Morelia, Mich.- Entre empresas, partidos políticos e instituciones de los gobiernos estatal y municipal, miles de personas de la población sexodiversa moreliana, acompañadas por una caravana de alrededor de 40 vehículos, marcharon para reivindicar su lucha por una vida digna, sin violencia y por una sociedad inclusiva.
La concentración comenzó en la avenida Madero, afuera del estadio Venustiano Carranza, a eso de las 17 horas, frente a un escenario colocado por el gobierno del estado. Los primeros en llegar fueron los vendedores ambulantes (banderas, paraguas, coronas y hasta alas de cartón) y los policías con brazaletes de colores sobre el uniforme, quienes, según el informe “Orgullo en resistencia comunitaria” del colectivo Michoacán es Diversidad, siguen extorsionando a la población LGBTIQ+.
Después de un primer momento de música y perreo, los funcionarios tomaron el micrófono para emitir discursos pretendidamente reivindicativos. Elvia Higuera, subsecretaria de derechos humanos de Michoacán, les reconoció a las personas asistentes que “ustedes han sido parte fundamental de esta lucha [sic]”. Marisa Celeste Trujillo, del Instituto de la Juventud Moreliana, dijo llevar el saludo de Alfonso Martínez, presidente municipal. También participaron Bárbara Ramírez Pedraza, subsecretaria de Fomento y Desarrollo Integral de las Mujeres, y Nuria Gabriela Hernández Abarca, del Instituto Moreliano de la Mujer y la Igualdad Sustantiva (Immujeris).
El pitazo de salida lo dio el pronunciamiento del colectivo convocante Pride Michoacán. Adriana Peña Rojas y Julio César Mora Villanueva reivindicaron el cuerpo y la sexualidad como una cuestión política y exigieron a legisladores, instituciones de justicia y gobiernos atender los pendientes en materia de terapias de conversión, familias homo y lesboparentales, así como infancias trans. La afluencia reaccionó fervorosamente ante la consigna de uniformes neutros en las escuelas.
También exigieron a las autoridades de los diferentes niveles de gobierno que no se promuevan ni solapen los discursos de odio, que elaboren instrumentos para generar cifras y estadísticas útiles para comprender y atender la realidad de opresión y exclusión que vive la población sexodiversa y, por último, que no usurpen las acciones afirmativas que han sido construidas desde la base de la comunidad.
La caravana vehicular que este año acompañó a quienes marcharon estaba conformada por alrededor de 40 vehículos. Además de colectivos como el de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), también hicieron presencia bares como Rojas Pop (quien convocó al grupo más nutrido en la marcha), Fussion, Mamá No Lo Sabe y Open Mind.
También se vieron camionetas de dependencias como el Instituto Mexicano del Seguro Social (Imss) y la Comisión Estatal de Derechos Humanos (Cedh), así como de partidos políticos como MORENA, Movimiento Ciudadano y el PRD.
En el contingente —a ciertas alturas festivo y en otras combativo— hubo presencia indígena, se escuchó música de banda más allá del característico repertorio electropop de los antros del centro de Morelia y hubo un par de toritos de petate provenientes de Tarímbaro.
Ante transeúntes (entretenidos unos, asustados otros, y morbosos otros tantos), se cantaron consignas como “Esta marcha es de fiesta, es de lucha y de protesta”, “Esos mirones también son maricones”, “No que no, sí que sí, ya volvimos a salir” y “Hetero el que no brinque”. No faltó el baile de la pelusa y, frente al palacio legislativo, el tradicional “En ese edificio hay gente sin oficio”.
A las 19:00 horas ya estaba esperando al contingente, frente a la catedral de Morelia, en un gran templete dispuesto por el ayuntamiento de Morelia, un número musical a cargo de Amauri Glamazon, quien gritó que “en una tarde gris como esta, nuevamente somos nosotros quienes pusimos los colores”. Una hora después daría inicio el concierto de cierre donde participarían el DJ venezolano Luis Erre, el cantante Michelle Maciel y, finalmente, el artista internacional Esteman.
Circulaba información entre las personas asistentes acerca de varias fiestas y afterparties que se espera terminen después de las 3 de la mañana.
