DEBATAMOS MICHOACÁN: Las masculinidades

Durante el 2020 y 2021, estuve aplicando la metodología diseñada por quien esto escribe en el modelo pedagógico de Escuela para hombres contra la violencia de las mujeres. (Foto: cortesía Gerardo Herrera).

Durante el 2020 y 2021, estuve aplicando la metodología diseñada por quien esto escribe en el modelo pedagógico de Escuela para hombres contra la violencia de las mujeres, proyecto aprobado por el H. Ayuntamiento de Pátzcuaro. Igualmente me ha tocado desarrollar diversos talleres y conferencias sobre las cuestiones de los hombres y sus masculinidades en distintas zonas de Michoacán y el Estado de México, Hidalgo y Veracruz. Comparto con mi audiencia algunos comentarios.

Me parece importante que, en el diseño de la política pública está implícito trabajar con los hombres y sus masculinidades desde la función pública, no obstante, existen otros temas que se encuentran en la agenda pública para ser desarrollados como acabar con la violencia contra las mujeres, los derechos de las poblaciones LGBTTTIQ+, contenidos sobre la salud sexual y reproductiva, paternidades, cuidados, crianza y lo importante de estas acciones es que no solo se desarrollan en México, sino en casi todos los países miembros de la ONU.

Los estudios de género de hombres y sus masculinidades y los trabajos para impulsar acciones para desarrollar mecanismos para evitar la violencia, iniciaron en la década de los años ochenta y noventa del siglo pasado; en aquellos tiempos, y hoy mismo, pero menos, se cuestionaba el porqué, involucrar a los hombres en dichos procesos, finalmente son ellos los que viven en privilegios que les da el patriarcado; porqué transitar a una ruta que pueda arrebatar dichos privilegios, sobre todo los mandatos de sabiduría, poder, autoridad, jactancia y violencia y sus potencias, frente a la obediencia de las mujeres.

En la actualidad esto ha estado cambiando, las estructuras operativas de igualdad sustantiva del gobierno Federal y los gobiernos locales, estatales y algunos municipales, han generado condiciones para abordar las temáticas que involucren a los hombres y sus masculinidades y a las infancias y adolescencias y juventudes. Aun cuando sea mínimo el avance, nos puede seducir el saber que se realizan acciones para el cambio de nuestras vidas, por lo pronto aquí en México y en muchas partes del mundo.

Hoy, observo afortunadamente algunos cambios, los hombres y la diversidad de masculinidades, están cambiando no por ellos, sino más bien por la presión de las mujeres que han logrado la conquista de derechos humanos y libertades, por lo que, hoy los hombres enfrentan nuevas realidades. Sus parejas sentimentales, hijas y amigas están diciendo que la manera en que vivieron sus madres y abuelas no son válidas ni corresponden en este momento para ellas, es decir, no están dispuestas a seguir recibiendo violencia, dominación y subordinación de los hombres.

Otro elemento que genera tensión es que, a medida que se transforman las vidas de las mujeres en diferentes espacios: centros de trabajo, la comunidad, el hogar, sus expresiones confirman que no seguirán tolerando la violencia en sus relaciones de pareja, más mujeres continúan empoderadas y emancipadas; pero a ello, hay que sumarle las exigencias de las mujeres en materia de igualdad de derechos y la toma de decisiones sobre su cuerpo, por lo que más hombres ahora comprenden, que cada cambio en la vida de la mujer, también implica un cambio en las dinámicas sociales de los hombres.

Me parece muy importante que en estos momentos existen muchas mujeres que de manera colectiva se encuentran trabajando para involucrar a hombres y niños en actividades, como lo son la Mujer de Acero de Lázaro Cárdenas Michoacán, o bien, Deportistas con Causa, donde Martín Barriga, realiza actividades deportivas como recoger basura, barrer los frentes de la casa, entre otros, como una posibilidad de trabajar colaborativamente con las parejas para mejorar el medio ambiente, la convivencia y el respeto al otro.

Nos queda claro que tenemos que sumar voluntades y fuerzas entre los individuos, las organizaciones, y las instituciones, para lograr los cambios estructurales. Continúo pensando que es fundamental seguir trabajando con hombres y sus masculinidades para transformar sus vidas a nivel individual, pero, hoy mismo platicaba con la doctora Elvia Higuera Pérez, Subsecretaria de Derechos Humanos y Población sobre la importancia de conseguir el apoyo institucional y de las estructuras operativas que lo permitan e impulsen, para avanzar en la disminución de la opresión.

