LOGOS: Tarugos de turno son vil mercancía

Claudia Sheinbaum, la favorita de AMLO para ocupar la presidencia de México en 2024. | Fotografía: Archivo

Durante su campaña, Claudia Sheinbaum (coordinadora nacional en defensa de la cuarta transformación) exigió a sus huestes el deber de lograr, en la elección presidencial 2024, “la cantidad mínima de 35 millones de votos”.

        No basta con ganar los comicios, es necesario superar los supuestos 30 millones de votos que tanto ha seguido presumiendo el presidente López, quien oculta que es una sórdida dádiva de su antecesor.

        Los acostumbrados fraudes electorales en nuestro país convierten en mercancía al sufragio y al sufragista.

        Para que gane Claudia la presidencia de México, en la Ley de Ingresos y en el Presupuesto de Egresos 2024 existe un guardadito de más de 80 mil millones de pesos, dinero público que usarán ilícitamente.

        Y como los tarugos de turno en el Poder Legislativo Federal mexicano siguen obedeciendo ciegamente a su amo, en la Cámara de Representantes en los Estados Unidos de América intentan corregir (a su favor, y en el fondo) los abusos electoreros del tirano López.

        En principio han decidido aprobar una enmienda para evitar temporalmente la entrega a nuestro gobierno del fondo ESF de ayuda para México, por monto inmediato de más de 110 millones de dólares.

        Los republicamos (como leal reflejo a la revoltura de nuestro gobierno federal) mezclan lo electoral con el problema del fentanilo y con problemas migratorios. El castigo para México será por las tres cuestiones.

        El senado de EU (con mayoría demócrata) entiende mejor el problema, y posiblemente lo zanjará de manera fácil.

Lo de la letal droga tendrá su carril; la migración el suyo; y lo de montos, de ayuda ajena al fentanilo y a los migrantes, lo harán llegar a organizaciones sociales que auxilien al desarrollo democrático de México, según el sistema de libertades por el que luchan nuestros vecinos del norte.

La población de México y las instituciones de los EU tienen más confianza en el Poder Judicial Federal mexicano, que en los poderes Ejecutivo y Legislativo federales de nuestro país.

Frente a esa realidad, Claudia Sheinbaum, cada día más debilitada a pesar de sus millonarios gastos  (a costa del erario), resbala al afirmar: “La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador ha cambiado los poderes Ejecutivo y Legislativo”.

Es cierto, pero lo ha hecho para mal del país.

Al ejecutivo lo concentró en un “yo” autoritariamente tiránico. Y a la mayoría del legislativo los trocó en marionetas ciegas y descerebradas.

Agregó la coordinadora Clau: “El que no ha cambiado es el Poder Judicial, y nosotros queremos que los jueces y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación representen al pueblo de México, y que sean votados por el pueblo, para erradicar los privilegios y la corrupción”,

Y concluyó rematando: “Eso manifestó el jefe del Ejecutivo”.

Es decir, lo que ordene su jefe, ¡eso es lo que doña Clau hará!

Se observa que ella no tiene la mínima idea de lo que habló, por eso no incluye a los “magistrados”, sólo a los “jueces” y a los “ministros”.

Y al “fiscal” y a los “ministerios públicos”, ¿por qué no?

No sabe que todos los cargos públicos anteriores están elegidos por el pueblo de manera indirecta.

En su supina ignorancia lo que pretende es que sean elegidos de manera directa.

Empero, si alguien le hiciera caso a esa locura, multiplicaría geométricamente los privilegios, y la corrupción.

Dentro de esta ensalada de tarugos en turno, doña Clau es una mercancía más.

Todos los ciudadanos iremos a votar en 2024, para salvar a México.