Relativismo moral

Ciertamente, el mundo y el ser humano han caminado desde siempre por caminos que llegan a confrontarse. (Foto: especial)

El relativismo moral es una corriente filosófica que sostiene que no existen verdades morales absolutas y universales, sino que las normas éticas y valores morales son relativos a las culturas, sociedades, individuos o circunstancias específicas. En otras palabras, lo que es considerado bueno o malo, correcto o incorrecto, varía según el contexto cultural, histórico o individual en el que se encuentre.

El relativismo moral reconoce y respeta la diversidad cultural y la pluralidad de puntos de vista éticos en el mundo. Aboga por la tolerancia y el respeto hacia las diferencias morales, reconociendo que lo que puede ser considerado moralmente aceptable en una cultura podría ser considerado inaceptable en otra.

Pero no todo es tan sencillo. Una de las principales críticas al relativismo moral es que puede conducir al relativismo ético, es decir, a la idea de que todas las opiniones morales son igualmente válidas y que no hay manera de juzgar entre ellas. Lo anterior plantea un desafío importante, especialmente en situaciones donde existen conflictos morales, como los derechos humanos o la justicia social.

Además, el relativismo moral puede llevar al escepticismo moral, donde las personas cuestionan la validez de cualquier juicio moral y se vuelven indiferentes hacia el sufrimiento o la injusticia en el mundo. Si no hay estándares morales objetivos, ¿cómo podemos criticar o condenar acciones como la opresión, el genocidio o la discriminación?

Conceptualmente cercano al escepticismo, las primeras afirmaciones del Relativismo se inician en Grecia con los sofistas, siendo el más famoso Protágoras de Abdera con su expresión: “el hombre es la medida de todas las cosas”. Actualmente vuelve a tener una gran importancia en el pensamiento filosófico y teológico, pues numerosos autores y corrientes filosóficas del siglo XX se han clasificado como relativistas: Nietzsche, Dewey, Wittgenstein, etc.

¿Y qué relación tiene todo lo anterior con nuestro atribulado México de la 4T? Pues resulta que a muchos políticos les resulta más fácil y conveniente el mentir y engañar que el convencer con la razón y la verdad; esto políticos han adquirido gran maestría en el arte del relativismo creando “realidades alternas”, induciendo a las masas a una fantasía aparentemente razonada.

Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del III Reich, sabía cómo nadie de relativismos morales. Resumo a continuación sus principios doctrinales para que usted los contraste con nuestra triste realidad.

1.- Principio de simplificación y del enemigo único: Individualizar al adversario (Puede ser “la derecha”, EUA, el Neoliberalismo etc.).

2.- Principio del método de contagio: Reunir diversos adversarios en una sola categoría. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3.- Principio de la transposición: Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

4.- Principio de la exageración y desfiguración: convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. (Tarea del periodismo panfletario)

5.- Principio de la vulgarización: “Toda propaganda ha de ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen facilidad para olvidar”.

6.- Principio de orquestación: “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

7.- Principio de renovación: hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8.- Principio de la verosimilitud: Construir mentiras a partir de fuentes diversas, a través de información fragmentaria.

9.- Principio de la silenciación: acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario con la ayuda de medios de comunicación afines.

10.- Principio de la transfusión: Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios, argumentos que puedan arraigar en mentes primitivas: “La patria no se vende, la patria se defiende”.

11.- Principio de la unanimidad: Hacer creer que piensan “como todo el mundo”, fabricando una falsa impresión de unanimidad.

Como podemos ver el fin último es engañar al ciudadano y criminalizar al adversario. ¿Alguna semejanza con nuestros gobernantes de la 4T?