».

“Seguimos en las mismas”

Reconoce que no es una situación novedosa, sino que recorre el ámbito municipal y estatal desde hace más de diez años: «Cambian los nombres de las dependencias, cambian los titulares, pero seguimos en las mismas. Tenemos un área natural protegida de 149 hectáreas, tenemos especies en peligro de extinción, pero no hay seguimiento de estos decretos, hay irresponsabilidad de parte de las autoridades, se pasan la bolita entre ellos».

Al consultar al respecto de la posibilidad de equipar a comuneros de Jardines de la Mintzita, el titular de la Cofom, Rosendo Antonio Caro Gómez, dice que, por ser un área natural protegida, le corresponde a la Secma. Al consultar a la Secma al respecto, Francisco Torres, enlace de la dependencia, responde que «el tema de brigadas y brigadistas es de Cofom y de la Comisión Nacional Forestal (Conafor)». Ante la insistencia, Torres dice no tener información acerca de las comunicaciones entre la Secma y los comuneros.