Preparándose para la contienda en Michoacán

Estamos a pocos meses de iniciar el proceso electoral en Michoacán rumbo al 2021 y los corredores ya están calentando sus motores. Serán sin duda tiempos interesantes que nos darán mucho de qué hablar. Por ello en esta columna hoy quise exponerles mis reflexiones personales…

I. El contexto actual impuesto por la pandemia del Covid-19 generará impactos importantes en la sensibilidad del elector, y será para el día de las urnas todavía una experiencia muy reciente por lo que no se puede dejar de lado esta variable en el análisis. La pérdida del empleo, el cierre de los comercios, la merma en la circulación del dinero en efectivo, aunque no sea responsabilidad al 100% del gobierno federal (hay que reconocer que en parte también es responsabilidad personal el cuidarse y usar cubre bocas para empezar) se lo imputarán sin duda, por lo que ello podría restarle ciertos puntos a la preferencia tan marcada que tuvo el partido de Morena en el 2018. También tomemos en cuenta que es sabido que el elector no vota igual en una elección federal que para una local; es un voto diferenciado. Ello se convierte en área de oportunidad para los otros partidos competidores; sin embargo, por ello será importante que den el salto más allá de las acusaciones estériles hacia las propuestas que es en realidad lo que estará buscando el ciudadano.

Y hablando del tema de Morena en Michoacán sigue hasta el momento siendo una incógnita quién será el ungido rumbo a la gubernatura. Mucho se habla del senador Cristóbal Arias Solís, del propio alcalde de Morelia Raúl Morón Orozco, y de Víctor Báez Ceja alcalde de Pátzcuaro. Cada uno tiene su personalidad propia y aptitudes; cuentan con activos que serán los que los coloquen en la jugada y ya se están moviendo, pero lo que habría que tomar en cuenta es que muy seguramente esta elección interna se definirá por el método de encuesta, aunque sin duda será el Presidente Andrés Manuel López Obrador aconsejado por su equipo de asesores quien tenga la última palabra. Además que no nos sorprenda si surgen en el camino nuevos jugadores que tendrían también amplias posibilidades para colocarse en la grande, sólo que trabajan más calladitos.

Por otra parte, hay quienes aseguran que la alianza PRI-PAN-PRD rumbo a la gubernatura ya está más que cocinada, y que muy probablemente quien la encabece sea el ex alcalde independiente por Morelia Alfonso Martínez Alcázar. También se relata que el acuerdo incluye la distribución equitativa de las alcaldías entre los tres partidos, así como los asientos en el Congreso local. En lo personal pienso que si se diera esta alianza bien aceitada y bien armonizada podría bien darle la batalla a Morena en el estado; la cuestión es que veo todavía algunas piezas sueltas en los cuadros de esos partidos políticos que aún se resisten a quedarse fuera de la jugada por lo que ello podría poner en peligro dicha alianza. Otro aspecto a considerar es que en el supuesto de que se consolidara dicha alianza y llegaran a obtener la victoria, ya siendo gobierno habrá que ver si tendrán o no la capacidad de organizarse y dejar sus militancias de lado en aras de construir y consolidar un gobierno común; eso va a ser lo difícil.

Y ahí es donde entran los nuevos partidos políticos que recibirán su registro dentro de poco, y que seguramente irán a la caza de esas piezas sueltas para poder atraer figuras que junto con ellos les traigan simpatizantes y les den votos (y también de paso financiamiento porque andan medio pobres toda vez que apenas están recibiendo los subsidios iniciales); tal es el caso por ejemplo de Redes Sociales Progresistas y el Partido Encuentro Social cuyos operadores ya andan muy activos. Incluso se habla de que estos nuevos partidos ya están en pláticas con algunos aspirantes de Morena por si no logran materializar su proyecto en el equipo guinda; también ya están fichando a actores políticos como Toño Ixtláhuac y el exombudsman Víctor Serrato.

En suma, aún no hay definiciones y se necesitan muchos acuerdos y cabildeos (también habrá golpeteos y fuertes). Lo ideal será sin duda que queden al frente los más competentes, capaces, diplomáticos y buenos políticos, ya que Michoacán de verdad que se lo merece más allá del partido político al que representen.

II. El factor Lozoya y el caso Odebrecht será también otra variable a tomar en cuenta. Más allá de que seguramente las piezas de información se darán a conocer no conforme a la ciudadanía necesite saber, sino conforme al compás de las agendas políticas y electorales lo requieran, generarán sin duda movimientos en el tablero en Michoacán. Recordemos que hay actores políticos michoacanos que están vigentes y que hicieron mancuerna con la administración federal pasada para sacar adelante el paquete de reformas y el Pacto por México, de donde se desprendieron prebendas, favores de tipo político y se rumora también varios millones de pesos.

III. Otro aspecto que me parece sumamente interesante es que debido a la nueva política obradorista en la que se estableció que las ayudas sociales se dejaron de entregar a través de agrupaciones como Antorcha Campesina y demás organizaciones políticas y del campo (ello en aras de asegurar que los beneficios les lleguen directamente a la población) se está decantando el escenario. Aunque en esa medida se llevaron entre los pies a agrupaciones que sí estaban realmente trabajando sin sesgos más que por el solo interés de servir, la realidad es que ello mermó también la posibilidad de contar con votos gremiales como venía sucediendo tradicionalmente años atrás. En estos momentos yo le aseguro que ninguno que dijese “líder” y que fuese a venderles el voto colectivo a los candidatos tendrá la última palabra, ni la misma capacidad de maniobra que en las épocas anteriores. De ahí que la oferta y la estrategia que sigan los partidos y sus perfiles tendrá que ser más inteligente, constructiva y efectiva; además la nueva batalla se peleará en una nueva arena: las redes sociales.

IV. El Covid-19 vino a acelerar en pocas semanas la inmersión en los procesos de digitalización que no habían ocurrido en los últimos 10 años. ¡Dimos un salto cuántico en ello! De ahí que se está gestando una revolución silenciosa a través de la súper carretera digital y que quizás a muchos tome por sorpresa. La conversión del comercio tradicional al comercio electrónico; la transición hacia las aulas y las oficinas virtuales; las industrias culturales tradicionales que están desapareciendo dando lugar a una horda de consumidores hambrientos de nuevos contenidos a través de series en Netflix, o noticias instantáneas en las palmas de sus manos, todo ello construirá un nuevo escenario para las arenas electorales. De ninguna manera funcionará el discurso tradicional acartonado. Los consumidores digitales quieren historias nuevas y diferentes; quieren otra narrativa; quieren conocer y escudriñar palmo a palmo a sus candidatos para asegurarse de que llegue el mejor; de ahí que la mejor fórmula sin duda será la transparencia y la honestidad, y siendo francos muy pocos perfiles podrían pasar esa prueba del tamiz digital. De ahí que se vienen en cascada los estrategas, los community managers y mercadólogos digitales que tendrán que afinar su puntería para poder ayudar a sus clientes políticos a alcanzar la victoria, aunque me parece que no toda la apuesta se deberá depositar en ello. El factor humano jamás lo debemos dejar de lado.

En suma esta elección será muy sui géneris e interesante para nosotros los analistas. Sin duda tendremos mucha tela de donde cortar, pero lo más importante es que el ciudadano se haga de los mejores elementos para tomar decisiones asertivas e informadas. Esa es la apuesta…