La industria turística de Acapulco tras el paso de Otis

El huracán Otis debastó el puerto de Acapulco. | Fotografía: Reporte Mexiquense

Uno de los sitios turísticos emblemáticos de México es sin duda Acapulco, ubicado en el estado de Guerrero, tanto para visitantes nacionales como internacionales. Sus playas constituyen un atractivo para los turistas que gustan de viajar hacia sitios de sol y playa. Además de otro tipo de atractivos como la famosa “Quebrada”, acantilado de 45 metros de altura, de donde se lanzan “clavadistas” para el espectáculo de los visitantes. Ni que decir de la vida nocturna que Acapulco ofrece a los turistas, entre su variado repertorio de antros, discos, bares, etc.

La actividad económica en Acapulco gira en torno al turismo, la industria de este sector es dinámica y por ende la población residente depende en gran medida de la actividad turística. La cadena productiva del turismo genera ingresos, empleos, inversión, infraestructura, etc. Desde los grandes emporios hoteleros y restauranteros, hasta los mas pequeños comercios, incluso ambulantes en las playas de Acapulco. Todos ellos, hacen posible que la actividad turística se sumamente relevante para esta zana del país.

No obstante, toda la bonanza que significa la industria turística para Acapulco se vio severamente golpada por el paso del huracán Otis. Una tormenta tropical clasificada como categoría 5, considerada la más fuerte que ha azotado la costa del Pacífico de México. Tocó tierra en Acapulco, Guerrero el pasado 25 de octubre, con vientos que alcanzaron velocidades de 270 kilómetros por hora y oleadas de ocho a diez metros de altura.

Derivado de Otis, la actividad turística se encuentra colapsada y por ende la industria de este sector. Todas las operaciones relacionadas con este sector han sido severamente afectadas por el paso de Otis, al cual solo le bastaron unas cuantas horas para arrasar con todo lo que encontraba a su paso. El sector de alojamiento quedó destrozado, así como los establecimientos de alimentos y bebidas, y todo aquello que era una fuente de ingreso para los residentes de esta zona del país.

El Consejo de Cámaras Industriales y Empresariales del estado de Guerrero (Concaingro) declaró que el 80% de la actividad turística del Acapulco ya se califica como pérdida total. También que el 99% de los establecimientos de servicios comerciales y cadenas de supermercados fue vandalizado y saqueado, además de que ya está en riesgo de perderse de manera permanente el 90% de la fuerza laboral formal de Acapulco.

Además de los estragos provocados por Otis, otro tipo de estragos fueron provocados por las mismas personas, ya que se presentaron actos de rapiña y saqueó a prácticamente todos los comercios y establecimientos, al encontrarlos sin vigilancia alguna, lo cual era razonable, pues los trabajadores prefirieron cuidar su integridad. El paso de Otis, no solo propició daños a empresas del sector turístico, sino a los demás comercios, producto de los efectos indirectos del huracán. Asimismo, la población de distintas colonias de esta ciudad, fueron afectadas, lo que ocasionó perdidas de enseres domésticos, escasez de agua, deterioro de las viviendas, etc.

Las perdidas millonarias para la industria turística de Acapulco son cuantiosas, como también lo serán para su reconstrucción. Por lo que, es necesaria la intervención de los distintos sectores y niveles de gobierno para la restauración de este destino turístico y de su industria, importante sector para la población residente. Si bien, desde las primeras horas de la devastación, diversas instancias y grupos de la sociedad civil, se han estado organizando para colectar víveres para las personas afectadas, la magnitud de la catástrofe demanda de una mayor atención.

Uno de los actores fundamentales que tiene la responsabilidad constitucional de atender este fenómeno es el gobierno federal. Si bien, se anuncio un plan para la reconstrucción de Acapulco, este es ambiguo y deja varias incógnitas. Al desaparecer el fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), no se tiene del todo cual será el origen de los recursos destinados a la reconstrucción de Acapulco. Por lo que, es necesario un plan claro, trasparente y eficiente, cuyas estrategias sean integrales, en el sentido de incorporar a todos los sectores involucrados para la reconstrucción de la industria turística, sin dejar de lado a la población residente.

No obstante, dicho plan requiere de voluntad política, cosa que no se le da mucho al mandatario federal, ya que en lugar de atender problemas reales que aquejan a la población, atiende primero problemas personales, como los que, a su juicio son, por ejemplo, los ataques periodísticos dilucidando la magnitud del problema en Acapulco. Mientras tanto, la población Acapulqueña sufre, por un lado, los estragos de Otis y por otro, el olvido del gobierno federal.