Morelia, Mich.- Aun cuando hay documentos oficiales de por medio firmados por la Secretaría Académica, la rectora de la Universidad Michoacana, Yarabí Ávila González, desestimó las críticas ante la probable de desaparición y reducción de algunos de los 46 programas de licenciatura.
Ávila González llamó “politiquería” a la información que circula en medios locales basada en boletines de la Casa de Hidalgo y en documentos firmados por Jorge Fonseca Madrigal, secretario académico de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), en que se trata la desaparición de Ingeniería en Tecnología de la Madera para convertirla en Ingeniería Industrial, así como la extinción en Lázaro Cárdenas de las licenciaturas en Derecho, Administración y Contaduría, sin olvidar la posible reducción a tres años de carreras de diferente signo como Ingeniería Eléctrica, Arquitectura, Música, Teatro y Danza.
En un documento, fechado el 31 de julio, en cuyo margen inferior derecho se lee “#Humanista por siempre”, Fonseca Madrigal expuso al director de la Facultad de Ingeniería Eléctrica en cuatro puntos los beneficios de “compactar” las licenciaturas de cuatro a tres años.
“1) Reducir la duración de los programas de licenciatura permitirá a nuestros estudiantes graduarse en menor tiempo, lo que contribuirá a su pronta inserción en el ámbito laboral y reducirá la carga económica para ellos y sus familias. 2) La reducción del tiempo de estudio puede incentivar a potenciales estudiantes a elegir nuestra universidad, ya que percibirán una opción más atractiva y competitiva en el mercado educativo.
“3) La compactación de los programas implicará una revisión de los contenidos curriculares, lo que brinda la oportunidad de actualizar y mejorar los planes de estudio, ajustándolos a las necesidades reales del entorno laboral y social. 4) Un programa de licenciatura de tres años permitirá una mejor distribución de los recursos universitarios, maximizando la utilización de espacios, docentes y recursos, lo que se traducirá en una optimización de los procesos académicos y administrativos”, se lee en dicho documento.
Para analizar la factibilidad de tal “compactación”, se pide una respuesta el 1 de septiembre, es decir, en un plazo de treinta días.
Tras las críticas recibidas por la comunidad nicolaita y vertidas en los medios de comunicación, el 8 de agosto Jorge Fonseca emitió otro documento en el que señalaba no buscar “imponer la implementación de planes de estudio compactos, si no que únicamente insta a la evaluación de su factibilidad”.
Esto último según ese documento, con el objetivo de migrar “a un sistema de créditos, ampliamente reconocido en la comunidad académica internacional” para llevar a cabo una mejora continua y que las licenciaturas sean programas de excelencia.
Pese a dicha información, la rectora Yarabí Ávila indicó que actores externos a la UMNSH convierten en “politiquería” las decisiones universitarias, lo que según su perspectiva afecta a la universidad y a sus estudiantes ya graduados.
No obstante, Ávila González también dijo esta mañana qué es lo que persigue la UMSNH con dichos movimientos: no desaparecer carreras sino actualizarlas de acuerdo “a las necesidades de los sectores empresariales y de la administración pública”.
Lo anterior significa que se buscaría hacer más competitiva a la UMSNH en sectores como el empresarial y el gubernamental para que sus egresados se inserten en dichos ámbitos laborales, según las dinámicas laborales de la actualidad.
En ese tenor, la funcionaria universitaria con origen en el Revolucionario Institucional (PRI) durante el mandato del también exrector Salvador Jara Guerrero, pero quien fungió como secretaria de Educación en el Estado (SEE) en el primer año de Alfredo Ramírez Bedolla como gobernador de Michoacán, anunció que en marzo del próximo año la UMSNH abrirá tres nuevas licenciaturas: Ingeniería Industrial (con una terminal en Tecnologías de la Madera), Ciencias del Deporte y Trabajo Social.
Sin embargo, no será sino hasta octubre cuando la propuesta para reducir o eliminar licenciaturas se pase a votación en Consejo Universitario, máximo órgano colegiado de la UMNSH que, en meses pasados, aprobó lo que no se creía posible en 1966, tras la violencia desatada por parte del Ejército Mexicano contra estudiantes nicolaitas: ceder en la decisión del rector Eli de Gortari para que en el campus universitario y sus demás planteles puedan ingresar las fuerzas armadas, se dijo, a causa de casos de narcomenudo.
