El acento en la educación universitaria y la naturaleza en su materia de trabajo

"Se pueden implementar muchas acciones para evitar el cierre de las carreras que oferta la Universidad y no reducir su duración"

Yarabí Ávila y su rectorado, con segundo tropezón financiero en pagos a docentes y sindicalizados. | Fotografía: Prensa UMSNH

El Título Tercero de la Ley General de Educación Superior (LGES), estipula que el Sistema Nacional de Educación Superior se integra por tres subsistemas; el subsistema universitario, el tecnológico y de escuelas normales y formación docente. Con respecto al Subsistema Universitario, la sección primera del mencionado título puntualiza que: “La educación superior universitaria tiene por objeto la formación integral de las personas para el desarrollo armónico de todas sus facultades, la construcción de saberes, la generación, aplicación, intercambio y transmisión del conocimiento, así como la difusión de la cultura y la extensión académica en los ámbitos nacional, regional y local, que faciliten la incorporación de las personas egresadas a los sectores social, productivo y laboral”.

La naturaleza del trabajo que se realiza en la educación universitaria es especial, dado su componente intelectual, no manual, pero como otras actividades se desarrolla mediado por condiciones formales de contratación o prestación de servicios en una organización específica. El Título Sexto de la Ley Federal del Trabajo, relativo a los trabajos especiales, en su Capítulo XVII reconoce el trabajo académico como trabajo especial y dispone lo correspondiente para las Universidades e Instituciones de Educación Superior Autónomas por Ley.

Por otro lado, de acuerdo con la Cláusula 8 del Contrato Colectivo de Trabajo del Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM), cuyo dictamen de Legitimación aún no ha sido emitido por el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, pero cuyos derechos deben prevalecer, estipula que: “Las relaciones laborales entre la Universidad y los trabajadores académicos se rigen por las disposiciones del Contrato Colectivo de Trabajo vigente, el Reglamento Interior de Trabajo, (Reglamento General del Personal Académico) y de manera supletoria por el apartado “A” del Artículo 123 Constitucional y su Ley Reglamentaria, la Ley Federal del Trabajo (LFT). Conjuntamente, las Cláusulas 14 y 30 previenen lo conducente cuando hay exceso de personal académico en la institución y al cambiar al personal académico de adscripción.

Además, la fracción II del Artículo 42, de la Declaración de Principios y Estatuto del SPUM marca que, dentro de las atribuciones del Secretario de Asuntos Académicos, están impulsar y promover reformas a los planes de estudio y de investigación y someterlos a discusión de las secciones correspondientes.

Todo lo anterior hace evidente que –la naturaleza de la materia trabajo y producción laboral son distintos y no pueden tasarse con base en criterios pragmáticos o meramente financieros-, las universidades autónomas no son organizaciones que generen bienes materiales o que tengan como finalidad producir ganancias.

Como se advirtió en una contribución anterior, el predominio de los profesionales de Administración que caracteriza a quienes actualmente dirigen a la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), los hace proclives a enfocar la eficiencia universitaria en parámetros financieros, sin visión sistémica, sin considerar que la Universidad Nicolaita no es una Universidad Tecnológica y que su acento distintivo, tal como contradictoriamente reza el eslogan de la actual Rectoría, es ser “humanista por siempre”. Por ello resulta un contrasentido la sentencia del cierre de las carreras de Humanidades a través del medio pagado que suelen contratar las autoridades para generar una corriente de opinión, ¡justamente son las carreras de Humanidades; Historia, Artes, Letras y Filosofía, las que le dan el carácter humanista a la Universidad!

A fines de la semana pasada, en los chats de profesores circuló ágilmente gran cantidad de información y opiniones sobre un conjunto de medidas tomadas por la Rectora de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, doctora Yarabí Ávila González, sobre el cierre de campus de Ingeniería en Tecnología de la Madera en Ciudad Hidalgo, que según se justificó por la falta de mercado laboral para los egresados, sin mostrar los resultados de los supuestos “estudios cualitativos y cuantitativos” para fundamentar la decisión, como el estudio de egresados correspondiente; así como la petición de la presentación del rediseño en tres días de esa carrera, algo prácticamente imposible sino se cuenta con los estudios de factibilidad y egresados actualizados y otras medidas apremiantes como la petición de estudiar la factibilidad de cursar las carreras de Ingeniería Eléctrica y Filosofía en tres años; el recorte del número de estudiantes por sección en las Preparatorias, el cierre de nodos y de 16 secciones de la Facultad de Contaduría y Ciencias Administrativas.

