Seguridad vs. libertad

Plaza Las Américas en Morelia | Fotografía: Agencia Comunicación Gráfica.

En una entrevista del director del periódico español conservador “ABC” durante la transición democrática después del dictador Francisco Franco, ante las movilizaciones y huelgas por destruir el régimen político dictatorial dijo: ante todo las noticias son hechos políticos económicos y sociales y nosotros que somos partidarios de la herencia del general Franco no podemos ocultar la realidad, si en esta situación política -1975- salen a la calle cien o cien mil personas a demandar la democracia, nuestro diario tiene que reflejar en sus páginas tal hecho.

La anterior referencia histórica está relacionada con los lamentables hechos en la plaza comercial Las Américas y la Avenida Camelinas que en la práctica derrumbaron de un golpe los logros alcanzados por el gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla en materia de seguridad.

Les toca a las fiscalías llegar al fondo del asunto y poner en manos del poder judicial a los responsables de tales hechos, no son válidas las conjeturas porque se convierten en especulaciones, pero para los ciudadanos morelianos ha aumentado la percepción de inseguridad y con ello el temor colectivo.

En este espacio sólo interesa analizar el problema de la inseguridad pública y las consecuencias en la actividad económica de Michoacán. Tales hechos antes señalados generan incertidumbre para los inversionistas extranjeros, nacionales y locales, afecta la generación de empleos y posiblemente el cierre de empresas.

Lo anterior es que tales hechos son de alto impacto y se registraron en unos de los centros comerciales y financieros de la capital michoacana de alta concurrencia, donde están establecidos negocios y empresas de carácter global, además la Organización Ramírez también es uno de los grupos financieros más importantes del país de origen moreliano. El impacto negativo es brutal para la economía no solo de la ciudad de Morelia sino de Michoacán.

Más allá de que se debe de hacer por parte de todos los niveles de gobierno una profunda evaluación de la estrategia de seguridad pública y el combate a la delincuencia organizada es el momento de hacer la siguiente reflexión:

Si los ciudadanos están dispuestos a cambiar la libertad por la seguridad pública, esto significa aumentar las medidas de control de carácter militar y policial sobre el derecho al libre tránsito de personas y mercancías poniendo en riesgo también la observación de los derechos humanos.

Y no solo esto vale para Michoacán sino para todas las entidades federativas que en las últimas semanas han registrado hechos violentos incluyendo aquellos que ya se les califica por los especialistas como hechos de terrorismo por la utilización del tipo de armamento y los métodos utilizados por la delincuencia.

Por lo tanto, hoy debe de estar en el debate público la cuestión de la libertad a cambio de la seguridad pública y como consecuencia el fracaso de la estrategia en la materia y los “abrazos y no balazos”.

El dilema no es fácil, la sociedad civil está bajo la vigilancia como producto del aumento de los instrumentos de vigilancia que ya había alertado George Orwell en su libro “1984” o “la rebelión de la granja” donde exponía la vigilancia mediante un sistema de cámaras conectadas a las pantallas para controlar absolutamente la vida cotidiana de la sociedad civil y hay  que agregar  el tema tratado por Erich Fromm en su libro “el miedo a la libertad” donde hace un análisis sobre el dominio del fascismo sobre la vida ciudadana y pública, hoy los militares están en la mayoría de la vida cívica y ciudadana solo falta que invadan la vida íntima de los ciudadanos.

Es por ello que más allá de la estrategia de seguridad pública fallida, el dilema ético y filosófico hoy es seguridad vs. libertad.