Mujeres indígenas no usan copas menstruales por tabú

Se han distribuido al menos 500 kits en localidades del estado, pero persiste la resistencia en mujeres por un tema de mantener la virginidad.

La secretaria de la Mujer, Carolina Rangel en el Congreso local | Fotografía: América Juárez

Morelia, Mich.- El tabú de la virginidad impide que mujeres en comunidades indígenas usen copas menstruales, reconoció la titular de la Secretaria de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas (Seimujer), Carolina Rangel Gracida.

Aun cuando las copas menstruales constituyen una alternativa ecológica, así como económica para quienes no pueden acceder a la compra de productos para su periodo menstrual, Rangel Gracida afirmó que las mujeres de las comunidades ven como “algo malo” su empleo.

“Hemos podido trabajar en esta campaña de menstruación digna, no sólo en estos productos; si bien hemos llevado toallas, calzones, otros reutilizables y otras copas, se lleva como una plática: en qué sentido el uso de las copas y tampones son un tabú de la virginidad que ha sometido a las mujeres a que una tiene valor por un tema de virginidad”, indicó la funcionaria estatal.

En ese contexto, Rangel Gracida expuso que estos temas deben normalizarse y conocerse, pero cuando se lleva la información y se expresa que se debe introducir por una cavidad vaginal, es cuando se “asustan” y lo consideran “algo malo”.

“Estamos trabajando en ello y hay mayor entendimiento en las adolescentes y jóvenes que en las personas mayores o en las mamás, pero entregamos el kit completo que tiene la toalla y el calzón; si quieres utiliza las toallas y el calzón, puedes esperar a utilizar la copa. Vamos de poco a poco”, externó la titular de la Seimujer.

Hasta el momento, informó que se han distribuido 500 kits a comunidades indígenas, en las 32 comunidades de autogobierno, aunque de los dos mil kits únicamente se entregaron 100 en Zamora, en tanto que el resto se ha ido a comunidades en diferentes actividades.

“Esta última vez entregamos algunas en Sevina, también a la comunidad indígena de Aquila, y las dos mil que hemos repartido son en zonas indígenas o de alta marginación”, subrayó la funcionaria.

La gravedad de tener resistencia al uso de las copas menstruales, alertó Carolina Rangel, se relaciona al valor que se le da al cuerpo de la mujer, que sigue siendo un tema cultural.

Subrayó que el programa de menstruación digna se liga también con temas de educación sexual, con el fin de evitar el embarazo en adolescentes y el abuso sexual.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), existe una población menstruante de más de un millón 400 mujeres; en el caso de Morelia, son 280 mil personas menstruantes que, en promedio, tienen dos mil 500 días de periodos en su vida, lo que equivale a siete años y un gasto promedio de 720 de toallas y tampones al año.