Estas medidas podrían denotar tres situaciones: El desconocimiento de la naturaleza de las funciones de la institución que dirige, la carencia de un departamento que asegure la pertinencia de los programas educativos y que coordine y dirija de manera articulada y sistemática los trabajos de actualización, rediseño y evaluación curricular, así como la carencia de un equipo político-consultor multidisciplinario, -con visión sistémica- efectivo, que más que darle por su lado (por temor a sus reacciones, según se comenta) la asesore acertadamente.

Resulta paradójico que en un contexto en donde se requiere con urgencia el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, al tiempo que se transforman e industrializan con la exigencia del cuidado al medio ambiente, se refiera que no hay demanda para los egresados de Ingeniería en Tecnología de la Madera, sin siquiera haber explorado las opciones de internacionalización de su programa. Un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo en coordinación con la FAO y el Instituto Forestal de Thünen demuestra que si bien la tasa de ocupación en las actividades forestales ha decrecido a un nivel del 15 por ciento, esto se debe principalmente a la automatización, pero el sector forestal incluye actividades como la silvicultura, la explotación forestal y la industria manufacturera y un 31 por ciento de la superficie terrestre es boscosa, cuya explotación sustentable debe ser estudiada.

Aún si se hubiera tratado de una estrategia para que en las dependencias en declive activen sus esfuerzos por no haber incrementado su matrícula en la segunda convocatoria, en lugar de verse como un ultimátum de quien ejerce con firmeza el poder, característica de su estilo de liderazgo o la búsqueda de eficiencia en el ejercicio de los recursos, resultó contraproducente, pues la mayoría de los comentarios de los académicos señalaron la incompetencia de las autoridades y los funcionarios para determinar los plazos de ejecución en un proyecto académico y el logro de resultados, además de que los padres de familia que resultaron afectados con las medidas, como el cambio de sede de Morelia a Zamora en el caso de algunos estudiantes de nuevo ingreso de la carrera de Medicina, se inconformaron en redes sociales por lo súbito e insensible de las medidas.

En ocasiones el descenso en la matrícula universitaria si se debe al desinterés, compromisos políticos o incompetencia de quienes dirigen las dependencias, como consta con la Facultad de Historia, cuya matrícula descendió a partir de la administración 2015-2019, cuya directora no analizó la tendencia de crecimiento de la carrera, que en la actualidad -aún es positiva- y del orden del 2.11 por ciento, según los anuarios estadísticos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ni antepuso la sostenibilidad de la carrera (al igual que los Directores que le siguieron) pues en el Consejo Universitario nunca se manifestó en contra de la política de reducción de los espacios de Medardo Serna González, quien finalmente terminó inflando las cifras de la matrícula cuando la Subsecretaría de Educación Superior la auditó y notó la discrepancia entre lo reportado y la realidad, la baja en la matrícula.

En la Facultad de Ingeniería Eléctrica, la situación no ha sido distinta, lleva años con baja en su matrícula, no sólo por el incremento de la oferta educativa en áreas similares, como mecatrónica, sino por su Plan de Estudios “tan innovador y flexible” (cuyos impactos no previó, ni remedió el actual Coordinador de Estudios de Licenciatura de la Universidad), pues ese esquema no genera las condiciones de socialización y el arraigo con la dependencia mínimos para evitar la deserción.

Aunado a lo anterior, están los problemas de la enseñanza en las Ingenierías como la falta de formación docente en la didáctica de las matemáticas, en la contextualización de la enseñanza de esa misma área, ignorar las deficiencias en el nivel de dominio de las matemáticas al ingreso, el que los profesores piensen desde su propio nivel de inteligencia matemática, particular y dominante e ignoren que gran cantidad de estudiantes alcanzan la etapa de las operaciones formales (Piaget).