Una de las estrategias que fomento en mis intervenciones para deconstruir las masculinidades hegemónicas, es utilizar enfoques positivos; los enfoques positivos pueden hacer que hombres y las infancias y adolescencias reflexionen sobre sus vidas, sus relaciones con las mujeres, sus actitudes y comportamientos para comprender los mecanismos que se utilizan para someter, controlar o disciplinar el cuerpo de una mujer, incluso de otros hombres, es decir, la subordinación y la dominación. Los enfoques positivos permiten motivar los cambios, el regañar a los hombres para controlar sus masculinidades que no gustan, suelen no llegar lejos, por eso, es importante poner disciplina, reglas y generar hábitos, que permita ayudar a la transformación individual.

De manera regular tengo el acercamiento con distintos grupos de hombres, un eje que permanente manejo es mantener acciones con enfoque transformativo de género, es decir, en otras palabras, siempre me permito cuestionar lo que significa ser hombre y el reconocer que lo que se hace desde los mandatos (saberes, autoridad, poder, jactancia, violencia y potencias) debe ser deconstruido por el daño que hace a la otredad y el daño que se hace, asimismo.

Es importante cuestionar lo que significa ser hombre, pero no es solo saberlo, sino aplicarlo en beneficio de la sociedad, no se trata de hacer que los hombres repitan que deben apoyar los derechos de las mujeres, o practicar sexo seguro, o que no se debe golpear o subordinar o dominar a mujeres o bien hombres, sino se debe de hablar de vidas que han trazado una existencia, así como de los valores que tienen los hombres. Y es que, debe quedar claro, los hombres deben de reflexionar sobre su propia construcción de género, de no hacerlo nunca dejarán de lado sus privilegios y permanecerán con las formas de poder y reitero los privilegios que se le han otorgado.

De ahí la importancia de cuestionar el poder y los privilegios de los hombres y sus masculinidades; de no enfrentar dichos estereotipos de masculinidad, no habrá la capacidad para que los hombres se piensen, despiensen y repiensen y con ello, tomar la ruta de los cambios. Para mí, me queda claro, las masculinidades tienen que trabajar como aliados de las mujeres, pero nunca en espacios separados, ni mucho menos pensarse como que están al rescate de la mujer.

En lo personal me da gusto que muchos de los jóvenes que son facilitadores de procesos educativos en el CONAFE, han logrado trabajar sus deconstrucciones de masculinidades hegemónicas, a masculinidades positivas, en donde la economía feminista de los cuidados, la crianza y las labores del hogar son realizadas en sus centros de trabajo conjuntamente con sus alumnos y alumnas, en donde deben de cuidar a sus alumnos y alumnas, pero también la crianza y las labores del hogar que tienen que hacer dentro de sus espacios donde se quedan a pernoctar, recordemos que viven en localidad muy lejanas y eso los obliga a permanecer toda la semana en dichos espacios.

Recientemente en una conversación con el licenciado en educación Isaul de Jesús Barajas, quien fue promotor educativo de CONAFE, me comentaba la importancia del trabajo en comunidad y la aplicación de metodologías educativas que permiten avanzar en la construcción de espacios de mayor tolerancias y respeto a las personas y su dignidad humana; donde el alumnado coadyuva en mantener la limpieza del salón de clase, dónde el interés superior permite reconocer su participación y compartir sus saberes; saberes que se fortalecen en acciones para la crianza del otro, para el cuidado del otro, y para mantener espacios limpios.

De esta manera, la enseñanza de los educandos desde una perspectiva de igualdad sustantiva, desde la tolerancias y el respeto y los saberes de éstos permiten trabajar fundamentalmente en un modelo social de mayor inclusión.

Yo pienso que en el caso de Isaul de Jesús, al trabajar él con infancias y adolescencias, entre ellos con hombres y sus masculinidades, ya desde el trabajo intelectual o bien en el trabajo de organización comunitaria se continúa aprendiendo.  Me decía de una manera comprometida “al trabajar con las infancias y adolescencias estamos trazando la línea para hacer los cambios de sus actitudes y comportamientos, y ello, me dice, te obliga a comprender las cosas, las dinámicas sociales, y también a cuestionarte. Siempre felicitaré a quien en su condición humana reconoce que puede hacer cambios para el bien común, para la mayor participación social.