A 70 años de voto femenino, ‘techos de cristal’ siguen siendo realidad

Las barreras van desde los personal hasta lo público; el patriarcado en el ámbito político plantea mecanismos sutiles para permanecer

El convenio incluye la participación de cuerpos de seguridad como coadyuvantes en el proceso.

Morelia, Mich.- A 70 años de que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reconociera el derecho al voto de las mujeres, los “techos de cristal” (impedimentos de facto que no siempre son visibles) siguen siendo una realidad en cuanto a su participación política plena.

Esto fue lo que señaló María Enríquez Sánchez, coordinadora operativa de la Junta Local del Instituto Nacional Electoral (INE) en Michoacán, para quien los desafíos actuales deben abordarse desde una perspectiva integral, desde lo personal hasta lo público.

“Todavía existen muchísimas barreras personales, como la cuestión de la maternidad, el acoso sexual, la falta de modelos, incluso de referentes y posibilidades. Incluso barreras psicológicas, derivadas de los entornos hostiles o los contextos familiares”.

En lo que respecta a los impedimentos institucionales, agregó María Enríquez, está el hecho de que los partidos políticos siguen fungiendo como gatekeepers (porteros) “que dificultan el ingreso de las mujeres a las representaciones políticas”, dejándoles sólo aquellos distritos con menor posibilidad de que ganen.

Según el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) —refirió la funcionaria— en el estado de Chiapas sólo el 13 por ciento de las presidencias municipales es ocupado por alcaldesas; en Chihuahua e Hidalgo, sólo el 17.9; en Aguascalientes, el 18.2 y en Nuevo León el 19.6.

No sólo son víctimas de la violencia política de género las candidatas, reparó, sino también quienes ya detentan un cargo, y no sólo son victimarios los entes públicos, sino también los privados, como en el caso de Minerva Citlalli Hernández Mora, quien interpuso una queja ante el Consejo General del INE por la violencia perpetrada por el empresario Ricardo Salinas Pliego, quien por cierto no acató la sanción impuesta.

El último de los factores que mencionó Enríquez Sánchez es la violencia generalizada, como en el caso de la alcaldesa de Cotija, Yolanda Sánchez Figueroa, quien declaró, después de haber sido secuestrada en Jalisco, que está considerando dejar el cargo por el que fue electa.

Referentes culturales juegan en contra

Por su parte, Estrella del Rocío López Maciel, directora de la Casa de la Cultura Jurídica de Morelia, comentó que hay poca difusión de las mujeres que han logrado romper los techos de cristal, como la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández, quien, contrario a los cánones hegemónicos, no es joven y se le percibe como una mujer fuerte.

Con respecto a la alta probabilidad de que sea una mujer quien detente el máximo cargo del Ejecutivo Federal entre el año 2024 y 2030, Claudia Sheinbaum Pardo o Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, la directora comentó que, aunque esto representa un momento histórico, no significa, sin embargo, un cambio en la estructura de poder patriarcal que prevalece en el Estado.

En este sentido, argumentó que, sin menospreciar el talento, las habilidades y las experiencias de las virtuales precandidatas, hay un grupo de poder que decide qué perfiles son seleccionados, independientemente de que sean mujeres u hombres, una muestra más de que el sistema patriarcal tiene mecanismos sutiles para reinventarse y permanecer.

Cabe recordar que fue el 17 de octubre de 1953 cuando se reconoció el derecho de las mujeres a votar y ser votadas; apenas en 2014 se establecieron políticas de paridad que obligan a los partidos a promover candidaturas de mujeres y hombres por igual (50 por ciento para cada categoría).