Los académicos, en su área destacan, incluso varios directivos pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), pero se enfocan en el desarrollo de su carrera y los beneficios particulares, hace falta compromiso con la institución y que se revisen los resultados de quienes se les siguen encomendando importantes responsabilidades en la administración universitaria, aun cuando algunas de sus decisiones han sido gravemente perjudiciales para los programas educativos e impactan en la eficiencia financiera y en la sostenibilidad de los mismos.

Otros directivos no reconocen sus limitaciones, pero tampoco se rodean de especialistas en teoría, planificación y desarrollo curricular para robustecer la pertinencia de los Planes de Estudio, los rediseñan por ocurrencias de las Comisiones a las que se les encomienda la actualización o rediseño, sin fundamentación robusta. Resulta revelador de la naturaleza y fines de los sistemas de evaluación de la calidad el que los programas referidos se encuentren acreditados, lo cual da cuenta que ese reconocimiento no abarcan la totalidad de los factores, ni la sostenibilidad, ni tienen un enfoque social.

Además, las motivaciones e intereses políticos y económicos de las autoridades y funcionarios universitarias, también influyen en la sostenibilidad de los programas, pues en más de una ocasión ha ocurrido, como en el caso de la Facultad de Medicina, que se cierran espacios para que los aspirantes acudan a las Instituciones Privadas, de las cuales son socios o propietarios.

A la problemática anterior se aúna el incumplimiento del Estado, a través de la Secretaría de Hacienda, de no asignar los recursos para garantizar la gratuidad de la Educación Superior, para el programa denominado Expansión de la Oferta de Educación Media Superior y Superior , la Secretaría de Hacienda no ha destinado los recursos necesarios para incrementar la matrícula, pese a que la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados cada año solicita fondos para ese fin.

Se pueden implementar muchas acciones para evitar el cierre de las carreras que oferta la Universidad y no reducir su duración (“compactar”) y sin hacer grandes gastos. Se deben diseñar salidas como Técnico Superior Universitario, implementar el sistema de formación dual, las relaciones que tiene la Universidad y la propia Rectora con quienes dirigen organismos como el Consejo Económico y Social del Estado de Michoacán (CESMICH) lo cual debería beneficiar a la Universidad Nicolaita, el Instituto Tecnológico de Morelia ya ha aprovechado ese vínculo.

Se deben generar departamentos específicos para el seguimiento del desarrollo de capacidades o competencias, el otrora Departamento de Didáctica hubiera podido coordinar esos trabajos, pero con cada administración se reconfiguraba su nombre y visión, hasta que se hizo por moda, Coordinación de Proyectos Transversales y de Responsabilidad Social Institucional, también se debe sistematizar y planificar la profesionalización docente, a los profesores de Ingenierías, por ejemplo,  en la educación y metodologías STEM, en psicología educativa, para operen adecuadamente los planes de estudios sustentados en teorías cognitivas como la de Piaget y enfoques como el construccionismo de Seymour Papert, pionero de la inteligencia artificial.

Pero sobre todo lo anterior, –no se debe perder de vista la naturaleza de la Universidad Nicolaita y el que no es una institución que tenga finalidad principal servir de cantera para el mercado laboral, en esta se produce reflexión y conocimientos– que, si hay el financiamiento y la vinculación adecuada, sí pueden beneficiar a la industria y a la Iniciativa Privada.

Indiscutiblemente, la UMSNH tiene el personal académico mejor habilitado de la entidad. De acuerdo con el diagnóstico de investigación de 2021 en la UMSNH, los investigadores tienen una mayor incorporación al SNI y 22 investigadores tienen nivel III, respecto a las publicaciones y las referencias de literatura científica dentro de las Instituciones de Educación Superior, la UMSNH ocupa el 13° y 14° lugar, respectivamente, produce el 52.3% de la literatura científica y el 52% en referencias bibliográficas de literatura científica revisada en el estado de Michoacán. La UMSNH ocupa el noveno lugar a nivel nacional en cuanto a tamaño, se deben estudiar alternativas para incrementar su eficiencia en términos diferentes a los financieros. Pero lo anterior precisa de la visión sistémica, social y humanista de quienes dirigen su destino, autoridades, funcionarios y directivos, de nada servirá “apagar fuegos” sino se articulan correctamente los esfuerzos.