Científicos buscan una manera de evitar que los virus animales salten al humano

El 60% de las enfermedades infecciosas humanas, probablemente también el COVID-19, son zoonóticas, es decir, se encuentran primero en otro animal. (Foto: especial)

Ginebra, Suiza.- Los vínculos entre salud humana y medioambiental se han vuelto más claros que nunca con la pandemia de COVID-19, y por ello un panel de expertos de Naciones Unidas busca soluciones científicas al cada vez más frecuente salto de nuevos virus de origen animal al hombre.

Según Expansión, en un informe publicado en marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló que es “probable” que un animal sirviera de intermediario en la transmisión del SARS-CoV-2 —el coronavirus que causa el COVID-19—, lo que confirma el papel de estos como reservorios de virus capaces de infectar al hombre. ¿Qué especies transmiten los virus? ¿De dónde podrían venir los próximas pandemias?

El 60% de las enfermedades infecciosas humanas son zoonóticas, es decir, se encuentran en primer lugar en otro animal, según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).

Este porcentaje sube incluso a 75% para las enfermedades infecciosas nuevas, según un estudio británico publicado en 2001, considerando una referencia en el tema.

Entre los agentes patógenos responsables de estas enfermedades, uno de cada seis sería un virus, un tercio una bacteria y otro tercio parásitos. El 10% son hongos microscópicos, indica este estudio.

Un panel de la OMS analizó la respuesta de los países ante la pandemia, detecto fallas y emitió propuestas para evitar crisis futuras. (Foto: especial)

El daño medioambiental causará la próxima pandemia

En octubre de 2020, el grupo de expertos de la ONU sobre biodiversidad (IPBES) advirtió de que las pandemias “surgirían más a menudo, se expandirían más rápidamente y matarían a más gente”.

Primeramente, porque el reservorio es inmenso: según estimaciones publicadas en la revista Science en 2018, existirían 1.7 millones de virus desconocidos para los mamíferos y los pájaros, y entre 540,000 y 850,000 tendrían la “capacidad de infectar a seres humanos”.

Pero sobre todo porque la expansión de las actividades humanas y las interacciones cada vez mayores con la fauna salvaje aumentan el riesgo de que los virus capaces de infectar a personas hallen un hospedador.

“No sabemos cuándo, cómo ni dónde” surgirá la próxima pandemia, resume Serge Morand, para quien antes que nada habría que repensar urgentemente “nuestro vínculo con los animales salvajes y domésticos”.

Un panel, propuesto por los gobiernos de Francia y Alemania, fue presentado el 20 de mayo por los directores de la OMS, la OIE, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

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“Las enfermedades zoonóticas están saltando a los seres humanos debido a la degradación del medio ambiente y el uso no sostenible de los recursos animales”, aseguró la directora ejecutiva del PNUMA, Inge Andersen, en el acto de presentación.

La responsable del brazo medioambiental de Naciones Unidas señaló que el nuevo panel por primera vez pone en contacto disciplinas como la lucha contra el cambio climático, las epidemias animales y las humanas, ya que “hay que entender que nuestra salud, la de la fauna y la del planeta son una sola”.

La crisis sanitaria de la COVID-19, pero también otras que han aflorado en este siglo como la del SARS, el zika, la gripe A, la gripe aviar o el MERS (todas de origen animal) han revelado la urgencia de un enfoque multidisciplinar: defender el planeta es más que nunca vital para la salud humana.