DEBATAMOS MICHOACÁN: Humano y tierra

El Día de la Tierra ha venido uniendo a millones de personas de todo el mundo. (Foto: especial)

En plenario, un grupo de personas preocupadas por conseguir el respeto a la Madre Tierra, ¿reflexionamos sobre la condición humana a partir de reconocer qué es el humano?, ¿quién es el humano?, ¿quiénes somos?, ¿dónde estamos?, para preguntarnos más tarde de dónde venimos?, ¿a dónde vamos? Quienes nos dedicamos a la educación, en general, los que ahí participábamos, sabemos que requerimos de hacernos estas preguntas para atender las complejidades en las que se desarrolla la vida humana, la vida planetaria y la vida en relación con la otredad (los seres vivos, la naturaleza y la tierra).

El ser humano, conocido como humano, y traducido como “Humus, tierra buena y fértil”, es el mismo Homo Sapiens, o bien hombre sabio. La cultura eurocéntrica que vivimos, colonizante, nos ha hecho plantearnos fuera de la naturaleza, pero hay un error en ello, el humano está dentro de la naturaleza, porque es naturaleza y a la vez está fuera de la naturaleza cuando es su objeto de trabajo, cuando la domina, cuando la subordina.

Pero estamos dentro y fuera de la naturaleza a partir de analizar los procesos de hominización, es decir, del proceso que ha seguido nuestra animalidad y humanidad, y es que juntas constituyen nuestra humana condición.

La antropología nos muestra que la hominización es un proceso que tardo millones de años, así pasamos del homínido habilis, erectus, neanderthal, hasta llegar al sapiens al hombre sabio; después de un largo proceso de millones de años, el homínido se humaniza y desde esta funcionalidad se considera que el hombre tiene un doble principio: un principio biofísico y uno sico-socio-cultural, ambos principios se remiten el uno al otro.

Somos resultado del cosmos, de la naturaleza y desde luego de la vida, pero también de nuestra cultura, de nuestra manera de reconocernos a través de nuestra conciencia (antropológica, ecológica, cívica y espiritual).

Pero qué es lo humano de lo humano: tres elementos fundamentales en la reflexión: la unidualidad; el posicionamiento cerebro-mente-cultura; el posicionamiento razón-afecto-impulso; el posicionamiento individuo-sociedad-especie.

La Unidualidad del humano significa que es biológico y cultural en sus orígenes. El hombre no puede ser biológico exclusivamente, y es que no disponer de la cultura, sería un primate, tal vez del más bajo rango. La cultura permite adquirir los principios normativos de la organización.

Tal vez entenderlo sea difícil, pero más difícil será no avanzar en tender las estrategias para fortalecer un modelo social en donde las prácticas del consumo y las buenas prácticas sociales sean el terreno fértil para construir el devenir del hombre, ese devenir que requerimos con una estrategia compleja para atender dicho modelo o perfil, y del cual reflexiona Guille Deleuze y Félix Guattari, en su texto de Rizoma y Las mil mesetas.

De esta manera necesitamos transitar a una transmodernidad, expresaba el ilustre doctor Enrique Dussel, donde podamos comprender que requerimos otro modelo social, otro pacto social, sin un hiperconsumo, y con reglas basadas en valores sólidos y no líquidos o efímeros.